El evento, por zoom, está pensado para niños de entre 2 y 6 años. Entrevista a Marianela Ramundo
A pedido del público vuelve, este viernes, el tren de las historias. Marianela Ramundo brindará este taller para niños, de entre 2 y 6 años a través de zoom. La cita es a las 17, por Zoom. Tiene un costo de $100 y las reservas al 1135901782.
Para conocer mejor a Marianela, transcribimos a continuación una entrevista realizada por Mily Ibarra.
Nací un 11 de octubre de 1979.
Desde pequeña fui muy inquieta con espíritu libre, soñadora, creativa. Me gustaba jugar a enseñar, me gustaba jugar a que hacia un libro y entonces fue un proceso largo, de años y años porque iba juntando y pegando en una agenda vieja el contenido.
También fui cantante y toqué el órgano, que mis padres con mucho esfuerzo me regalaron…ufff fui tantas cosas… Pero crecí y entré en el mundo de los adultos y me convertí en una máquina de estudiar.
Me recibí de maestra de nivel primario y nivel inicial. Cuando estaba haciendo la residencia en jardín maternal un día le conté a los pequeños de sala de dos: el pirata mala pata, lo había preparado con rota folio tamaño grande. Fui feliz construyéndolo y más feliz contándolo, creo que ahí algo se activó en mí, las dueñas del jardín me pidieron que me quedara a trabajar con ellas y lo hice.
Volví a sentir el placer de ser niño, jugar, divertirse, cantar!!!!! Esto fue en el año 2000. Seguí estudiando porque necesitaba trabajar y para eso capacitarme. Mientras estudiaba trabajaba como docente un turno en jardín y otro en primaria y todos esos años conté conté y canté mil historias.
Comencé la carrera de bibliotecaria recibiéndome con titulo en mano y bebé en la panza. Corría el año 2006. Nació mi hija y automáticamente le canté, la acuné, la aupé mucho recuerdo haberle comprado un libro, que aún tengo y cuento, que era impensado para un bebé de manos pequeñas pero mi voz se lo hizo llegar, me lo aprendí de memoria de tanto contárselo.
Martina necesitó una mirada distinta, una atención diferente, un tiempo especial de atención intensiva e intensa lo que me hizo dejar las escuelas por un tiempo para dedicarme a ella permanentemente.
Intuitivamente como madre y con el caudal de información de mi formación transformamos la casa en un jardín, en una sala de estimulación, en una biblioteca para bebes, en una sala de música con variedad de instrumentos, y canciones, telas, pañuelos, y tantas cosas bellas y agotadoras.
En el agotamiento volví a refugiarme en el arte una vez más y no recuerdo cómo llegó a mí la propuesta de Vivi García, mi primera maestra cuentera. Me animé a ir al taller porque era a 5 cuadras de casa y si pasaba algo con Martina podía llegar rápido. Esto fue por el año 2008. Me enamoré del arte, oficio, de contar. Comencé a capacitarme cada vez que podía y así conocí a Claudia Stella, mi otra maestra, ahí supe que lo que más quería hacer era contar para las infancias.
Necesité económicamente volver a trabajar pero sólo podía un turno para así cuidar de Martina.
Pero, la idea de contar seguía y lo hacía en la biblioteca cada vez que podía. Porque volví a la escuela pero con rol bibliotecaria.
Una tarde en 2010 me sonó el teléfono y era una chica llamada Laura, de la librería Beca.
Realmente me sorprendió el llamado porque no conocía a nadie de ahí. Ella me explicó que mi teléfono se lo había dado una bibliotecaria que me había escuchado contar historias y que justo a ellos su narradora les había avisado que no podría participar de una feria de libros…
No podía creer lo que escuchaba. Le dije que sí. Y así comencé mi carrera de narradora o cuentera en las escuelas de la mano de esta librería.
Desde el año 2013 me dedico me dedico al arte de contar y cantar cuentos, historias. Ellas me encuentran a mí y juntas vamos acercándonos a las infancias. Es en este año que Martina dejó de estar físicamente para seguir viva en cada canción y en cada mirada inocente de la infancia tan tan valiosa y a quien debemos abrazar más.
Volví a mi primer amor, el jardín, y se volvió a abrir la magia de jugar con la palabras: cantando, contando, leyendo en voz alta, jugando con títeres con sombras, con susurradores, con paráguas.
Me gusta el mundo de la niñez, y creo que de ellos se aprende tanto. A los niños las canciones, la música, los instrumentos, el propio cuerpo para contar y cantar historiad es muy importante y natural. Para ellos es natural hacer de cuenta que somos sol y giramos y nos cae la noche y dormimos y somos luna y cantamos luna lanar y contamos a qué sabe la luna y volvemos a cantar gira luna gira sol y contamos otra historia …
No es un hobby. Lo hago profesionalmente. Estudié y estudio mucho para acercar material de calidad. Mi objetivo con cada presentación que hago es que las familias y sus niños/as se nutran de las palabras, que circule la palabra, que puedan mirarse, que logren conectarse siendo la palabra cantada contada o jugada el medio.
Mi profesión docente y bibliotecaria me ayudaron y me abrieron puertas que no conocía. Me gusta e interesa ofrecerles algo distinto, nuevo pero que los deja en un lugar conocido y seguro que son las palabras cantadas y contadas por eso selecciono repertorio de tradición oral, canciones de cuna, arrullos, nanas, entre otros. En esto vengo trabajando y profundizando mi estudio, observación
Elegí dedicarme a las infancias porque me nutro de ellos disfruto con ellos, aprendo de ellos
Con Ciro a upa, mi segundo hijo, nueva inspiración me toca atravesar pantallas para llegar a las familias. Me toca como mamá aupar un poco más y recordar nanas de mi abuela. O tal vez me encuentro pensando en algo para un show y lo tengo a Ciro tomando la teta y una video llamada con mi mamá cantándole se va se va la barca se va se va el vapor… y así siguen dando vueltas las palabras en mi vida