El Gobierno provincial acogió a periodistas por su día con un entremés y obsequios, también fue la oportunidad para que el gobernador expresara algunas líneas que ordenen la tropa de tribunos. (Franco Hessling)
El pasado 7 de junio se celebró un nuevo Día del Periodista en conmemoración de la primera publicación de La Gazeta de Buenos Ayres, el periódico elaborado por Mariano Moreno que surgió tras la constitución de Junta de Gobierno de 1810. En Salta, el Gobierno provincial convocó a un tentempié en la Casa de Gobierno de Grand Bourg, donde la plana mayor del Ejecutivo se paseó entre sus tribunos contemporáneos.
Antes de iniciar el sorteo de suntuosos premios -la parte más esperada por los presentes-, el secretario de Comunicación, Matías Rodríguez, improvisó unas palabras que, según dijo, no tenía preparadas. Se refirió a la labor periodística y empachó de encomios a sus interlocutores. Seguidamente la voz de mando tomó la palabra.
Cuarto Poder aprovechó la ocasión para escuchar el discurso del Gobernador, Juan Manuel Urtubey, quien a pesar de su acalorada agenda nacional, abonada por sus estelares menciones en el programa televisivo conducido por el dirigente futbolístico y empresario Marcelo Tinelli, se dio tiempo para ordenar la tropa mediática y dejar algunos señuelos discursivos para los tiempos presentes y venideros.
Ese criterio se aplicará para desmembrar el mensaje dado por el mandatario a los periodistas, por un lado las observaciones sobre la situación actual, a la que calificó de “necesaria”, y por otra parte lo que se viene de cara a las elecciones legislativas de 2017 y fundamentalmente a las ejecutivas de 2019, en las que ansía tener proyección nacional.
Defensor ahora
“Estoy convencido que éste es un país que va para adelante”, dijo Juan Manuel Urtubey, quien estuvo afecto a defender la suba de los servicios públicos, el veto a la ley de emergencia laboral, la purga en el Estado y las exenciones fiscales a los grandes grupos económicos. Ratificó su acompañamiento a los rumbos adoptados por el Gobierno Nacional. No obstante, reconoció que la remisión de la economía, la merma en la capacidad de consumo y su consecuente desaceleración del mercado interno, representan un panorama actual poco feliz. Los catalogó como “tiempos difíciles”.
Debido a ello, y en honor a su rol de opositor que defiende al macrismo -oxímoron si los hay-, Urtubey calificó como “necesario” el momento que atraviesa el país, en el que además que todos pagan más la luz y el gas, algunos llegaron a quitarse la vida por la asfixia económica general. Justamente, el 7 de junio último, el albañil Alberto Luis Guerra, de Necochea, se suicidó aduciendo en una misiva que le era imposible vivir así.
El gobernador salteño ya mostró que las muertes no lo sensibilizan, ni siquiera las de sus co-provincianos párvulos abatidos por la desnutrición y la desidia de sus funcionarios. Muy suelto de cuerpo, y a sabiendas de situaciones tan críticas, el reciente galán de la marquesina nacional defendió el camino del gobierno PRO por encontrarlo ineludible.
“No quería dejar de decirles que nos encomendemos todos a una tarea común”, indicó como quien marca el rumbo a la tropa de voceros que, encandilados, lo observaban emitir su discurso. Impelió a los periodistas presentes a que se plieguen a sus intereses, que sean confiados y cautos, que ayuden a que la paciencia colectiva no se agote.
Opositor después
“Estoy convencido que podemos estar mucho mejor”, remarcó y disipó la clemencia ante la avanzada neoliberal que había mostrado cuando habló en tiempo presente. Al posar los ojos en el futuro, Urtubey eligió recaer en su rol de opositor y hacer mención, solapadamente, a sus aspiraciones nacionales de cara a la compulsa de 2019. Los más optimistas rumoreaban, mientras el jefe hablaba, que aún anhela alcanzar la presidencia; los cautelosos prefirieron no hacer mención a cargos, previendo que el sillón de Rivadavia puede ser muy ancho para las espaldas de Urtubey.
El bloque de diputados nacionales que el gobernador entretejió junto a Diego Bossio demostró ser menos determinante que el liderado por el excandidato presidencial, Sergio Massa, que terminó teniendo más protagonismo en la discusión por la Ley Anti-despidos. Si bien creció el conocimiento de su apellido en el país, lo más conspicuo que hizo Urtubey en lo que va del año fue venderle empanadas al conductor de ShowMatch.
En este tramo de su alocución, Urtubey exhortó a los reporteros a tener una mirada responsable que se preocupe por lo que es mejor para Salta, en clara mención a su propia proyección nacional. Apeló al chovinismo provincialista de su auditorio, que con movimientos dignos de embelesamiento, asentía con la cabeza rítmicamente como si estuviera sonando One love de Bob Marley.
Responsabilidad social
El gobernador se refirió a los periodistas como aquellos, entre otros, que tienen una “responsabilidad social”, lo cual fue también asentido acríticamente. A estas alturas, el ingreso al salón de los regalos distraía a una parte de los oyentes. Desde la óptica de quien transcurre su tercer mandato en la gobernación, esa responsabilidad social comprende no obstruir el orden establecido, que lo tiene a él mirando desde el pináculo de la pirámide.
“Quiero agradecerles su enorme compromiso patriótico”, dijo. Al apelar de esta forma a los homenajeados, el galán que encantó a la actriz Isabel Macedo -su acción más replicada mediáticamente en lo que va del año-, dejó claro que tiene muy presente el valor que los medios de comunicación poseen en el armado político de su carrera por posicionarse con miras a 2019.
Urtubey es consciente que si en las legislativas de 2017 no cosecha un triunfo contundente en Salta, sus chances de ser considerado como referente nacional del PJ caerán estrepitosamente. Tan afecto como es a las metáforas futboleras cuando se trata de analizar elecciones, el mandatario sabe que el año que viene no sólo tiene que ganar, también tiene que golear y gustar si quiere sonar como figura fuerte. Además, si no quiere contraer el síndrome Insaurralde (en referencia a Martín), será de vital importancia que cese con sus apariciones en el mundo del espectáculo argentino y recupere el timonel político de Salta. Por lo pronto, es el único que tiene
Los ausentes
El ágape contó con la participación de varios nombres propios de la plana mayor que disputará la gobernación en 2019, cuando Urtubey abandone obligatoriamente el cargo. Como ya se dijo, el propio secretario de Comunicación tomó la palabra como telonero del discurso del mandatario. También estuvieron los ministros Eduardo Costello, de Trabajo, Oscar Villa Nogués, de Salud Pública. Juan pablo Rodríguez, de Gobienro y Luis Gómez Alamarás, de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario. También estuvo el vicegobernador, Miguel Ángel Isa, a quien se lo vio más presto a charlar con los periodistas en tono informal y desprejuiciado.
La predecible ausencia de Pamela Caletti y Carlos Abeleira a raíz de lo acaecido al estado público que tomó la violación múltiple a una niña wichí, se complementó con otras ausencias de renombre, las de Carlos Teófilo Parodi y Sebastián Gomeza. Según dijeron los tutores de sus sendas agendas, el jefe de Gabinete y el ministro de Hacienda se encontraban en Buenos Aires negociando la adquisición de deuda.