La Presidenta les pidió a los jóvenes que salgan a “trabajar” y a “persuadir” para “defender el proyecto de país que ha cambiado a la Argentina”. “No permitan que nos dividan, no seamos tontos”, insistió.

“Seamos inteligentes. Nos quieren dividir. Primero en dos para ponernos en jaque y ahora en tres para llegar al gobierno”, arengó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la militancia que se agolpó en los patios internos de la Casa Rosada. En un mensaje en el que destacó la identidad peronista con la suma de distintos sectores de su proyecto político, advirtió acerca de la intención de “dividirnos” por parte de algunos sectores “internos y externos”, y convocó “a todos, no hace falta que piensen en todo igual, tenemos puntos de disparidad pero uno en común, nadie quiere vivir peor de lo que vivimos hoy”. Arengó a la militancia para “trabajar por la victoria” en el ballottage del 22 de noviembre.

“Intentaron debilitarnos de mil maneras, desde el Parlamento, con lockout patronales, con levantamientos policiales; y pese a todos los pronósticos apocalípticos aquí estamos, garantizando todos los días nuevos derechos a todos los argentinos”, enfatizó la Presidenta repasando algunas de las acciones de los sectores del establishment para debilitar su gobierno y llamando a “defender este proyecto político”. Abajo, los cientos de militantes le respondían con un viejo cantito actualizado para la ocasión: “Patria sí, Macri no”, cantaban casi a los gritos y saltando para marcar el compás. En su mensaje realizó un repaso por las políticas del modelo kirchnerista inaugurado en el 2003 por el ex presidente Néstor Kirchner.

 

El marco en los patios era de euforia. Colmados por militantes de las distintas agrupaciones que componen Unidos y Organizados, cada vez que la Presidenta hablaba, algún cantito le respondía para ponerle mística al acto. Desde el balcón del primer piso, micrófono en mano, Fernández de Kirchner bajaba la línea política para encarar la campaña por el ballottage. “Oooh yo soy argentino, soy soldado del pingüino”, cantaban enfundados en sus remeras de La Cámpora, Kolina, Nuevo Encuentro, el Movimiento Evita, entre otras agrupaciones.

“La inclusión es una característica de este modelo. Pero no se confundan, porque la inclusión no es solamente para los pobres”, sostuvo CFK mientras en las alas laterales del balcón funcionarios y dirigentes como el diputado Andrés Larroque o el titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, agitaban las manos cuando comenzaban los cantitos. “Todavía nos faltan cosas para hacer, pero es normal que los que ascendieron quieran seguir subiendo. Los convoco a trabajar, a convencer. Si hay alguien mediocre que dice pavadas, no nos importa, no juntan un voto. Nosotros somos militantes”, destacó enviando un mensaje hacia adentro, pero también un llamado de atención a la militancia para que se enfoque en la campaña.

“Unidos y Organizados como nunca para la victoria”, arengó nuevamente la Presidenta a los militantes, esta vez en el patio de las Malvinas, que esperaron su turno mirando por una pantalla en la que se transmitió todo el acto. “A mí no me gusta hablar de justicialismo, me gusta hablar de peronismo”, apuntó luego en el patio de las Palmeras, el que faltaba en el recorrido presidencial, exponiendo una vieja discusión interna del justicialismo y sus distintas vertientes. Entre los troncos de palma y las fuentes, un grupo de ATE Capital agitaba una bandera con el rostro de Néstor Kirchner. En la otra punta, UPCN hacia lo propio con sus banderas y bombos. “Olé, olé, ola, ola, a los noventa no volvemos nunca más”, cantaban a coro todos juntos mientras la Presidenta les ponía el micrófono cediéndoles la palabra.

“No te vayas nunca, Cristina”, exclamó uno de los muchachos del patio y la Presidenta le contestó directamente: “No me voy a ir a ningún lado, a dónde querés que me vaya”, arrancando una respuesta de aplausos y agregó: “Yo voy a estar donde esté el pueblo”. Al finalizar llamó nuevamente a “trabajar por la grandeza de la patria, por la grandeza de la nación”, pidiendo que vayan casa por casa para “convencer a los vecinos”.

Fuente: Página 12