La justicia citó a una audiencia de debate en la causa que recae sobre el intendente de Tolar Grande, Sergio Villanueva, acusado por malversación de caudales públicos e incumplimiento de sus deberes como funcionario. La situación se da en un paraje de 300 habitantes que recibe más fondos que varias intendencias. 

Tolar Grande suele ser noticia por dos razones políticas: posee menos de 300 habitantes y goza de estatus municipal aun cuando la Ley 1.349 establece que sólo pueden hacerlo los lugares cuyos habitantes sean entre 1.500 y 5.000; la otra razón está relacionada a la denuncia radicada en el año 2012 por Armando Isas, según la cual los recursos con los que goza el municipio -que no debería serlo- enriquecen desmesuradamente a su intendente.

Lo segundo empieza a resolverse. Luego de tres años de peregrinación por distintos organismos judiciales y redacciones de prensa, Isas se enteró de que una resolución del Juzgado de Garantías Nº 5 de 8 de septiembre de 2015, resolvió “DECLARAR admisible la prueba ofrecida por la Sra. Fiscal Penal de Delitos Económicos Complejos a fs. 196 y, en consecuencia: A) CITAR para audiencia de debate al testigo ofrecido, Sr. Escribano de Gobierno de la provincia de Salta, EPN Víctor Manuel Esteban Fernández.- B) DOCUMENTAL: a) Denuncia de Armando Francisco Isas y ampliación de la denuncia del mismo (…) b) Declaración Jurada de Bienes Personales del acusado (…) c) Notas de Invitación e intimación a cumplimentar con la presentación de la declaración Jurada de Bienes Personales  expedida al acusado por la Escribanía de Gobierno (…)”.

El listado continúa, aunque las recién expuestas alcanzan para ir a lo central del asunto: el Escribano de Gobierno deberá ratificar que el acusado se resistió a presentar la declaración jurada que habría podido confirmar o no las denuncias de Isas. Las mismas dan cuenta de un hombre que en sus inicios pedaleaba una bici y alquilaba una casita y tras asumir la intendencia tuvo un ascenso patrimonial meteórico: caserón de lujo en la calle Capitán Vélez Gregorio de ese paraje, sospechado de ser dueño de una casa en la villa veraniega de San Lorenzo que figura a nombre de otra persona, una camioneta EcoSport, otra Amarok, viajes a Europa y por entonces una pantalla de publicidad digital en el centro de la ciudad de Salta que, según la denuncia del 28 de agosto de 2012, tenía como razón social Producciones Salta y cuyo gerente eran un primo hermano del intendente y empleado municipal de Tolar Grande: Hugo Orlando Villanueva.

Cuando el 15 de octubre del mismo año la justicia requirió al denunciante que amplíe la imputación, Isas ratificó lo expuesto y solicitó que se investigue lo que a su criterio era el origen de la riqueza mal habido: los fondos y la ayuda social que percibía el municipio.

El misterio

Lejos de la ingenuidad, Isas intuye que en esos recursos está el secreto de enriquecimiento. Razones para sospecharlo tiene. Para confirmarlo conviene hacer un breve ejercicio de historia reciente. Y es que mientras Isas ampliaba su denuncia, en octubre de 2012 se empezaba a discutir el presupuesto 2013, le mismo que arroja datos increíbles relacionados a los recursos que maneja la municipalidad de Tolar Grande. En concepto de coparticipación y Fondo Federal Solidario, por ejemplo, el presupuesto aprobado disponía un total de $8.769.559. Una cifra superior a la percibida por los municipios de Urundel, Vaqueros, Seclantás, Santa Victoria Oeste, Santa Victoria Este, Ríos Piedras, Payogasta, Nazareno, Molinos o Angastaco que sin embargo poseen una población muy superior a la diminuta Tolar Grande. Mientras el Censo 2010 indicaba que la tierra de Sergio Villanueva habitaban sólo 212 habitantes, lo hacían 3.168 en Urundel, 4.958 en Vaqueros, 3.126 en Seclantás, 5.497 en Santa Victoria Oeste, 11.009 en Santa Victoria Este, 1.972 en Río Piedras, 1.844 en Payogasta, 2.827 en Nazareno, 2.420 en Molinos y 2.204 en Angastaco.

Desde entonces, la población de Tolar Grande no se ha modificado sustancialmente. Lo confirma un hecho electoral: en los escrutinios de mayo pasado el actual y denunciado intendente, Sergio Villanueva, fue reelegido con el 73% de los votos, producto de una mayoría absoluta: 133 votos, contra los 46 del Partido de la Victoria y los sólo 4 del frente Romero-Olmedo. La curiosa situación produce una combinación peligrosa en una provincia con intendentes permanentemente sospechados de corrupción: muchos recursos en manos de una persona que gobierna un poblado minúsculo cuyas condiciones de vida están congeladas a diferencia de la del jefe comunal que cada día vive mejor.

El volumen monetario a disposición es tal, que en pasadas elecciones Villanueva fue acusado de usar dinero para solventar campañas electorales de propios que vivían en municipios distintos. En una nota publicada por Cuarto Poder a fines de 2011 se enfatizó que entre las varias denuncias en contra de Villanueva, una de ellas señalaba que en los comicios de aquel año éste destinó parte de ese dinero a la campaña política que catapultó a su prima como diputada provincial por el departamento de Los Andes: Marisa Mabel Villanueva, lo que supuso plata de Tolar Grande puesta en el vecino municipio de San Antonio de los Cobres. La mecánica se habría reiterado en este año aunque cambiando el escenario: las arcas de Tolar Grande habrían ido en auxilio de Juan Eduardo Mamani que llegó a la intendencia de La Poma. Mamani es hermanastro de Villanueva.