Se presentan como una escuela de trading y captan a jóvenes inversionistas con la promesa de ayudarlos a obtener «independencia financiera». Pero el verdadero negocio reside en incorporar cada vez más miembros a la estructura que deben pagar cuotas mensuales en dólares. ¿Cómo opera en Salta una de las sectas comerciales más cuestionadas del mundo?
Por Nicolás Bignante (Chairman 800)
El pasado 22 de marzo la Policía Nacional de España anunció la detención de 8 personas como presuntos integrantes de una estafa piramidal basada en cursos virtuales sobre criptomonedas y transacciones financieras de alto riesgo. Los involucrados integraban la cúpula de IM Mastery Academy en el país europeo, una supuesta escuela de trading que ofrecía cursos de inversión en criptomonedas, Forex (mercado de divisas), acciones, etc. y que captaba jóvenes con la promesa de empujarlos hacia la tan ansiada «libertad financiera».
A pesar de los embrollos legales, el señalamiento de las autoridades de distintos países y las múltiples publicaciones digitales en torno al fraude, la academia sigue operando en Argentina y hace algunos meses desembarcó en Salta, donde cuenta con más de 200 miembros activos.
Viejos métodos
IM Academy fue fundada hace 9 años por el norteamericano Cristopher Terry, un multimillonario que supuestamente hizo su fortuna en base a inversiones en Forex, aunque no hay evidencias de que haya sido así. En cambio, si las hay respecto de su participación hasta 2012 en el mundialmente conocido fraude de Zeek Rewards, una pirámide de 600 millones de dólares al borde del colapso que fue desbaratada en Estados Unidos. Tiempo atrás, había formado parte también de la multi-denunciada Amway, donde habría aprendido las tácticas para formar su propia pirámide.
Fue así que dio vida en 2013 a IM Academy, aunque se la conoce como tal desde 2019, ya que su nombre anterior era IMarketsLive o IML. Las razones para el cambio de denominación de la empresa no son muy difíciles de deducir si se considera que una simple búsqueda en internet arroja innumerables artículos que señalan a la academia como un completo fraude. Al final de cuentas, los más elementales postulados de marketing indican que ninguna empresa cambia su imagen corporativa si está teniendo buenos resultados.
El «producto»
La diferencia sustancial entre los esquemas «Ponzi» y las estafas piramidales es que en los primeros existe captación de capitales con la promesa de una rentabilidad futura exagerada. Si bien algunos de los miembros más antiguos llegan a cobrar los montos prometidos, la mayoría de los participantes pierde su capital, dado que el sistema se sostiene con el ingreso de nuevos inversionistas y no hay ninguna actividad que lo respalde.
En las estafas piramidales (a excepción de los «pasamanos» como: la flor de la abundancia, los telares o fractales) siempre media un producto que, a la larga, termina operando de pantalla para ocultar la verdadera actividad de la organización. El producto puede variar en su naturaleza y, de hecho, esto es lo que mantiene en pie este tipo de estafas hasta el día de hoy. De batidos nutritivos a cremas para la piel, filtros para agua, bebidas energizantes o -en el caso de IM Academy- clases virtuales de trading.
Los promotores de la academia predican hasta el hartazgo que las capacitaciones de los «formadores» generan resultados en todos aquellos que sigan sus consejos. En redes sociales machacan insistentemente en que «trabajar desde el celular», «ganar en dólares» y «vivir del trading» es posible. Todo ello va acompañado de opulentas publicaciones en las que se los ve dándose lujos, manejando autos caros (muchos de ellos alquilados) o viajando por el mundo.
Pero los datos oficiales publicados por la propia academia los desmienten. La legislación norteamericana obliga a empresas como IM a publicar los resultados de sus miembros para, precisamente, evitar la publicidad engañosa. Es así que, según el cuadro de ingresos publicado en la web oficial de la academia, el 67,49% de los miembros gana en promedio 165,44 dólares al año. Otro 16,90% gana en promedio 869,28 dólares anuales y Un 9,99% adicional gana en promedio 2,727.36 por año. Apenas el 5,4% restante gana por encima de esas cifras, lo que apenas les permite superar el dinero invertido en cuotas y matrículas.
El contenido de las clases virtuales es llamativamente básico y no se diferencia en demasía de las enseñanzas que se pueden adquirir en la web con un poco de investigación. Además de videos colgados en la plataforma, los alumnos pueden acceder a libros de autoayuda financiera de dudoso rigor académico e incluso contratar la aplicación «Swipecoin», un sistema de alertas que indica en qué activos invertir y en qué momento. Esto se conoce como señales de trading y sólo pueden brindarlas entidades autorizadas por la Comisión Nacional de Valores (CNV). No es el caso de IM Academy.
Los formadores suelen decir que las señales enviadas son «ganadoras», aunque en los hechos muchas de ellas terminan en pérdidas. Para contrarrestar esta situación, la academia apela nuevamente a la publicidad deshonesta. Allí entran en juego conocidos vendehumos del mundo de las finanzas como Cristian Adell o Alex Morton, quienes además de exhibir una vida de lujos en sus redes recurren a la publicación de «cuentas auditadas». Este es el sistema de convencimiento por excelencia de la organización y consiste sencillamente en publicar los resultados de sus operaciones exitosas, obviando las defectuosas. Para esto se valen de un sistema de auditoría denominado Myfxbook, que demostró ser perfectamente maleable.
Marketing de «referidos»
Como en todo esquema piramidal de negocios, los servicios de IM sólo se pueden contratar a través de un miembro activo de la academia que oficia de reclutador. No existe un sistema de contratación directa como en Netflix, Spotify o cualquiera de las apps de delivery. Cuando este cronista consultó a uno de ellos si este sistema no constituía una pirámide, la respuesta fue que obedece a un mecanismo de publicidad «no tradicional y novedoso» (existe hace no menos de medio siglo) en el que los clientes ofician de promotores. Pero ¿cuánto cuesta ingresar a la academia y aprender a ser un lobo de Wall Street?
Los valores pueden variar de acuerdo al país y a la región en donde opera la empresa, pero siempre son en dólares. Hasta hace algunos meses, el valor de la matrícula en Salta era de USD 235 y la cuota mensual llegaba a los USD 160, muy por encima de lo que cobrarían varias universidades privadas. El costo de la cuota bajó repentinamente a USD 85, supuestamente por reintegros de AFIP, aunque probablemente tenga que ver con que eran inaccesibles para cualquier argentino promedio.
Como sea, el valor de las cuotas rara vez es compensado por los ingresos derivados del trading. Como se dijo, el 67% de los miembros apenas cubre en un año lo necesario para pagar dos mensualidades. Es allí cuando la empresa ofrece otra alternativa: hacer ingresar más gente a la pirámide.
Si la víctima capta a otras dos personas, deja de pagar la cuota mensual y, a partir de la tercera persona, comienza a percibir ganancias mensuales. Los ingresos van aumentando en función de la cantidad de personas que se encuentren debajo de la red, siempre y cuando pueda cada una de ellas cumplir con el reclutamiento de tres nuevos miembros. La expansión de la base es necesariamente exponencial y continua, por lo que un simple cálculo matemático llevaría a entender que el esquema se torna insostenible tarde o temprano.
Los reclutadores suelen argumentar que, por la calidad de las capacitaciones, la mayoría de sus miembros paga gustosamente las cuotas en dólares y no se inclina por el marketing de referidos. Además, insisten en que se trata de una opción y no de una obligación, aunque hacia adentro, las presiones son evidentes.
Ser Chairman, una obsesión
De acuerdo a los ingresos obtenidos por incorporar nuevos miembros al staff, la academia cuenta con un sistema de niveles o rangos que se compone de: Platino 150 (ganan USD 150 al mes), Platino 600 (ganan USD 600 al mes), Platino 1000 (ganan USD 1000 al mes), Platino 2000 (ganan USD 2000 al mes) y Platino 5000 (ganan USD 5000 al mes). Luego siguen los Chairman 10 (ganan USD 10.000 al mes), Chairman 25 (ganan USD 25.000 al mes), Chairman 50 (ganan USD 50.000 al mes), Chairman 100 (ganan USD 100.000 al mes), y así sucesivamente. Ser Chairman se convierte en la obsesión y único propósito de la mayoría de los miembros de IM. Para alcanzar el rango de Chairman 50, se requiere la incorporación de 2500 miembros que aporten en conjunto un volumen de USD 362.500.
Flojos de papeles
Pese a presentarse como una empresa que brinda «servicios de educación», la firma IM Academy no figura en ninguno de los registros de contribuyentes de AFIP con esa categoría. Tampoco tributa en la Dirección General de Rentas, ni cuenta con un domicilio legal en la provincia de Salta.
Cuarto Poder solicitó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) referencias sobre la empresa, atendiendo a que -en los hechos- brinda servicios de asesoramiento financiero. La respuesta fue que «la firma I AM MASTER ACADEMY/IMARKETS LIVE no es un agente registrado ante esta Comisión». A su vez, aclararon que se encuentran publicadas alertas de los agentes reguladores de: Reino Unido, España, Francia, Panamá y Chile en relación a la actividad de IM Academy. «Adicionalmente, algunas de estas plataformas ofrecen un plan de compensación a los suscriptores, que se incrementa a medida que se incorporan nuevos participantes (programas de referidos)», recalcaron a este medio desde el área de Protección al inversor de la CNV.
Por su parte, Mailén Povor, del área de legales de la ONG «Bitcoin Argentina» (una de las denunciantes de Generación Zoe) recomendó no confiar en promesas de inversión «si la empresa promete ganancias excesivamente altas (+ 8% de USD anual)», como así también verificar que la empresa se encuentre registrada en Argentina.
Cuarto Poder consultó además con la Cámara de Empresas de Venta Directa (CAVEDI), ya que el marketing de referidos suele asociarse de manera engañosa con la actividad de empresas como Essen o Herbalife, que manejan esquemas de distribuidores, pero no conforman sistemas piramidales. La respuesta fue: «la empresa no es socia de CAVEDI y no tenemos información sobre la misma».
IM en Salta
Este cronista participó en dos ocasiones de las reuniones llevadas a cabo por IM Academy en Salta que, por cierto, no son otra cosa que eventos de publicidad presencial bajo el formato de charlas TED. En ambos casos se contrataron teatros importantes por los que desfilaron oradores y miembros de la academia y en los que la asistencia fue plena.
El evento comienza con la alocución del primer expositor que explica las diferencias entre vivir de un salario, ser un autoempleado (o cuentapropista) y ser un inversionista. Mientras aborda las desventajas de integrar los dos primeros grupos, enumera los beneficios de vivir de las inversiones. En todos los casos se apela a historias de ex-empleados frustrados a los que no les alcanzaba el dinero y carecían de expectativas a futuro. Indudablemente los relatos conectan con las vivencias de la mayoría trabajadora en Salta.
Frente a esta realidad, el mundo de la autoayuda financiera propone una salida individual: Según el orador, integrar el 1% de la población que vive de sus inversiones es una cuestión de «educación financiera» y de «mentalidad», concepto este último que roza peligrosamente con los postulados de las pseudociencias y el coaching.
El guion continúa con una breve explicación sobre qué es el trading y qué son las criptomonedas. En ese momento se convoca al escenario a los «traders» de la academia para que den testimonio de las virtudes de la empresa. Algunos de ellos relatan haber ganado 25 dólares en la última semana. El público estalla de la ternura y no sabe si felicitar a los pichones de Warren Buffet o hacerles una vaquita.
Entre música electrónica, selfies y sacos de colores se va la primera media hora de evento y aún no se hizo mención siquiera del nombre de la academia. Finalmente llega el momento de presentar a los «networkers» (eufemismo de reclutador) y dar a conocer el verdadero propósito del negocio. Pasan primero los Platino 150, luego los Platino 600 y los Platino 1000. Entretanto, la joven oradora explica que el sistema de marketing de referidos no es nada del otro mundo y pone como ejemplo los beneficios que otorga la App Pedidos Ya para aquellos que la recomiendan a otros clientes. La comparación insulta la inteligencia hasta del más jovato de los presentes, que comprende la diferencia entre ser cliente eventual de una marca y ser miembro de su estructura empresarial.
El acto culmina con el testimonio de los altos rangos de la empresa en la provincia que cierran su mensaje pidiendo a los presentes que busquen a la persona que los invitó para empezar un nuevo camino dentro de IM.
Criptosectas y pseudociencias
Cualquiera que haya asistido a eventos publicitarios de empresas multinivel puede detectar una serie de patrones que se repiten en cada uno de los casos. La explotación del sentido de pertenencia cobra relevancia en un contexto en el que los jóvenes enfrentan altos grados de frustración y escaso desarrollo personal. En el caso de IM Academy, esto llevó a que su fundador Cristopher Terry creara el movimiento «Awaken Dreamers», un grupo cuasi-religioso en el que se comparten prácticas motivacionales y se consolida la cohesión grupal.
A su vez, el bombardeo constante de imágenes que apelan a la abundancia de los miembros superiores, configura una idea de la vida «deseable». Todo ello va acompañado de frases y pensamientos motivacionales de contenido rústico pero esperanzador. Muchos de ellos encuadran en el misticismo cuántico o la ley de atracción, según la cual lo que se desea se decreta, independientemente de las condiciones objetivas ajenas al individuo. En el plano de las finanzas, estas creencias tienen un efecto simplemente narcotizante.
De a poco, los chairmans, los líderes o los «mentores» se convierten en figuras reverenciales a quienes hay que escuchar si se quiere llegar a los mismos resultados.
En contrapartida, la palabra de aquellos que no ostentan «resultados» pierde valor para las víctimas de la red, incluso si esto abarca a personas cercanas o familiares. La educación tradicional, al igual que los medios de comunicación, se convierten en enemigos de la mentalidad de abundancia y muchos de ellos hacen alarde de haber abandonado sus estudios para abocarse de lleno al mundo de las finanzas.
Insólitamente, a muchos de ellos les tomó más de 30 años descubrir que el objetivo de la educación, bajo ningún punto de vista es, ni puede ser, convertir en millonarios a los que la reciben. El eje troncal de esta línea de pensamiento es la obra de Robert Kiyosaky, un gurú de las finanzas que llegó a escribir un libro titulado «Si desea ser rico y feliz no vaya a la escuela». Sin embargo, su obra fundamental, la biblia de la autoayuda financiera, es «Padre rico, padre pobre». En palabras del catedrático de la Universidad de Northwestern, Chicago, Claudio Benzecry, la obra citada hasta el hartazgo por los promotores de la «independencia financiera» es una «máquina de hacer neoliberalitos».
El sueño de vivir sin trabajar
Si existiera algo parecido al paraíso de los «traders», sin duda alguna sería la denominada «libertad financiera», instancia a la que aspiran inversionistas, especuladores y emprendedores de toda índole. Siguiendo a Kiyosaki podemos definirla como el momento en el cual los ingresos pasivos (aquellos que se generan sin la necesidad del trabajo presencial) son tan abundantes que cubren ampliamente el coste de la vida. Así, este excedente de ingresos puede reinvertirse para alcanzar rentabilidades aún mayores. Una suerte de sueño húmedo en el que «el dinero trabaja para las personas» y no a la inversa. O como lo denominara el sociólogo Daniel Fridman: «el sueño de vivir sin trabajar».
En el plano de la ética, dicho anhelo los ubicaría en un rango no muy lejano al de cualquier ñoqui estatal doméstico; aunque, hacia afuera, las prédicas sean diametralmente opuestas.
El problema, sin embargo, reside en aspectos mucho menos subjetivos u opinables y es que el dinero simplemente no trabaja, trabajan los seres humanos. Y es en el trabajo humano donde se halla el fundamento de la riqueza con la cual se especula en el universo de las financieras.
Pirámides: Hijas de la crisis
Como ocurre cada vez que se desata una crisis, las estafas de tipo piramidal, como así también aquellas conocidas como «Ponzi», ganan terreno entre la frustración y la desesperanza de la clase trabajadora. Los efectos económicos de la pandemia, sumados a la endeble legislación argentina, abonaron las condiciones para la proliferación de megaestafas como la de Generación Zoe o el reciente caso de Ríos & Asociados en Salta.
La realidad, no obstante, indica que a pesar de presentarse como oportunidades únicas, los esquemas multinivel ocasionan pérdidas en la enorme mayoría de sus miembros.
En su libro «La verdad sobre el MLM» (2002), Jon Taylor afirma que «la tasa de pérdida de las personas reclutadas para MLM es aproximadamente del 99,9% tras haber restado todos los gastos incluyendo la adquisición de productos de la compañía. En parte esto se debe a que las compañías MLM fomentan a los iniciados a que recluten a más gente para competir con ellos, llevando a la saturación del mercado». Los predicadores de IM dirán que se trata de premisas de gente «sin resultados» y con «mentalidad de escasez». Lo mismo dirán del contenido de este artículo.
El mensaje de Christopher Terry:
Meses antes de que estallara el escándalo en España, el mandamás de la organización piramidal envió un mensaje a los cabecillas de la academia en todo el mundo, que fue interpretado como una confesión de parte:
«He estado mirando las cuentas de mucha gente y estoy abochornado por los «claims» de estilo de vida que tenemos. Estamos siendo vigilados muy de cerca, se los prometo. El riesgo es extremadamente alto. Muchas otras empresas están cerrando. Vemma, la empresa de la que formó parte Alex Morton, tuvo que cerrar. Tenemos que limpiar la empresa de forma efectiva. Así que por favor se los pido, limpien inmediatamente sus redes sociales».