La CGT vuelve a presionar con un acuerdo antidespidos y planteó el reclamo a los ministros Triaca y Cabrera. Al tema lo llevarán a la reunión de la mesa de diálogo, dentro de diez días.
La preocupación de la CGT por los despidos llegó otra vez a oídos del Gobierno, días antes de que la central obrera y los movimientos sociales marchen juntos por la declaración de la emergencia económica y antes también de la segunda reunión de la mesa de diálogo que comparten con el Gobierno y los empresarios.
La mesa chica de la CGT se reunió con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, con el de Producción, Francisco Cabrera, y con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Fue anteayer en la sede de la UPCN, en el barrio de Monserrat.
Los gremialistas trazaron un panorama «preocupante» por los despidos y suspensiones «por goteo» que se acumulan en la industria metalmecánica, la construcción y los sectores textil y del calzado, entre otros. Hecho el diagnóstico, reclamaron al Gobierno un «compromiso formal» para frenar las cesantías hasta marzo del año que viene.
De esta forma, la CGT dejó planteado de antemano uno de los ejes de la agenda que llevarán a la próxima reunión de la mesa de diálogo, prevista para el lunes 21 de este mes.
El reclamo de un acta antidespidos no es nuevo. Su firma fue una de las condiciones con las que la CGT levantó el paro nacional que tenía en gateras y acordó con los empresarios un piso de $ 2000 para el bono de fin de año. Fue hace casi un mes.
Los jefes de la CGT, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, también aprovecharon el cara a cara con los enviados de Mauricio Macri para plantear su rechazo al proyecto para eliminar los aranceles de importación de netbooks y tablets.
Según la CGT, la iniciativa oficial -que prevé reducir esas cargas del 35 al 0 por ciento desde marzo próximo- provocará, al menos, 15.000 despidos, entre empleos directos e indirectos.
«Es una locura ir al arancel cero cuando el mundo va hacia la protección. Y si no, preguntale a [Donald] Trump», advirtió a LA NACION uno de los jefes gremiales que participó de la reunión con el trío de funcionarios. «Queremos un proyecto para que la industria crezca, no para que desaparezca», completó.
Los números que la CGT puso sobre la mesa están muy lejos de los que maneja el Gobierno. Según Cabrera, la eliminación de aranceles afectaría a no más de 6000 personas. El ministro ratificó que y las empresas del sector recibirán incentivos para su «reconversión» y que para quienes se queden sin trabajo habrá capacitación y un seguro laboral.
También hablaron del bono de fin de año para los estatales. La negociación está casi cerrada, aunque persisten diferencias sobre cuántos trabajadores recibirán el plus. Mientras que UPCN calcula que el beneficio sería para 220.000 trabajadores, en la Casa Rosada afirman que sólo alcanzaría a 130.000.
Ayer, en la reunión de consejo directivo, la CGT ratificó que llevará el reclamo del pacto antidespidos a la reunión del 21 y que tres días antes, el viernes 18, marchará con los movimientos sociales al Congreso para pedir que se apruebe la ley de emergencia económica. El proyecto, que impulsa el peronismo y está en condiciones de ser debatido en el Senado, prevé aumentar la Asignación Universal por Hijo un 15 por ciento y crear un millón de empleos para cooperativistas.
Massa y la «batalla» por ganancias
En un intento por meterse en las discusiones de la coyuntura, Sergio Massa aseguró que habrá «una gran batalla» por la reforma del impuesto a las ganancias en el Congreso. El jefe del Frente Renovador lanzó la advertencia, pese a que el Gobierno dio señales de que no está en sus planes apurar la discusión ni propiciar que los cambios se aprueben antes de fin de año. «El tema podría salir este año y no como el Gobierno quiere, sino como quiere la gente», lanzó Massa en declaraciones al programa Bendita TV. Massa opinó que «parte del enojo de la sociedad» con el Gobierno tiene que ver con que éste «no cumple los compromisos que asumió».
Fuente: La Nación