Una trama de sexo, mentiras y fideo (estirado) escandalizó los pasados días la ciudad entrerriana de Goya.

Todo comenzó cuando un masculino de 47 años se apersonó a una de las seccionales de esta localidad para denunciar que había sido ultrajado. “Creí que era una mujer alta y musculosa” habría afirmado la supuesta víctima, “cuando escuché que tenía la voz ronca comencé a sospechar, pero no fue hasta que me beso la nuca que comprendí mi error” completó entre lágrimas.

La corresponsalía de El Polichombi tuvo un primer encuentro con el afectado, lo que generó un manto de dudas por algunas inconsistencias en sus dichos. Asimismo,  consultado sobre si había asentado la denuncia, respondió, “no, no creo que pueda sentarme por un largo tiempo”.

Las investigaciones no tardaron en revelar la mentira de este obrero metalúrgico. Fuentes policiales indicaron que sus contradicciones terminaron por “embarrar” su versión de los hechos y posteriormente su historia.

La víctima nunca habría sido violada y la mentira fue ideada porque una persona muy cercana a su mujer lo habría descubierto con el travesti, al que se identificó como Juan Carlos Viracocha, alias Jazmín Troncoso.

El mentiroso habría preferido quedar como “abusado” que como “degenerado y goloso” ante su familia. Ante la pregunta a quienes lo atendieron, se confirmó que el acto sexual se habría mantenido. “Y, chamigo… la verdad es que le rompieron el orto” fue la concisa opinión de una fuente hospitalaria.

Desde la policía negaron la posibilidad de que la persona trans pudiera ser detenida. “No creo, Jazmín tiene su cuota de protección al día”, afirmaron a la vez que confirmaron que la investigación se cerrará. “Eso les pasa a los que toman el camino de tierra” fueron las enigmáticas palabras del oficial a cargo del caso.