Miguel Isa afirma ser el futuro de Salta. En una entrevista con el Cuarto asegura estar trabajando en la construcción de un proyecto alternativo en el interior del frente gobernante y confiesa que mientras avanza, dinamita puentes para dejar en claro que la retirada es imposible y que no hay vuelta atrás. (Daniel Avalos)

La entrevista iba llegando a su fin cuando el intendente capitalino desenfundó la frase contundente. Ya habían pasado más de 30 minutos desde que se sentara en la mesa de la confitería, saludara a los presentes con un ademan sobrio y solicitara al mozo una botella de agua mineral. Faltaban todavía algo más de 5 minutos para que, con el grabador ya desactivado, asumiera una pose más descontracturada y compartiera con la mesa sucesos de la política provincial y nacional en los que había participado y en los que aseguraba haberse despachado con ocurrencias dialécticas que le servían para desdramatizar lo que para otros era dramático.

Fue finalizando la entrevista, decíamos, cuando el intendente ejecutó ese sablazo verbal: reafirmar que no volverá a candidatearse a intendente como una forma de “ir dinamitando puentes para así no volver atrás”. Ni bien lo dijo, el entrevistador celebró la aparición de la frase que a todas luces era el titular de la nota. Una que no estaba destinada a despertar la reflexión entre sus adherentes, sino a incitarlos a la acción. Una frase que recuerda a otra que los historiadores atribuyen al conquistador Hernán Cortez cuando al quemar las naves con las que había llegado a México, quiso dejar en claro a los subordinados que dudaban del éxito de la empresa que la retirada era imposible, que ya no había vuelta atrás.

Pero para llegar a esa frase, dijimos, pasó media hora de una entrevista que ya había aportado varias ideas fuertes pero que empezó con una introducción de tipo personal más que política. Y es que a diferencia de las entrevistas realizadas a otras personalidades de la política provincial (Santiago Godoy, Ángel Torres o Claudio del Plá), con Miguel Isa el grabador se activó para indagar sobre cómo vivía la ausencia de su hermano Daniel. Ese hombre que, independientemente de las polémicas que atraviesan a los operadores políticos, era el estratega indiscutible. Un Daniel Isa que alejado de las lucubraciones complicadas que suelen llevar a conclusiones confusas, se concentraba en las cuestiones fundamentales: aceitar la fuerza propia, acondicionar el escenario a los planes de la misma, identificar el objetivo estratégico, diseñar 3 o 4 movimientos claves que permitiesen alcanzar ese objetivo y esperar el momento adecuado para sugerir el despliegue generalizado en busca de los votos.

Miguel Isa parece sorprendido por la pregunta. Por un momento la preocupación me invade porque pienso que él piensa que la pregunta es un tanto traicionera, que busca descolocarlo. Descubro rápido que estoy equivocado. Miguel Isa no esperaba esa pregunta, es cierto, pero termina agradeciéndola por traer al compañero de todas sus batallas.

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M.I: La verdad que Daniel era un gran estratega. Un amigo con el que me encontré hoy en el Foro de Intendentes me decía “Si estaría Daniel la boleta (Isa gobernador) ya estaría en el cuarto oscuro esperando el día y nadie dudaría”. Sí, Daniel estaría no sólo iba en la estrategia provincial sino también nacional porque todo va enganchado. No se puede pensar en la provincia sin pensar en la nación. Somos parte integrante de un mismo cuerpo y un mismo proyecto: el proyecto nacional.

A Daniel lo recuerdo como si estaría. Tengo muchas horas cátedras de él. Fue la persona con la que más conviví. Participé con él de campañas no solamente locales. Siempre mirando el panorama, haciendo el estudio del territorio, la penetración de los candidatos y todo lo que hay que tener y hacer en una estrategia electoral. En los últimos años me decía ‘te voy a dejar’ porque él sabía que se iba a morir. Tenía una enfermedad terminal. Por eso cuatro o cinco años antes que fallezca me decía “Ya estás preparado para la pelea, para esta lucha”, para este sueño que teníamos ambos de llegar a la máxima magistratura de la provincia.

Lo recuerdo con mucha alegría. Fue un hombre que supo vivir, vivía a full. Murió a los 56 años pero parecía que tenía 120. Ahora que empecé a salir al interior de la provincia me encuentro con gente que lo recuerda de distintas campañas y me cuentan muchas anécdotas. Su accionar como político, como estratega y como ser humano ha dejado buenos recuerdos y mucha gente lo extraña. También tenía sus cosas. Por ahí armaba los castillos y después lo destruía él mismo. Siempre decía que no quería ser candidato porque en el trato con la gente no soportaba mucho. No le gustaba persuadir. Ese cuerpo a cuerpo de la política no le gustaba. No le gustaba ceder mucho y entonces no era para candidato. Un día me pregunto “¿cómo me ves?” y le dije “vos tenés que hablar con tu oposición para salir de candidato que sos vos mismo”. Él era su propia oposición. Nos divertíamos bastante. Me dejó lleno de enseñanzas y de vivir la política con alegría y mucha vocación de servicio. Me decía “el día que te deje de doler el dolor ajeno, ahí tenés que abandonar. A vos te gusta, la disfrutas, la sufrís y tenés esa vocación que no la tienen todos”.

C.P.: ¿Le parece exagerado cuando algunos dicen “Isa representa un peronismo plebeyo y Urtubey un peronismo patricio, casi oligárquico”?

Urtubey e Isa

M.I.: Yo creo que en el peronismo estamos todos. Y creo que Juan Manuel se revela a ese poder patricio. El peronismo nació así. A Evita la criticaban por cómo se vestía, las joyas que usaba…pero hay miles de anécdotas que dicen por qué los pobres no pueden tener los mismos derechos de vestir bien, de poder tener una buena vida, buena educación, buen futuro.

Yo vengo de orígenes humildes y lo único que tengo es vocación de servicio. Inclusive tengo montón de defectos y muy pocas virtudes pero una de mis pocas virtudes es el saber cuáles son mis límites. Límites hasta en el mismo conocimiento. Por eso no tengo problemas de llamar y preguntar a los que creo que saben, incluyendo a los que opinan en contra. Creo que la participación es la clave. Ahí uno va descubriendo cuadros políticos importantes. Ayer tuve una reunión con jóvenes y me emocioné porque veo a cuadros de la política ya formados, distintos de cuando yo empecé a militar en la Juventud Peronista porque quienes nos tenían que formar a nosotros, los mataron. Hay más de 30 mil desaparecidos en la Argentina y esos eran los que nos tenían que formar a los que veníamos crías del Proceso.

Yo sabía decir en esa época que teníamos una doble misión: la de aprender y la de conducir y preparar a otras generaciones. Estamos en una etapa en la que en el peronismo estamos todos. El gran debate en la Argentina sigue estando dentro del peronismo porque los demás son todas individualidades. El peronismo es un movimiento nacional no un partido político. El partido político, decía Perón, es una herramienta electoral pero creo que dentro del movimiento hay un montón de líneas y lo que hay que discutir es si lo que se hace y lo que se ejecuta esta en consonancia con lo que el pueblo quiere.

C.P.: Urtubey no tiene chances nacionales; una eventual partida de Urtubey al gabinete nacional no reditúa políticamente en una etapa de fin de ciclo en donde se busca conducir una retirada ordenada; Urtubey además no va a resignar la provincia así nomas. La necesidad política de seguir y sus propias aspiraciones están en contradicción ¿Cómo se va a resolver la misma?

M.I.: Te respondo la pregunta con total claridad: no comparto la idea de que Urtubey no tenga posibilidades nacionales. Sigo afirmando que tiene una gran posibilidad nacional e histórica para el norte argentino, para el NOA y NEA. Creo que tiene una gran posibilidad y se va a ver. Va a aparecer más rápido de lo que muchos creen. Pero esta es una cuestión de información, de conceptos, de opinión.

Pero te voy a la pregunta que todo el mundo me la hace permanentemente y a veces me la hago yo solo: en el supuesto caso de que Urtubey se presente a la gobernación sí vamos a competir. Yo estoy totalmente decidido. Estoy trabajando para eso. Sé interiormente que voy a ser el gobernador en el 2015 porque voy a poner todo mi esfuerzo, mi experiencia, mis ganas en un plan de gobierno que va a nacer de abajo hacia arriba, con bases solidas y fuertes, departamento por departamento.

En el interior estoy hablando con todos los sectores construyendo un proyecto alternativo dentro del mismo frente político. Inclusive a mis compañeros les digo que estén tranquilos, que he nacido para construir no para destruir. Saco lo positivo de cada uno y hay que insertarse bien en un proyecto nacional para que este NOA y NEA tenga la posibilidad de crecimiento que ha estado postergada durante muchos años. Nuestro norte tiene un gran potencial y Salta también puede tener su “Vaca muerta”, su desarrollo sustentable en minería, mayor conectividad con países limítrofes y dándole verdadera autonomía a los municipios. Si bien Juan Manuel hizo cosas buenas en cuanto a la descentralización empoderando a los municipios, creo que es algo que hay que profundizar más. Hay que llegar a la verdadera autonomía.

C.P.: Desde el 2007 a la fecha hay casi 150 informes de Auditorias. En todos, salvo Cachi, los auditores impugnaron la gestión de los recursos por municipios que efectivamente recibieron más dinero. ¿Cómo hacer para que la descentralización no de poder a los intendentes y reditué en beneficio y poder de los pueblos?

M.I.: Con ministros visitando intendentes y no intendentes visitando ministros. Con verdadera autonomía y con tribunales de cuentas que los controlen. Nosotros lo tenemos acá en Salta. Antes hacíamos la obra y después lo mandábamos a controlar al Tribunal de Cuentas. Ahora eso cambió. Es cierto que reniego por que se burocratiza más, pero es más transparente. Hoy tienen que aprobarme la obra para que empiece. Es el caso de la Playa de Transferencia de Cargas, mandé el proyecto pero no reunía los requisitos que el Tribunal de Cuentas pide y hay que hacer todo de nuevo. Entonces uno no cae en el error. Pasa por más miradas, por más controles y tenemos más certezas de manejar mejor los recursos.

A veces la celeridad de la política y la necesidad de hacer la obra para la gente hace que uno diga “vayan y hagan”, más en un contexto con problemas de inflación en donde tenés un expediente que te demora tres meses y después son otros los precios. Pero bueno… debe haber Tribunal de Cuentas porque transparenta y por eso creo que debe haberlos en los municipios grandes. Y también decir que el mayor tribunal es el pueblo. Lo vi en Bolivia cuando fui a Tarija y compartí un almuerzo con Evo Morales. Si bien Tarija reclama permanentemente su autonomía, el gobierno de central le mandó 450 millones de pesos en un año y Evo lo dijo a viva voz delante de todo el pueblo. Imagínese si el intendente no hubiera arreglado a Tarija como la tiene arreglada… el pueblo lo lincha. Ese es el mayor control: “te di para que hagas la autopista” y no “te mandé la empresa con el contrato hecho” esas son las cosas que hay que cambiar, hay que empoderar a los municipios.

Después tenés obras de conectividad regional. Por ejemplo la autopista Salta-Jujuy o la autopista Salta-Cabra Corral. El otro día hablaba con gente de la Cámara de Turismo y tenemos condiciones de hacer cosas tan importantes como las sierras de Córdoba y el eje de Carlos Paz. También fomentar el comercio, trabajar mucho con la PYMES. Eso va a generar empleos. Escuelas de artes y oficios en los municipios. Que los municipios además sean los encargados de la salud primaria y de la educación no formal y arreglar los grandes nosocomios para que puedan brindar todas las atenciones.

C.P.: En ese marco, es muy común que en nombre de la producción se aprueben leyes que eximen de impuestos a empresas. Esas leyes provinciales siempre terminan con un artículo que “sugiere” a los municipios reproducir la exención. Eso provoca que con el tiempo un intendente de Campo Santo pueda decir que si el ingenio San Isidro o la termoeléctrica Andes pagaran lo que corresponde, su ciudad parecería Paris.

M.I.: Pero eso es lo que hay que hacer. Cuando damos empoderamiento y autonomía a los municipios con cartas municipales distintas, tribunales de cuentas propios, es mejor. También pasa en Cafayate que tiene una gran producción. También en Anta, en los municipios de Joaquín V. González o El Quebrachal. El municipio tiene que ser fuerte. Entonces ahí va a haber una sana competencia entre los municipios y los intendentes del departamento podrán trabajar con políticas de consorcio. Esto lo hemos discutido con gente de Francia en una oportunidad para ver cómo trabajar con los municipios del área metropolitana. Yo lo grafiqué así para que la gente lo entienda, no es que sea la palabra adecuada, pero es una política tipo consorcio de edificio: si todos aportamos podríamos tener en cada departamento una maquina pavimentadora como la que tengo en la ciudad. Podemos competir para ver qué ciudad terminaba más rápido el pavimento o las obras de primera necesidades como obras de agua, luz, cloaca. Si esto lo tienen los municipios a mano, la tarea del gobernador va a ser más fácil. Va a tener menos recursos porque hay que pasarle recursos a los municipios, pero no va a haber ningún intendente tocando la puerta o haciendo cola en un ministerio.

C.P.: En una provincia como la nuestra en la que el 56% del padrón electoral viene del interior, ese interior resulta clave. Allí los grandes intermediarios de Urtubey a la hora del armado político son los intendentes; Romero apuesta a que Olmedo le abra puertas en el interior y en un departamento clave como Orán ¿Cuál sería la estrategia de Isa en el interior? ¿Quiénes son sus intermediarios?

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M.I.: Estoy hablando con todos los sectores. Estoy reavivando la llama de este movimiento nacional. Vamos a construir un gran frente político y creo que mis posibilidades en el interior se acrecientan bastante. Inclusive más que en la Capital porque Romero es el pasado, Urtubey el presente y yo el futuro. Soy la nueva opción para la gente. Eso estoy notando en el interior de la provincia. Para mí es placentero hacerlo porque hablo el mismo lenguaje, nos entendemos perfectamente porque vengo de ahí y existe un contacto muy fuerte con la gente y esto va a ir creciendo. Yo estuve en varias campañas trabajando para otros. Acompañé desde Roberto Romero hasta acá, a todos los candidatos del peronismo. Sé cuales son las cosa que hay que corregir y sobre todo lo que hay que hacer: escuchar y sentarse con todos los sectores y por más dura que sea la crítica, buscarle la vuelta para solucionar los problemas. Esto es lo que quiere Salta y la Argentina: mayor participación debate. Yo no le tengo miedo a la discusión, me gusta aprender todos los días.

C.P-¿La Casa Rosada es la intermediaria de Isa?

M.I.: Tengo apoyo en Casa Rosada. En el Gran Bourg y en la Rosada. Hablar a distancia puede sonar medio loco pero uno de mis mayores apoyos es Juan Manuel Urtubey.

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C.P.: Dicen los estrategas que en una confrontación electoral los contendientes precisan de un adversario y una bandera. Su eventual adversario es su compañero de frente, Urtubey ¿Cuál sería su bandera?

M.I.: Mi bandera es mi trayectoria, mi lucha, mi voluntad. Mi bandera es que todo en la vida me costó el triple. Primero tengo que esperar que me crean que voy a ser candidato… mira vos hasta dónde estoy luchando. Me pasó lo mismo cuando era candidato a intendente. Con San Millán habíamos estado juntos, trabajamos juntos e incluso le gané alabándolo. Gané las elecciones diciendo “algo bueno hizo, el PIDUA”, le tocó un momento difícil de gobernar: el año 2001. Es un estilo distinto en la política Argentina, no solamente en Salta. Soy una persona que voy en lo positivo. No se ven políticos así, de rescatar lo mejor de la gente.

Al salteño le mostré cómo gobierno acá en Capital. Llevo once años al frente de este municipio y sigo atendiendo en las plazas con una mesita y a cara descubierta, sigo hablando con la gente en la vereda, yendo a la casa en los barrios, reuniéndome con los vecinos. Tengo un municipio saneado. Debíamos 100 millones que era la deuda exigible cuando yo entré y teníamos 74 millones de presupuesto. Parecía impagable e ingobernable y pagamos el total de la deuda exigible. Ahora tenemos un presupuesto de 1.200 millones, tenemos centro cívico propio, planta pavimentadora,  escuelas de artes y oficios, panadería social, CIC, centro terapéutico que me acaba de firmar el secretario del SEDRONAR el cura Molina y que muestra que no dejo de mirar los problemas nuevos. El tema de las adicciones nunca ha estado en un municipio y nosotros tenemos centro de rehabilitación, programas de alfabetización. Una municipalidad nunca tuvo tantos proyectos como ahora, gracias al apoyo nacional y provincial pero a eso hay que profundizarlo.

¿Y porqué voy a ganar la gobernación? Voy a ganar porque soy el que más ganas tengo. Tengo ganas, compromiso y vocación de ser. Quiero ser el gobernador de los salteños y estoy trabajando para eso y lo digo. Juan Manuel quiere ser presidente y Juan Carlos Romero se quiere quedar de senador. Esa es la verdad.

 C.P. ¿Va a llegar consensuando en el justicialismo o por una interna?

M.I. Dentro del justicialismo. Para eso están las elecciones PASO. Por eso convoqué a todos los peronistas que se han ido a que vengan y participen adentro, porque está la garantía del voto electrónico. Por eso ganó un partido que no era el oficialista en la capital sin tener fiscales en la mesa y con un encargado de escuela. Tengo esa posibilidad de que sea el pueblo mi intermediario en esto. Yo voy a la conquista de voluntades. Este es el final de la película.

Me resulta a veces difícil y suena medio loco contar cómo uno lo ha programado y cómo uno lo ve. Para esto tengo que hacer un sacrificio bárbaro, de mucho trabajo. No solamente  en cumplir con mis compromisos con la gente en el municipio, sino también en mi organización electoral. Dependo de eso para que la gente me vote y es mucho más fuerte de lo que muchos creen. Yo sé que soy el ganador de estas elecciones. Lo sé interiormente pero si lo decís suena a fanfarrón y a soberbio, pero voy a dejar todo por esta provincia. Es una decisión que la elabore, que me costó tomarla, pero es una decisión que va a fondo. No trabajo para ser vicegobernador, yo trabajo para ser gobernador.

Y menos mal que se me ocurrió -y esto no fue de estratega ni una cuestión de asesoramiento- decir no voy a ser candidato a intendente y de reafirmarlo en cada nota. Es una forma de ir dinamitando puentes cosa que no pueda volver para atrás. Cuando largué mi tercera reelección de intendente también dije “ésta es mi última como intendente”, sólo que nadie se acuerda. Mi estilo es distinto. Puedo ganar o perder, eso es otra historia. Siempre ha habido una gran subestimación. Cuando gané la primera vez para intendente incluso dijeron “este no pasa Semana Santa” y llevó tres periodos. Me acuerdo que las primeras notas eran ¿quién es, de dónde es, cómo se llama, de dónde apareció? Bueno. Ya tengo una larga trayectoria dentro del peronismo local y ahora nacional, porque yo respondo a un proyecto nacional.