Todos los canales de aire y de cable impactaron en el número; amplios operativos especiales. El momento cumbre en términos televisivos ocurrió a las 21.58.

A esa hora, la cadena de hecho en la que confluyeron todos los canales abiertos y las señales informativas locales del cable alcanzó el pico de rating de toda la jornada: 53 puntos. En espera de esa cifra (y de una medición de audiencia que fue muy elevada durante los 75 minutos del encuentro), la televisión diseñó un operativo tanto o más importante respecto del que suele desplegar en las jornadas electorales.

 Antes y después de reproducir en conjunto la imagen emanada desde la Facultad de Derecho por Argentina Debate, cada emisora planteó su propio operativo, en algunos casos (como el tándem entre América y su señal homónima del cable, Telefé y la TV Pública) con cabecera y estudios propios en la propia facultad. El otro tándem (El Trece/TN) y el resto de los canales (de aire y de cable) eligieron analizar el pre y el posdebate desde sus respectivas sedes. Más allá de la ubicación, unos y otros se parecieron mucho en la cobertura: en todos los casos hubo mesas de opinión con periodistas, analistas de opinión y políticos de las más diversas extracciones.

También aparecieron otras constantes, como las fallas de audio en no pocas conexiones y el recurrente error de calificar lo de anoche como el «primer debate presidencial», ignorando lo que ocurrió en octubre antes de la primera vuelta. Quienes más ningunearon aquel primer encuentro fueron los periodistas de C5N, uno de los canales más sesgados en su postura favorable hacia Scioli, sobre todo en el monólogo previo a cargo de Roberto Navarro, que varias veces sostuvo que «la mayoría de los medios sostiene a Mauricio Macri». La TV Pública, en tanto, eligió dos analistas económicos (Alfredo Zaiat y Raúl Dellatorre) para acompañar a Lourdes Zuazo. Tras el debate, Zaiat habló de la «megadevaluación ocultada por Macri» durante el debate y se preguntó: «¿Alguien piensa que el memorándum con Irán es importante en el debate sobre el futuro de la Argentina?».

Desde otro lugar, El Trece y TN les prestaron mucha atención a las redes sociales. En la transmisión comandada por Jorge Lanata (que incluyó innecesariamente en su puesta en escena una réplica del bastón presidencial) se le dio mucha relevancia a dos encuestas vía Twitter posdebate. En una (tomando algo más de 90.000 cuentas) Macri ganó por 89% a 11% de Scioli. La otra (usando sólo la aplicación del canal) fue más lejos: 94 a 6 a favor del candidato de Cambiemos (ver aparte). Lanata le ganó al resto al tener el primer diálogo a solas con Scioli. Poco después Telefé hizo lo mismo con Macri. Pero en ningún caso aparecieron las preguntas que los candidatos dejaron sin contestar cuando estaban frente a frente.

La imagen generada por Argentina Debate ganó en brillo y precisión (con predominio de los tonos oscuros, en azules y negros metálicos) gracias a que el debate pudo verse en HD, a diferencia de lo ocurrido antes de la primera vuelta. Pero esa ostensible oscuridad del cuadro volvió a quedar en evidencia como si estuviésemos en alguna entrega de premios realizada en un teatro y no en un ámbito como la Facultad de Derecho, apenas realzado a través de travellings aéreos que movían la imagen desde el fondo del salón hacia el escenario.

Tampoco ayudó al televidente la elección de un plano exageradamente corto en la intervención de cada candidato: fue imposible apreciar en su totalidad el gesto corporal completo. Sólo se pudo ver la expresión de cada rostro, que pudo apreciarse a pleno en el momento de las preguntas gracias al correcto uso de la pantalla dividida.

Fuente: La Nación