Trabajadores y padres de alumnos de la escuela N° 4.743 de la localidad de Vizcachani apuntaron contra la directora Felicita Telles por manejos irregulares y malos tratos. Piden al ministerio de Educación el cierre del establecimiento. 

 

Un grupo de docentes, trabajadores y padres de alumnos del establecimiento 4.743 «Virgen de la Candelaria» en la localidad de Vizcachani (Santa Victoria Oeste), llevan adelante un pedido de cierre de la unidad educativa desde el año pasado ante el ministerio. Ocurre que, además de la pandemia, una serie de desmanejos e irregularidades llevaron a que hoy prácticamente no haya concurrencia de alumnos a la escuela; sin embargo, los cheques para mercadería siguen siendo recibidos por la actual directora Felicita Trinidad Telles.

Las anomalías comenzaron luego de la salida de la ex-directora Digna Gaspar, quien había tomado las riendas de la escuela años atrás, cuando en el edificio sólo había dos libros de texto. Cuando se retiró del establecimiento dejó más de 400 ejemplares, gas natural, calefacción, un invernadero y una importante cantidad de mercadería para el comedor. Algunos de estos productos habían sido comprados, otros donados.

Con la llegada de Telles empezaron las anormalidades y las quejas de los padres de la escuela. La mercadería para el comedor dejó de ser comprada a productores de la zona y desde la nueva administración se adujo que el abastecimiento se hacía en la ciudad de Salta, a 460 kilómetros. Sin embargo, los habitantes de la zona supieron que la directora actual estaba echando mano de la mercadería sobrante de la anterior gestión. Por lo que el destino de los fondos girados a la unidad educativa se convirtió en un misterio.

Cada uno de los cheques provistos por el ministerio para la adquisición de víveres debe contrarrestarse con facturas toda vez que los supervisores del comedor lo soliciten. Esos recibos posteriormente deben ser firmados por la Comisión de Padres, quienes constatan el ingreso de los recursos. Por resolución, los padres deben ser informados de la adquisición de la mercadería cada tres o cuatro meses.

Escuela N° 4743 «Virgen de La Candelaria» (Vizcachani, Santa Victoria)

Sin embargo, los padres de los alumnos del establecimiento aseguran no haber prestado conformidad en ningún momento con las compras de la directora Telles y denunciaron la falsificación de sus firmas. Pese a los reiterados pedidos de explicaciones, la dirección jamás brindó respuestas sobre el manejo de los fondos ni sobre el éxodo masivo de alumnos. Con el inicio de la pandemia, la directora dejó de asistir al establecimiento y delegó -según los denunciantes- el trabajo administrativo de adquisición de mercadería a terceros ajenos a la institución, lo que constituye una grave irregularidad. Aunque el establecimiento esté hoy vacío de alumnos, las compras se siguen efectuando y las facturas no aparecen.

Agravios, amenazas y maltratos

La situación se agravó cuando comenzaron a aparecer denuncias de maltrato físico y psicológico por parte de madres de alumnos de la institución. Según queda evidenciado en audios de Whatsapp a los que accedió Cuarto Poder, los niños del establecimiento sufrían amenazas constantes y, en algunos casos, se les privaba de alimentarse. Todas las denuncias se realizaron, atendiendo a las distancias, en el juzgado de paz de La Quiaca (Jujuy).

En una de las denuncias se deja constancia que una docente de la institución agredió a un niño pegándole «puñetazos en la cabeza porque no hacía la tarea o hacía mal y además lo amenaza diciéndole entre otras palabras: la voy a denunciar a tu mamá, va a venir la policía y se la va a llevar».

En otra denuncia, una madre relata que su hija sufrió agresiones por parte de la misma docente. En el texto del expediente se encuentran asentadas las palabras de la niña a su progenitora: «me pegó en la cabeza, me levantó de los cabellos y me daba cocachos con el puño (…) también a mis compañeros les pega». Desde entonces, la pequeña no asiste al establecimiento.

En otra exposición contra la misma docente de apellido Fernández, una mujer relata que su hijo sufrió idénticas agresiones. En el detalle de los hechos, la +denunciante declara que la maestra «le pegó porque no hacía rápido la tarea cinco puñetazos en la cabeza (…) y que a sus demás compañeros también le había pegado».

Los hechos fueron puestos a consideración del ministerio a través de la oficina de Supervisión sin que haya hasta el momento resolución alguna. A finales del año pasado, un grupo de madres llegó hasta la capital salteña para visibilizar su reclamo ante las autoridades de la cartera comandada por Matías Cánepa; pero al día de hoy, y luego de sucesivas notas remitidas a los despachos del ministerio, no tuvieron siquiera una contestación.