Un docente de Matemática, que se animó a denunciar las irregularidades en el colegio rural 5218, ahora sufre todo tipo de ataques, sin que el Ministerio de Educación lo defienda. Grave inacción del team «Cánepa».

Lucas Sorrentino

 

Al Colegio rural 5218 asisten chicos humildes de los parajes Santa Cruz, Santa María, Abra de Santa Cruz y Vizcachani del departamento de Santa Victoria Oeste.  Debería ser una institución tranquila. Sin embargo, pasan cosas oscuras.

Moisés Benegas, docente de Matemática, denunció al Ministerio de Educación de la provincia las  graves irregularidades que viene cometiendo el director del colegio rural 5218, profesor Ricardo Borquez.

Denunció, por ejemplo, que Borquez hace figurar en las planillas días trabajados cuando en realidad no había concurrido al establecimiento a trabajar.

Las autoridades del team Cánepa jamás respondieron. Ni iniciaron investigación alguna.   Por tal motivo, llevó su reclamo, a través de Sitepsa, a las supervisoras Estela Ortega y Mabel Guerra. Tampoco pasó nada.

«El director del colegio 5218 Prof. Ricardo Borquez presenta amplias y numerosas faltas a la institución que figuran explícitamente en los registros del personal, pero que en las planillas oficiales, el mismo director plasmó que en no incurrió en ninguna falta en el 2019 ni usufructó licencia laboral alguna para así cobrar el sueldo íntegramente sin presentarse a cumplir sus funciones. Esta práctica que detenta defraudación al erario público y falsificación de documentos se reitera el año en curso en las mismas formas en las que ya fue denunciado por mi persona durante el año 2020, llegando a faltar semanas seguidas al cumplimiento de los deberes. Representa un acto de corrupción y causa indignación al resto de la familia docente», dice la denuncia penal presentada el pasado 15 del corriente por Benegas.

La impunidad de Borquez le permite atacar al docente denunciante.

«Por lo que denuncié estas irregularidades, se han intensificado acciones de hostigamiento hacia mi persona por parte del directivo que incluyen violencia verbal, falsas denuncias, denegar el nombramiento de mi suplente en mi ausencia, ser excluido del grupo de trabajo de los docentes, no permitirme el acceso a la información básica institucional…», especifica el docente Benegas.

El docente terminó recurriendo a la justicia de manera directa, ante la parálisis del equipo de Cánepa para resolver este problema. También porque no siente que en este contexto de impunidad, él esté seguro en esa escuela.