Así lo definió uno de los abogados defensores de Sergio Vargas, Marcelo Arancibia. “Ambos son totalmente inocentes”, recalcó respecto a Vargas y Cajal Gauffìn. Apuntó contra los “subjetivismos” e interpretaciones imaginarias personales de los operadores judiciales. por Andrea Sztychmasjter

El reconocido abogado Marcelo Arancibia describió que fue invitado a participar de la defensa de Sergio Vargas por el abogado Luciano Romano, quien primeramente tomó la defensa. “No todo es por plata” respondió Arancibia al ser consultado de por qué decidió ayudar a defender a Vargas sabiendo de la posición económica del imputado y de toda su familia.

Durante los alegatos Arancibia recordó que en el juicio que se lleva adelante no corresponde y no es el momento de realizar una revaloración de las pruebas sino demostrar la equivocación de los encuadres jurídicos: “Nuestro asistido no ha participado ni cometido los hechos por los cuales es traído a juicio. Prima sobre el mismo sin lugar a dudas, el artículo 18 de la Constitución nacional 75 inc. 22 de nuestra ley suprema y demás artículos internacionales de hablan de este sagrado principio que no es ficción. Sagrado principio que se lo debe de incorporar con la calidad y eficacia de sus preceptos. El principio de inocencia no es declamativo. Tiene la esencialidad de desvirtuar la acción de la inocencia a través de la demostración de la culpabilidad. Allí estará integrado el elemento esencial que buscamos. Determinar quién o quiénes fueron los culpables de este atroz asesinato”, sostuvo durante su alegato.

Desacierto en la estructura

El abogado de Vargas sostuvo que se abocarían a demostrar un desacierto en la estructura defensiva y así mostrar que “nosotros no venimos cargados de susceptibilidades y de efímeras posiciones o desgraciadas suposiciones. Ya sea por falta de determinación  de nuestra estructura o muy precisamente por un mal asesoramiento de aquellos encargados verdaderamente de la investigación”.

Arancibia recordó que hasta la fecha el crimen se encuentra impune “Y para peor consecuencia quienes se encuentran venidos en este debate- lo digo con total responsabilidad- y sin que esto signifique una convergencia personal en cuanto a exteriorizaciones se refiere; ambos son totalmente inocentes”, manifestó.

Arancibia señaló que ese estado de inocencia que defiende de Vargas y Cajal Gauffín se prueba en la vivencialdad, en la objetividad y en la concurrencia de los testigos. “Alguna vez alguien me enseñó que en el derecho lo esencial es la aplicación de la lógica. La sana crítica racional y el sentido común. Lo que en absoluto primó en lo que hace a incorporar a nuestro defendido Vargas sin que existiera ninguna razón que lo justifique”.

“Respetuoso reproche a la calificación legal”

El abogado Arancibia sostuvo que realizaría un respetuoso reproche a la calificación legal que pesa sobre Vargas. Describió que la valoración de la prueba en materia penal es esencial, puesto que a través de ella se determina la responsabilidad de una persona “donde está en juego uno de los bienes más sagrados del ser humano que es la libertad”.

“Los hechos son sagrados, las opiniones son  libres”

Arancibia realizó su discurso haciendo alusión a diferentes frases populares. “A todos puedes mentir menos a tu conciencia” dijo citando al filósofo y teólogo Santo Tomás de Aquino. “La verdad es hija del tiempo” también refirió el letrado.

Arancibia sostuvo que el hecho que Vargas haya estado ese día en el barrio San Nicolás no lo convierte en participe del crimen. “Sería muy lamentable que cualquier persona que anda vendiendo un par de sandalias o unas alpargatas y a la vez buscando trabajo sin tener el más mínimo conocimiento con la acción que otros perversos estaban haciendo vengan imputados en la categoría que viene imputado Sergio Vargas”.

Describió que si bien quedó demostrado que estuvo en Vaqueros no se puede en nombre de la omnipotencia informar lo que no ha ocurrido. Mencionó que Vargas nunca se negó a declarar ni negó haber estado en ese lugar, que igualmente fue corroborado por los testigos.

“Aquí no podemos venir a decir ‘no creo porque no creo’. Debemos decir ‘no creo’ y dar los motivos serios por lo cual no se cree, lo cual no ha ocurrido”, señaló en alusión a la acusación fiscal.

Mencionó que Vargas sí estuvo vendiendo, y que lo hizo a cara descubierta sin esconderse. “Hay  miles de maneras de marcar un domicilio y no la posición infantil que ha esgrimido Fiscalía”.

Sobre las acusaciones de lxs fiscales que apuntan a que Vargas se había cruzado toda Salta para ir a hacerse el de vender unas sandalias, el abogado ratificó que Vargas primeramente pasó a visitar a su madre- presente todos los días del juicio sentada junto a su hijo-. Sobre la acusación que Vargas nunca antes había pisado Vaqueros, Arancibia remarcó que al prestar declaración Vargas pudo describir a través de un mapa de la zona, calles y lugares específicos de Vaqueros señalados solo por quien ha caminado o frecuentado anteriormente el lugar. “Eso lo vivenció el tribunal»,refirió el letrado. Y sumó que Vargas pudo dar detalles de la zona porque la conoce al haber ido varias veces a trabajar. «No fue como se dice que Vargas era un vago, sí se dijo que era medio remolón”, manifestó y ejemplificó con el hábito de albañiles de no ir a trabajar los días lunes.

Marcelo Arancibia sostuvo que aunque la Fiscalía no lo pueda creer, Vargas ese día se fue a Vaqueros a hacerse unos mangos: “Claro, los que estamos acostumbrados a buena plata de alguna u otra manera, justificada o no, nos parece muy poco los montos que se podrían ganar vendiendo dos sandalias y una alpargata, pero algunos le salvan el día y si no hay que ver la lucha constante de aquellas personas que son desalojadas por vender y hacerse unos pesos en la vía pública”.

Fiscales promotores

Arancibia recordó que son los fiscales quienes tienen a cargo las investigaciones y quienes las promueven y señalan a los autores, cuestión que en este caso no ha sucedido: “A pesar que contaron con todos los medios para tal fin”.

Es un crimen complejo que no supieron resolver, mencionó el abogado y describió que toda la sociedad está esperando que la investigación re cauce para dar con los verdaderos asesinos.

Pruebas indignas

Así lo sostuvo el abogado al referirse a las pruebas de fiscales para lograr las imputaciones. “Los señores fiscales formularon lo contrario a lo que dicen los elementales manuales de una correcta investigación. Aportaron un común denominador; argumentos carentes de seriedad y fácilmente rebatidos. Aportaron indicios que nunca se transformaron en pruebas. Toda vez que en ese aporte trajeron pruebas indignas de ser tenidas en cuenta, manifestó.

Arancibia detalló que no existen pruebas que sustenten la calificación legal y que al no sumarse nuevas pruebas en la etapa de juicio no se justifica el cambio de caratula a último momento.

Señaló que lo que se busca determinar es la acción antijurídica y delito que Vargas realizó y no “si Vargas fue, vino o volvió o anduvo, si vendió uno o si mostró dos”. En ese sentido se preguntó “¿han demostrado la culpabilidad para derribar el principio de inocencia?”. Criticó entonces la imputación de “participe secundario”.

A cuatro años no se han podido identificar pruebas fehacientes que apunten a una hipótesis cercana de quien o quienes mataron a Jimena Salas. Pese al cambio de fiscales, las investigaciones no han podido determinar tampoco por qué se la mató con esa saña. Para Vargas la fiscalía solicitó 12 años de prisión y el pago de una indemnización para las hijas. Mañana los jueces del Tribunal deberán decidir si la hipótesis fiscal realmente logró determinar que Vargas no era un vendedor ambulante y ofició de campana de quien también se presume sería el o uno de los asesinos.