Un informe del Gobierno boliviano devela el accionar irregular de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y establece como ingresan avionetas a Bolivia desde Estados Unidos para luego ser utilizadas por el narcotráfico para transportar cocaína desde Bolivia a Argentina.

El artículo en cuestión fue publicado por el portal Copenoa que preciso que las avionetas son desechadas por antiguas en Estados Unidos pero ya en Bolivia se emplean para trasportar cocaína de Bolivia a Argentina. “Desde inicio del año 2012 a la fecha, la DGAC ha autorizado la importación y operación de vuelo de alrededor de 200 vetustas avionetas (desechadas en EEUU por su antigüedad), de las cuales un 90% fueron destinadas para el uso en el narcotráfico”. Expresa parte del Informe oficial boliviano. Agregando “La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), fomento el narcotráfico”.

De esas 200 avionetas, se tienen datos de que más del 50% han sido incautadas o derribadas en vuelos ilícitos en países vecinos. En el informe de investigación interna realizado a la (DGAC), se describe el caso de una avioneta incautada con cocaína en la provincia de Salta, en la localidad Del Potrero a 70 kilómetros de la ciudad de Rosario de La Frontera. Identificada como una aeronave Cessna matrícula CP-2735, avioneta registrada como ingresada de forma irregular desde Estados Unidos por La Dirección General de Aeronáutica Civil, de Bolivia.

Un documento interno que se preparó en escritorios de la Dirección General de Aeronáutica Civil y que ya llegó a conocimiento de varias instancias (ministerios de Gobierno, de Obras Públicas y Palacio, entre otros) apunta que esta institución no colabora en la lucha contra el narcotráfico al autorizar “la importación y operación de vuelo de más de 200 vetustas avionetas”. Las mismas, indica el informe, fueron desechadas por antigüedad en Estados Unidos y aprovechadas por el narcotráfico en Bolivia.

El documento fue analizado por el periodista boliviano Boris Miranda Espinoza que indicó que a pesar de la instrucción de Evo Morales de mediados de 2011 de no importar aviones con más de 25 años de antigüedad, la DGAC no dejó de emitir autorizaciones “tal como se pueden ver las avionetas recién salidas de Aduana y estacionadas en la plataforma de Viru Viru, o por el número correlativo de matrícula reciente”. El informe añade que existen datos de que el 50% de estas aeronaves fueron incautadas o derribadas por realizar vuelos ilícitos “especialmente en el Perú”.

El informe detalla alrededor de un centenar de casos de avionetas con matrículas clonadas o falsificadas, otras que se encuentran en condición de desaparecidas y varias de las que se supo por medios de comunicación y reportes policiales que fueron secuestradas o derribadas en Perú, Brasil y Bolivia. El tráfico de matrículas también se genera fuera del país, puesto que se detectaron aeronaves registradas en territorio nacional y con placas sobrepuestas de Argentina o Paraguay.

En 2009, detalla el documento, una avioneta de 1964 con matrícula vigente boliviana se accidentó en Brasil y de inmediato fue quemada. Otras tres de ellas, todas con registro boliviano, quedaron incautadas en Paraguay en agosto de 2012 durante el operativo Águila Negra. Ese mismo año, otra aeronave fue derribada en Perú y los tripulantes fallecieron. Un año después, en ese mismo país, un piloto fue abatido cuando quiso sacar pasta de cocaína en una monomotor de 1980. Son apenas algunos ejemplos de incautaciones, secuestros, derribos y accidentes que se registraron con avionetas con placa boliviana dentro y fuera del país.

Si bien la DGAC no tiene como misión principal la lucha contra el narcotráfico, desde la promulgación de la Ley 521 de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo (que autoriza el derribo de aviones en determinadas situaciones) conforma el Comando de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo.

La anterior semana, Felipe Cáceres informó que en lo que va del año se incautaron 11 avionetas gracias a la coordinación de las fuerzas antidroga de Perú y Bolivia. La autoridad gubernamental añadió que todas las escuelas de pilotos cumplen con los requisitos de funcionamiento establecidas por la DGAC, por lo que no es correcto afirmar que son centros de adiestramiento para el narco. Sin embargo, los rumores de escuelas clandestinas en Santa Cruz son cada vez más fuertes. En 2014 fueron 27 las aeronaves secuestradas por operaciones de tráfico de drogas. El mes pasado, Evo Morales entregó cinco ambulancias aéreas que antes fueron avionetas incautadas y resultaron legalizadas por el gobierno boliviano.

Las economías perversas se articulan y se autoabastecen. Es así como el dinero brasileño con el que se paga la droga que se produce en Perú y Bolivia se usa para mantener a flote a los mercados negros de armamento y avionetas en Estados Unidos. La infraestructura del crimen organizado es móvil y maleable, no necesita espacios físicos fijos y se adapta a las necesidades del momento o del cliente. En los mismos aviones en los que se lleva la droga del VRAEM a Santa Cruz y a Beni, viajaron antes las armas con las que los comandos brasileños controlan sus territorios. Lamentablemente hoy, combatir es más difícil que perpetrar.