En una columna de opinión, el polémico operador del peronismo derechoso Jorge Asis explicó la excelente elección del PO en nuestra ciudad a partir de lo que considera una pelea entre Urtubey y Romero a los que, increíblemente, denominó “estadistas” devenidos en vicepresidenciables y dolorosos desperdicios.
Luego de calificar de utopistas e iluminados a los triunfadores trotskistas, el polémico Asisse dedico a lamentar que los dos grandes estadistas de Salta (sí, los llamo estadistas a Romero y Urtubey) sigan enfrentados. Esto no lo impidió criticarlos, aunque desde el lugar del hombre que lamenta que dos potencias a las que él admira están distanciados y que en esa distancia radica el ocaso de ellos
De Urtubey dijo lo siguiente: “Hasta hace dos años, Urtubey, El Bello Otero, era perfectamente considerado uno de los Siete Samuráis. Un presidenciable que podía equipararse al también declinante Jorge Capitanich, de Chaco. Y al siempre expectante Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I. Sin embargo hoy -con suerte y con la mejor onda- Urtubey puede ser considerado apenas un vice-presidenciable. Para situarlo en las proximidades de Sergio Massa, la Rata del Tigre, Aire y Sol II. Con Massa comparten la generación precipitada (Urtubey es sólo tres años mayor). Pero sobre todo comparten la amistad tutelar de Graciela Camaño, la Mujer Golpeadora. (Kunkel, teléfono). Pero Urtubey, hasta hace tres meses, supo participar de los cotillones anti-sciolistas que solía armar el Grupo Gestar, a los efectos de postrarse federalmente ante La Doctora. Junto a otros gobernadores entusiasmados que se colgaban, aún, del “Vestidito Negro”. Fue en la diezmada etapa reeleccionista. Cuando el gobernador Urribarri, de Entre Ríos, estimulaba, para estar en carrera, la idea de la eterna reelección de La Doctora. Aunque sabía que jamás se les iba a dar. Días sublimes en los que, por todas partes, las señoras sensibles y alarmadas preguntaban si La Doctora iba a continuar. Quedarse al mando para tutelarnos siempre, o no. Una tesis mucho más optimista que la desgarradora de la actualidad. Porque se modifica sustancialmente el sentido de la pregunta. Ahora es si La Doctora podrá quedarse. Durar. Hasta 2015. O no.
De Romero, por su parte, Jorge Asis dijo lo siguiente: “puede ser interpretado históricamente como un doloroso desperdicio. Emerge casi como una versión más seria de Reutemann. Es -Reutemann- aquel que dejó pasar tres veces el tren de la oportunidad (y eso que estaba sólo en la estación). Para quedarse como “planta permanente” en el Senado (de la Nación). También Romero pudo atreverse a encabezar un proyecto de peronismo alternativo. Pero prefirió quedarse, como Reutemann, con la plácida parsimonia del Senado. Otra “planta permanente” que le permite permanecer en Buenos Aires entre el martes y el jueves. E ilusionarse con algún proyecto sin salida posible, en reuniones inofensivas con el senador Alberto Rodríguez Saa, mientras las nuevas generaciones los pasan por encima. Y sin la menor contemplación dejan de tenerlos en cuenta. Salvo para complementar alguna fotografía”.