Amenazas, secuestros y macabros hallazgos inundan el norte de Salta; mientras algunos gobernadores ponen a la provincia como ejemplo de la lucha contra el narcotráfico y el ministro de Seguridad sostiene algo similar, la situación empeora. (Rolando Motta)

El pasado 2 de julio, en el marco de la reunión “Argentina sin narcotráfico”, el Gobierno de la Provincia destacó los resultados en materia de persecución del esta actividad ilícita y comentó la experiencia desde la implementación del sistema acusatorio penal, ante la presencia de funcionarios, fiscales y procuradores de todo el país.

En la misma, el titular del ministerio de Seguridad, Carlos Oliver, resaltó la labor que vienen realizando en la frontera junto a Gendarmería. La realidad muestra que hoy, aun con la implementación de las alabadas políticas, la corrupción en las fuerzas de seguridad y la violencia alrededor de este flagelo van en constante aumento. Veamos tres casos recientes.

Amenaza

Sabían que estaba y que se llevaría tremendo susto. Eran casi las 7 de la mañana cuando, después de acomodarse el nudo de su corbata, el fiscal Carlos Amad salió de su casa. Sin espiar demasiado se dirigió a su camioneta y como tenía unas bolsas que dejar atrás abrió la puerta trasera, puso sus cosas en el asiento y al darse vuelta se dio con algo inesperado: un cartel con su foto y nombre, que advertía que lo iban a matar como a Alberto Nisman.

Amad, nacido en Chaco, se encuentra metido en problemas de enorme envergadura: asumió de forma interina la fiscalía del Juzgado Federal de Orán, en reemplazo de José Luis Bruno, y actúa como fiscal en el juicio al exjuez federal Raúl Reynoso. Además, participa de la investigación en el caso donde 50 kg de cocaína se convirtieron misteriosamente en yeso.

Ya pasaron tres semanas desde que saltó el “yesogate” y con la feria judicial iniciada el caso se encuentra planchado. El juez Gustavo Montoya dio a entender que los responsables, de quedarse con el cargamento incautado y que estaba listo para quemarse en el parque industrial, estarían en las filas de Gendarmería puesto que ellos eran los que tenían la custodia a su cargo. Al parecer el magistrado sabe más de lo que declara.

Las presunciones de fuentes de la zona respecto a quienes se encuentran involucrados en las amenazas a Carlos Amad apuntan al Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán. Según se comenta, existiría una banda de gendarmes que se dedicarían a una actividad con un modus operandi muy conocido: el de comercializar la droga incautada en operativos antinarcóticos. Paradojalmente, tras las amenazas el fiscal es custodiado por gendarmes.

El Patrón del Mal

El fiscal colabora también en instrucción con el caso del «Patrón del Norte», en el que fue detenido Juan Antonio Aguilera: un tipo millonario y peligroso, que no sólo se dedicaba al narcotráfico sino que también aparece involucrado en la trata de chinos y que tenía una cooperativa de transporte, la cual, tal como reveláramos en nuestro semanario, en sus inicios fue apadrinada por el vicegobernador de la Provincia.

Tras la caída de Aguilera se intentó instalar la idea de que su banda dejó de operar en el norte. Sin embargo, no dejaron de suceder brutales hechos mafiosos. Y el hallazgo del cadáver de una persona completamente quemada, a un costado de la ruta nacional 50 que conduce a Aguas Blancas, en la frontera con Bolivia, es una muestra de ello. El cuerpo apareció en un tramo del camino conocido como «senda de los bagayeros», a pocos metros del control del Puesto 28 de Gendarmería Nacional. La víctima fue ejecutada a tiros o cuchilladas y luego incineraron el cuerpo.

Lo más llamativo del caso es que el cuerpo haya aparecido a unos 300 metros del puesto de Gendarmería y que haya sido calcinado, lo cual es muy difícil y significa un claro mensaje mafioso. Varias hipótesis hay al respecto pero la más fuerte es que podría estar relacionado con la banda de narcos desbaratada en Orán, cuyo líder era «Juanzuti» Aguilera. Este hombre era el jefe de la cooperativa de bagayeros El Froterizo y mantenía duros enfrentamientos con otro grupo que explota esta actividad en la zona. Una de las teorías que se manejan es que la víctima podría ser un adversario de Aguilera o algún ladero que lo delató.

La realidad muestra que hoy, aun con la implementación de las alabadas políticas, la corrupción en las fuerzas de seguridad y la violencia alrededor de este flagelo van en constante aumento.

Orán al escándalo

El jueves secuestraron a la sobrina de Aguilera. El hecho ocurrió cuando la niña de 5 años se encontraba jugando en la vereda de su casa y un hombre que se transportaba en una moto la alzó y escapó velozmente.

Horas después, los investigadores la encontraron en una vivienda custodiada por un hombre de 42 años cuyos rasgos eran parecidos a los aportados por la hermana de la víctima que se encontraba en el momento del secuestro. Javier Víctor Jerez, el sospechoso principal, quedó detenido. Mientras que una médica del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) examinó a la menor y comprobó que fue violada.

La hipótesis que se maneja es que el secuestro no habría sido casual y que sería un mensaje para el llamado “Patrón del mal del norte”.

El ejemplo

Unidos en una cruzada difícil, Juan Urtubey y Miguel Lifschitz, mantuvieron una mini cumbre poco y nada difundida. Fue hace semanas atrás en Rosario y el tema central que tocaron fue el narcotráfico.

El encuentro, según comentaron voceros de ambas partes, duró dos horas, en las cuales coincidieron en la dificultad que están teniendo en combatir semejante flagelo social. Sin embargo, a la hora de hablar en público no optaron por expresar la preocupación notable de dicha reunión sino que se dedicaron a declarar una serie de abstracciones alejadas del peligro que advierten.

Una muestra fue la intervención de Urtubey en una mesa denominada: «Acciones contra el narcotráfico en la provincia de Salta». El mandatario salteño rindió culto al combate impulsado contra la venta al menudeo y explicó algunas medidas adoptadas tales como la ley provincial 7782 del año 2013 y la ley de flagrancia a partir de las cuales se incrementó el personal policial afectado a la lucha contra las drogas. También destacó la creación de la Agencia Antidrogas que establece la coordinación entre la Policía, el Ministerio Público Fiscal y Justicia, y la vinculación con la de DEA.

Al terminar la jornada, el santafesino declaró a la prensa que la visita de Urtubey sirvió para aprovechar la experiencia de Salta y señaló que ello requiere un abordaje federal y políticas de Estado. «Yo mismo he cambiado mi posición respecto de este tema», dijo y agregó: «Salta es un ejemplo y es la mejor experiencia».