Un operario del Cuerpo de Rescate Especial Voluntario recordó a uno de los brigadistas muertos en Guachipas: Martín Albarracín. Relata la paradojal situación que vivió el martes 28 de octubre: volvía contento de un operativo de rescate hasta enterarse que en otro operativo cuatro brigadistas perecían en las llamas.

David Enrique es el redactor de la misiva que fue colgada en su facebook el 31 de octubre y que a continuación transcribimos integra.

“El martes 28 de Octubre de 2014 volvíamos a casa luego de haber intervenido en un importante operativo de rescate por el colapso de un silo de maíz en la localidad de La Isla a 15 Kms de Salta Capital, una vez más con la satisfacción del deber cumplido. De repente, la noticia de un hecho con cuatro víctimas fatales entre efectivos de la Brigada Forestal de Defensa Civil. Pasar de la satisfacción a la desesperación por la suerte de estos camaradas pero muy especialmente por nuestro compañero del Cuerpo de Rescate Especial Voluntario (CREV) Of 1° MARTÍN RÓBINSON ALBARRACÍN, quien trabajaba en dicho lugar. Los primeros momentos fueron de gran desconcierto y confusión, no había nadie que dijera con certeza qué pasó y quienes eran, hasta que ya en la sede de Defensa Civil, nuestras esperanzas se derrumbaron al enterarnos que lo habíamos perdido para siempre. No lo podíamos creer, no podía ser él. No podía ser nuestro querido compañero, amigo, instructor, camarada de mil aventuras…No podía ser aquel joven con tan alta moral, espíritu de sacrificio y elevado concepto del cumplimiento del deber…No podía ser aquella persona tan aplicada, recta, justa y comprometida con este

Voluntariado que abrazamos todos los que integramos al CREV y por extensión al sistema de Bomberos, ya que este año realizó su curso de Bombero en una Institución hermana.

Las amargas horas que se sucedieron aún perduran en nuestras gargantas. Primero, la misión de rescate de los cuerpos esa misma noche en un cerro del paraje Las Juntas en la localidad de Guachipas, donde un voraz incendio forestal los alcanzó sin posibilidad de escapatoria. Segundo, el velatorio en las instalaciones de Defensa Civil donde se vivieron escenas de profundo dolor mezcladas con muestras de verdadera camaradería, pero también hubieron momentos de gran tensión y reclamos de los familiares. Al día siguiente, los actos de despedida. Por decisión de su madre, Martín sería enterrado en la localidad de San Carlos al sur de la provincia, tierra de sus ancestros, y allí también lo acompañamos. La salida de la caravana fué tremendamente emotiva con las sirenas y claxons de los vehículos de emergencias sonando, los aplausos de la gente y los vivas que se confundían con el llanto adolorido de todos nosotros. Vi muchas caras conocidas totalmente desencajadas y vecinos desconocidos muy acongojados, que nos miraban estupefactos y aplaudían el paso del cortejo fúnebre. Cuatro horas después llegamos a Cafayate, donde los Bomberos Voluntarios y policías locales nos esperaban y continuamos la marcha unos 20 Kms más hacia San Carlos, donde luego de ingresar al pueblo con sirenas y bocinas, nos recibieron más familiares y vecinos. Allí todo comenzó de nuevo, pero al estilo vallisto, más calmo, con procesión a pié, lo ví como más sincero, más respetuoso, más emotivo aún. La gente salía de sus casas y se persignaba.

Vino la misa con la iglesia a pleno, hasta chicos de las escuelas con sus banderas recibiendo a NUESTRO HÉROE PROVINCIAL. Allí, con un nudo en la garganta, pudimos decir unas palabras junto a su hermano, repasando su vida y recalcando sus virtudes como ejemplo para todos quienes lo rodearon en vida, vida que dejó un legado muy importante que esperamos ser dignos de él.

Por último, la despedida final en el pequeño cementerio local. Allí terminamos de descargar nuestro dolor junto a la familia y lo dejamos descansando en paz, bajo un atardecer de cielo celeste y blanco cual bandera, con un trinar de pájaros libres en las alturas. HASTA SIEMPRE MARTÍN! GRACIAS POR HABER PASADO POR NUESTRAS VIDAS!!”