«En el pasado fuimos por el camino equivocado», dijo a empresarios en el World Economic Forum; destacó los acuerdos sectoriales.
Unos 20 minutos antes de que Mauricio Macri le hablara al público del World Economic Forum (WEF), varios empresarios hacían fila para ingresar al salón plenario del hotel Hilton. Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural, y Jaime Campos, de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), charlaban allí sobre la situación del país, envuelto en el primer paro contra el Gobierno. A unos metros, el director de ENEL (controlante de Edesur), Maruzio Bezzeccheri, era consultado por inversiones y tarifas. El vocero de una automotriz relataba su arribo «al alba» al blindado Puerto Madero por temor a quedarse trabado en algún piquete.
Las primeras palabras de Macri cuando subió al escenario fueron para la CGT. «Qué bueno que hoy estemos todos acá, trabajando», ironizó. Hubo risas y aplausos. Más allá de la chicana, Macri pidió que, con más diálogo, la Argentina profundice un cambio que, más que político, definió como cultural.
«En el pasado fuimos por el camino equivocado, un camino que no representaba los valores de los argentinos. En esta sala se respira futuro», afirmó Macri, envuelto en un ambiente amigable, mientras los disturbios en los accesos a la ciudad de Buenos Aires iban calmándose lentamente. «Creemos en la importancia del diálogo interno y con el mundo», remarcó el Presidente.
Minutos antes, mientras los camarógrafos se acomodaban al fondo de la sala, ingresaban las principales espadas del oficialismo. «Cuando hay paro de transporte todo es más difícil. Sí vi que había algunos taxis», dijo sonriente el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , a LA NACION en alusión a las palabras de Omar Viviani, secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, que había llamado a dar vuelta los vehículos de aquellos que no se plegaran al paro.
«Me parece un paro inoportuno que tiene características políticas», sostuvo a su vez Francisco Cabrera con respecto a la medida de fuerza impulsada desde la CGT. El ministro de Producción se mostró en sintonía con el resto de las voces del Gobierno, que rechazaron la protesta que encabezó la central sindical. «No hay un pedido formal para trabajar. Soy crítico respecto del paro nacional porque no ayuda en nada al trabajador», añadió.
Klaus Schwab, creador del WEF, presentó a Macri como el hombre que volvió a poner a la Argentina en el mapa geopolítico y geoeconómico. «Es una alegría tener después de tanto tiempo al WEF nuevamente en la Argentina, porque es una herramienta inteligente de intercambio entre lo público y lo privado», devolvió la gentileza el Presidente.
«Lo que comenzó hace 15 meses en el país es más profundo que sólo un cambio político. Es un cambio cultural», ratificó Macri, que enumeró luego como logros la desaceleración de la inflación, los planes de infraestructura, la apertura comercial inteligente (mencionó la quita de aranceles para las computadoras y la intención de avanzar en acuerdos con la Alianza del Pacífico), el éxito del blanqueo, las mesas sectoriales para reflotar «el músculo de la productividad», la recuperación del crédito (con énfasis en los préstamos hipotecarios) y la salida del default y del cepo cambiario. «Los que vengan a invertir se van a poder llevar la plata. Eso porque sabemos que van a seguir invirtiendo», señaló el Presidente. «Están en el lugar y el momento justos», los invitó.
«Los cambios que hemos emprendido hicieron que empezáramos a crecer, aún lentamente», reconoció. «Hay que acelerar y profundizar ese trabajo a través de la cooperación y con herramientas que generen confianza», reclamó Macri. Indicó que seguirá impulsando «el camino hacia la pobreza cero», que para él son la generación de empleo y la baja de la inflación a un dígito para proteger «el salario de los trabajadores». Y festejó las mesas sectoriales con los gremios y empresarios en los sectores petrolero, automotor y de la construcción. Dijo que habrá más y mencionó a los rubros de telecomunicaciones y al campo. «El gran desafío es poner a salvo el enorme talento humano y los recursos con esquemas competitivos», explicó.
«No es mágico», sostuvo sobre el proceso económico, y pidió a los empresarios no vivir de «prebendas o ventajas artificiales», sino avanzar y apostar al desarrollo del país fundado en las «reglas de juego claras y estables, y el crédito a largo plazo» que impulsa el Gobierno.
El Presidente habló luego de la situación regional y allí tomó los casos de Brasil y Venezuela. Sobre el primero se refirió a los casos de corrupción. No fue casual. El juez Sergio Moro acaba de pasar por la Argentina. «Es imposible tener un modelo de crecimiento sostenible en un marco de importante corrupción», dijo en alusión al kirchnerismo, mientras que del gobierno de Nicolás Maduro dijo que «no es una democracia: allí se violan los derechos humanos».
fuente: LA NACION