El Ministro de Seguridad, Alejandro Cornejo D’Andrea, manifestó su posición respecto a la Tolerancia Cero, que aprobó esta semana la Cámara de Diputados.
Como era de esperar, ante la posición crítica que mostró Juan Urtubey para con la norma, el funcionario puso todos los peros posibles.
Pese a estas opiniones esta semana se convirtió en Ley en toda la provincia la prohibición de conducir con cualquier tipo de graduación de alcohol en sangre.
Rápido y vivaras el Ministro aprovechó para mostrarse progre, lo que justamente es el punto débil de toda la «gestión Urtubey».
Hasta aquí la administración llegada en 2007 sólo incrementó su conservadurismo, y algunos gustitos medievales.
El mismo funcionario que basa su administración en aumentar un 20% la población carcelaria, con fáciles perejiles, apuesta ahora a la «convivencia más que a generar todo tipo de prohibiciones».
Según dijo Cornejo a los suyos, «la conflictividad social no se resuelve de un día al otro».
Todo apuntó a controlar el discurso, crítico contra la Tolerancia Cero, que por reclamo de los jefes comunales se impuso a nivel provincial.
El ministro habló de licitaciones y alcoholímetros. Una suerte de Berni a la salteña.
Se quedó en la chiquita. En explicar como lo complicará el tramite, y como le demandará policías. Sobre el fondo de la cuestión (alcohol al volante/muertes en accidentes de tránsito) no dijo mucho.
El Ministro de Seguridad fue terminante hasta para cuestionar el trabajo social, como pena.
“El estado ahora no está en condiciones de implementar el trabajo comunitario, porque nadie podría auditar eso”.