No se trató de una simple promesa, la obra de 15 millones de pesos que nunca llegó, fue enunciada y aprobada en dos presupuestos que hoy están vencidos. Nadie explica los motivos por los cuales no se concretó y mucho menos el destino de esos fondos.
La situación por la que atraviesa Rosario de la Frontera no pasa desapercibida y los dirigentes zonales miran con preocupación el escenario por el que atraviesa el intendente Gustavo Solís quien hace tres años destronó a la reconocida dirigente Rómula Gómez de Montero de la intendencia rosarina.
Lejos, parecen haber quedado las promesas de Solís en diciembre de 2015 cuando se comprometió a consolidar políticas de proximidad a los vecinos de Rosario, hoy las denuncias en las que se ve involucrado lo muestran distante de ese electorado que le dio un voto de confianza apostando al empresario que llegaba para hacer del municipio del sur un polo pujante.
Dentro del contexto en el que se ve sumida la municipalidad, el senador por Rosario de la Frontera, Diego Pérez, se muestra prudente y sostiene que la justicia deberá determinar si las denuncias que pesan sobre el jefe comunal tienen asidero legal. Sin embargo, Pérez lleva consigo la impronta de un hombre joven, formado dentro de las filas del justicialismo, pilar fundamental de la gestión de la ex intendenta y es ahí donde su voz tiene peso político ya que logró llegar a la Cámara de Senadores y erigirse como presidente de la comisión de hacienda y presupuesto e integrar comisiones claves como de obras públicas y de justicia.
Clave por su rol dentro del Senado, el senador del sur de la Provincia reconoce el crecimiento que tuvo Rosario en los últimos años y destaca la importancia que tuvo la política de descentralización de fondos que llevó adelante la gestión de Juan Manuel Urtubey, como así también las obras del Fondo del Bicentenario. Sin embargo, el legislador remarcó en el programa Día de Miércoles la gran deuda pendiente que tiene el gobierno de la Provincia para con el sur provincial y se trata nada más y nada menos del desarrollo de un parque industrial, una obra de 15 millones de pesos, que más allá de haber figurado en dos presupuestos que hoy están vencidos espera su aprobación nuevamente para 2019.
El parque industrial de Rosario de la Frontera se suma a una serie de obras que gobiernos -provinciales y municipales- prometen y presupuestan sin que nadie pueda explicar los motivos por los cuales no se concretaron y mucho menos el destino de esos fondos.
El 2019 será un año clave para municipios que atraviesan administraciones poco felices, hoy la gente lo que más busca es depositar su voto en hombres y mujeres que representen y lleven adelante gestiones transparentes, que defiendan los intereses de sus pueblos y ciudades, lejos de intereses personales. En este contexto, habrá que esperar y ver si Diego Pérez, quien ya muestra su interés por ser candidato a intendente de Rosario de la Frontera, logra conquistar ese voto de confianza y cumplir cabalmente ese rol que se posterga en el tiempo merced a intereses ilegítimos.