Aseguran que fue el insulto que terminó el joven Centeno siendo utilizado como bolsa de box en la comisaría de Pichanal. Con sólo un insulto se desencadenaron los hechos bochornosos en octubre del año pasado.

Las versiones primigenias del caso, generalmente esgrimidas por lectores de la noticia, le daban al golpeado en el video la culpa entera del hecho. No era posible en la conciencia general que un policía use la fuerza bruta así porque sí. Tal vez sea porque muchos de estos lectores nunca se encontraron del otro lado del puño o del disparo policial. Pero la situación es otra para la mayoría de los jóvenes de los barrios alejados del centro de la capital y también en el interior, quienes ante cualquier excusa estúpida, como “insultar” la envestidura policial, pueden terminar torturados en cualquier comisaría o siendo corridos a los tiros por un descampado. Porque a los ojos policiales todos los jóvenes son vagos, posibles ladrones y seguramente drogadictos.

Esa fue la mala suerte de Centeno, que ese día se encontraba junto con otros amigos en una plaza cuando pasaron algunos policías él gritó “cana puto” y el resto ya lo conocemos.

El abogado Hernan Mascietti que actúa como querellante declaró que su defendido nunca estuvo involucrado en hechos de violencia sexual ni de ningún otro tipo de ilegalidad y por ello no cuanta con antecedentes penales.

Cuando el video se viralizó se consideraba que era otro y no Centeno el que recibía los golpes del cabo Luis Aybar (quien fuera mencionado como “cana puto”) quien demostró una destreza comparable con una película clase z .

Por su parte, habló la defensa del agresor, en persona del Dr. Vélez, quien comentó que tras el escándalo, el acusado se presentó ante la justicia donde reconoció su culpabilidad, pidiendo en forma voluntaria la baja de la fuerza. Se espera que dentro de los próximos 15 días aproximadamente se conozca el rumbo que tendrá la causa.