Son algunos de los términos empleados en redes sociales para descalificar a mujeres que participan por cargos políticos. (Andrea Sztychmasjter)
Un informe sobre violencia política detectó los términos más empleados por usuaries contra candidatas en Twitter, Facebook e Instagram durante la campaña electoral del año pasado.
La investigación realizada por el Observatorio Julieta Lanteri, junto con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), y el Observatorio electoral de la COPPPAL se focaliza en la violencia que se expresa y se difunde a través de las redes sociales, donde advierten “es un ámbito en el que se desarrolla una parte significativa de los debates políticos en el mundo de hoy y en el que se descargan agravios y violencias virulentas, en particular dirigidos a las mujeres jóvenes y las disidencias. El impacto aleccionador que persiguen estas expresiones de violencia no solo afectan a sus destinatarias directas, sino que también operan como una barrera que busca disuadir a otras personas de encarar o sostener esta participación en la vida política”.
Esta semana durante una charla vía Zoom organizada por la Universidad Torcuato Di Tella, titulada Actividad y militancia política la joven legisladora porteña, Ofelia Fernández, fue víctima de una agresión virtual mientras participaba de una videoconferencia con estudiantes universitarios. La misma transcurría sin inconvenientes: los estudiantes podían hacer preguntas por escrito y un moderador de la Universidad se las trasladaba a Fernández. Hasta que en un momento un participante interrumpió la charla, activó el micrófono y gritó: «Gorda, doná tu sueldo». Otrxs alumnxs se sumaron y dijeron otros insultos machistas.
En nuestro país la violencia política se incorporó a la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. El antecedente de esa figura es la Ley 243 Contra el Acoso y la Violencia Política hacia las Mujeres del Estado Plurinacional de Bolivia, aprobada el 28 de mayo de 2012. Entre los argumentos con el cual se trabajó para conseguir adhesiones para la ley, se advertía sobre las persecuciones políticas vinculadas a cuestiones de género. En un país donde se debe establecer por ley la paridad y la participación de mujeres en las listas, la autora del proyecto, la senadora de la Nancy González indicó: “Tenemos que seguir luchando para que nunca más un hombre nos pise la cabeza para que no participemos en política”.
Violencia en redes
La investigación citada alerta sobre la ampliación del público a través de internet y el “ensanchamiento del espacio público”. Describen que la campaña presidencial del 2011 fue la primera en Argentina en desarrollarse en las redes sociales, marcando el camino de la digitalización de la política y fundando la nueva centralidad de estas plataformas en la difusión y promoción de las ideas políticas. Con esto también se ha ampliado la participación de trolls y bots en el entramado discursivo político contemporáneo.
La investigación que se presenta en este estudio planteó el objetivo de analizar las manifestaciones de violencia machista que vivencian las candidatas mujeres e identidades feminizadas en las redes sociales durante la campaña electoral Argentina en 2019. Para ello, se plantearon los siguientes objetivos específicos: • Identificar y medir la cantidad de comentarios con contenido violento basado en razones de género que recibieron las candidatas mujeres y disidentes durante la campaña electoral 2019. • Identificar y analizar los principales contenidos expresados en estos comentarios violentos. • Identificar los tipos, características y prevalencia de las manifestaciones de violencia machista en la política, tanto a nivel agregado como en relación a cada candidata.
Algunos de los rastreos que realizó la investigación detectaron que es predominante la utilización de la temática del aborto para delimitar la frontera entre la “buena” y “mala” mujer o madre. Es recurrente el insulto de “Abortera” y sus derivados como forma de mostrar esta distancia, así como “Feminazi”, planteando el feminismo desde un lugar negativo, por no corresponder al ideal conservador/patriarcal de cómo deben ser/comportarse las mujeres.
“Una segunda dimensión de las expresiones discriminatorias son los comentarios de menosprecio a las capacidades, con comentarios alusivos a las habilidades para hacer política. La falta de saber o conocimiento (o un “conocimiento considerado no adecuado”) y el hecho de no actuar de la manera ‘correcta’ (ser mentirosa, cínica, hipócrita,) o ser ‘joven’ (como algo negativo/ peyorativo, ya que supone ignorancia y/o falta de conocimiento/saber), es predominante en este tipo de manifestación de violencia machista”, señalan.
Acoso
Las manifestaciones que contienen acosos son, según el análisis cuantitativo de Twitter, el 25% del total de las agresiones. Aquí aparecen comentarios de carácter reiterado y/o no solicitado hacia las candidatas con contenido perturbador o intimidante, de índole sexual/romántica generalmente. Dos nubes de palabras ilustran los principales contenidos que presentó esta manifestación en la red social Twitter: