Tal vez, el único motivo de los resoplidos de júbilo en el club CAAJ, Club de los Aún Amigos de Juan, sea el rejunte de culebras, asteriscos y emoticones de desprecio destinados al Banco Macro. O más bien a su titular, el banquero y placero Jorge Brito, dado que el fin de semana largo concluido este lunes fue otro en los que las pretendidas y jurásicas terminales de autoservicio –TAS- se mantuvieron fuera de servicio.
Incluso este lunes en la sucursal de casa central, ubicada en calle España al 500, se registraron populosas filas por el agolpamiento de trámites derivados de la imposibilidad de concretarlos en las vetustas máquinas (qué modelo serán? JB las habrá adquirido en algún remate judicial? Serán aún más viejas que las de SANATEA o SAETA?). Para colmo, con el 0810 de la entidad financiera al que es imposible de acceder y atención directa al público, en muchos momentos bordeando lo hostil.
Desde su solar ganadero en el departamento de Anta, a dos kilómetros del centro de Joaquín V. González, el banquero tampoco allí cosecha batir de palmas a su paso. A lo mejor sea por el feed lot en el que la firma Río Juramento cría ganado vacuno, pero también emite gases pestilentes que hacen de esta ciudad una segunda versión de los odoríferos baños del Parlamento provincial, en calle Mitre 550.

Rogelio, en la lista de invitados en Punta de los Caputo y posible misión en busca de un dirigente salteño,

Esto, por otro lado, le brindó algo de tranquilidad al agitado regreso del ex gobernador Juan Manuel Urtubey, quien dejó momentáneamente España para enfrentar la realidad que atraviesa el norte provincial, pese a la inversión durante su gestión por u$s 250 millones. El hombre, como hábil declarante, probablemente esperaba torcer con su verborragia el ánimo de los salteños en relación a esta problemática –apaciguada por una inversión de $ 1.200 millones-, pero despertó el izamiento de puños llenos de verdades.
En los últimos días, otra cuestión que deberá esperar su nuevo viaje a España y luego a Cambridge, será la rosca que a mitad de semana mandó el macriperuquismo que intenta hilvanar el ex senador Miguel Angel Pichetto. Desde la masividad del partido UNIR, presidido por el bonaerense Alberto Asseff, el rionegrino envió señales en dirección al ex mandatario salteño.
Lo hizo, como es de resaltar, desde las páginas quirúrgicamente impolutas que para este tipo de operaciones tiene el matutino controlado por Héctor M. Tras mencionar a radicales y miembros del Pro, en la avanzada a favor de Pichetto, Clarín indicó que ellos “pensaron en Juan Manuel Urtubey, aunque por el momento no hubo contactos concretos”. De todas formas, “Pichetto sostiene que Juntos por el Cambio cosechó votos peronistas en las últimas elecciones, especialmente en distritos como Córdoba, Santa Fe, San Juan y en menor medida en Santiago del Estero”. En tanto, Rogelio Frigerio fue visto como posible interlocutor del salteño, a cuyo casamiento asistió con idéntica prestancia a la que lo hizo el pasado fin de semana, en ocasión del enlace protagonizado por la hija de Nicolás Caputo.