Solo hubo 11 sesiones en todo el año y, para sus asesores, lo más importante es que no faltó nunca.  Muchos proyectos de Declaración, muy pocas iniciativas que apunten a modificar la realidad de los salteños. El año que viene cobrará $500.000 por mes.  

Lucas Sorrentino

Se acerca el fin de año y todos hacen listas y balances. Las mejores pelis, los libros leídos… y al parecer también hay legisladores que intentan mostrar, en un balance, que trabajaron mucho.

Una de las pocas que se tomó el trabajo de hacernos llegar su balance fue Nora Giménez, la senadora salteña del Frente de Todos. Agradecemos el gesto.

Pero analicemos este balance

En el resúmen se subraya que “la legisladora se destacó con una asistencia perfecta en las sesiones”. Así, suelta, la frase, la pinta como la Sarmiento del Senado. Pero en realidad solo fueron 11 sesiones en todo el año. Para una persona que está cobrando 400 mil pesos por mes (el año que viene serán 500 mil pesos por mes), ir a una sesión por mes no parece demasiado. Digamos: no es que cruzó Los Alpes.

El costo de la senadora, empero, es superior a esos $400 mil mensuales. Cabe recordar que tiene 23 asesores. Entre ellos, un hermano del “oso” Leavy. Estuvieron -quizá siguen estando- Martín Del Frari y la ex concejala Lihue Figueroa. Cada uno de estos asesores percibe unos $200 mil pesos.

Y en resumen del balance destacan que participó en más de 30 reuniones de comisión, votó 54 proyectos de ley (hechos por otros), e intervino en el debate para defender o rechazar seis proyectos de ley.

Ni el equipo Ferrari de F1 gasta tanto en su escudería: el team Gimenez cuesta unos $5 millones al mes. Es decir, $60 millones al año. Eso sí: ¡Pero Norita fue a todas las sesiones y a más de 30 reuniones en un año!

En el resumen del balance se destaca que el team Giménez presentó 263 proyectos propios. Visto, así, con la frialdad de los números, parece ser merecedora de ser catalogada como la empleada del mes. Pero alcanza con dar un rápido vistazo a esos proyectos para notar que Giménez incurre en lo que en Salta se conoce como “fannyceballismo”: inflar la producción con proyectos intrascendentes y declaraciones absurdas que no le cambian la vida a nadie. Los proyectos de Ley son mínimos y erróneos en la producción de esta legisladora.

La senadora nacional presentó 263 Proyectos propios, de los cuales 20 fueron Proyectos de Ley, 224 Proyectos de Declaración, 16 Proyectos de Comunicación y 3 Proyectos de Resolución. Acompañó además 47 Proyectos de Ley elaborados por sus pares. De los 20 que ella hizo, no se aprobó ninguno.

Aunque en el resumen suene bien que hubo “iniciativas enfocadas en la equidad de género, la representación de las diversidades, la lucha de los pueblos originarios, el compromiso con el medio ambiente y la naturaleza, el acompañamiento del trabajo rural y cooperativo, el apoyo a las poblaciones más postergadas y el impulso de las Pequeñas y Mediana Empresas”, lo cierto es que un proyecto de Declaración no cambia la realidad. Es lo mismo que tirar una moneda a una fuente y pedir un deseo.

Su kirchnerismo también afectó a Nora en su capacidad de reclamar o cuestionar la falta de obras en el NOA, que hoy, con la sequía, tanto necesitan los salteños. Ni hablar del saqueo de los funcionarios: jamás se menciona qué se hizo con los dolares del Fondo de Reparación Histórica U$S 220.000.000 y Plan Bicentenario de la Independencia U$S 350.000.000.

Una lástima que se tire tanta plata así. Eso sí, por lo menos, Nora no se fue a Qatar, como su compañero de bloque. Seguro que Leavy, rodeado de los ostentosos ciudadanos de Qatar, estará pensando en proyectos para mejorar la vida de los salteños y especialmente de los tartagalenses que no tienen agua y que no llegan a fin de mes.