Coca: en un mes aumentó 400%

El inicio de la cuarentena en Salta, entre otros rubros, afectó al negocio de la coca. Bajo el argumento de que hay desabastecimiento, por el cierre de fronteras, registró un descomunal aumento de un casi 400%. ¿Quién está detrás de este negociado y por qué los legisladores salteños no buscan legislar su comercialización?

Uno de los productos más comercializados por los salteños, es, sin duda, la hoja de coca, que se trae desde Bolivia y que hace poco más de un mes tenía un costo $2500 por kilo. Hoy, y tras las restricciones impuestas por la cuarentena, este producto, de consumo diario, registró un impagable aumento, de un casi 400%. Los salteños piden a gritos que alguien regule la comercialización de este producto que resulta casi vital para muchos.

En este marco, uno esperaría que los legisladores puedan, finalmente, darle el sustento legal que, al día de hoy, no tiene la venta de hoja de coca. En Argentina, la  ley nacional N° 23.737 no pena a quienes consumen o tienen en su poder la coca, pero no establece qué sucede con la importación desde el vecino país de Bolivia, por lo que su ingreso es considerado como delito federal.

Es justamente este vacío legal el que permite la especulación y el negociado por parte de instituciones que aprovechan estas circunstancias especiales. Según comentan muchas fuentes desde el norte provincial, sería la Policía Federal, en complicidad con la policía salteña, la que estaría manejando la entrada y salida de la coca, y aprovechando los procedimientos irregulares para confiscar la hoja verde, y luego venderla a los exorbitantes precios actuales.

La cuestión en el norte provincial, en ciudades como Orán, sería más complicada: el precio de la coca ha superado al de Salta Capital, sin importar que por características geográficas, esté mucho más cerca del país de origen. Al parecer, se trataría de un negocio que involucra a autoridades del ministerio de Seguridad, en complicidad también con Gendarmería, que se hace cargo de secuestrar coca pero no de hacerla figurar en los registros. De ese modo, la coca puede seguir circulando, pero a los precios que lo hacen actualmente.

Por otra parte, quienes debieran, además de velar por que la corrupción no se apodere de las instituciones de seguridad del Estado, de circunscribir un marco legal que regule el negocio de la coca, aún no lo han hecho. Ni diputados ni senadores, pese a que muchos son ávidos consumidores de hojas de coca, han mostrado voluntad política para expresar la necesidad de reformar la Ley ni el Código Aduanero, sobre uno de los productos que los salteños más consumen. No solo eso, sino que regulando el negocio, la provincia podría generar ingresos económicos significativos: solo en Salta Capital, se consumen 14 mil kilos de hojas de coca por día, implicando esto un monto que asciende a los 600 mil dólares.

Por estas horas, se hace cada vez más difícil acceder a la coca, ya sea por desabastecimiento o porque, en medio de la crisis económica impulsada por la crisis sanitaria, los salteños no pueden costear los precios que ahora mismo impone el mercado.