Se destrabó el conflicto de los empleados municipales de Urundel quienes solicitaban mejoras salariales y el pase a planta permanente de los empleados. Aunque desde los medios del lugar afirman “Hay una familia millonaria, la del Intendente y un pueblo cada vez más pobre”.

Ya en octubre del año pasado los trabajadores le reclamaban al intendente Néstor Pedroza, mejoras salariales con declaraciones como éstas, hacían sentir su pedido: Durante 30 años el Intendente nos mandó con látigo, hoy el pueblo de Urundel dijo basta y exigimos que se nos dé una respuesta”, manifestó el trabajador para luego agregar que, “no puede ser el Intendente y su familia se enriquezcan y el pueblo siga siendo pobre”, dijo el empleado municipal.

Ahora, desde las 7 de la mañana de este lunes, trabajadores municipales de Urundel tenían tomado el edificio comunal en reclamo de mejora salarial y el paso a planta permanente del 50 por ciento de los empleados, según confirmó el delegado de ATE, Carlos Domínguez. Solicitaban un aumento de $700 mientras que el ejecutivo solo ofrecían $100 por lo que la propuesta no era aceptada. Debido a la toma del edificio municipal se observaba una masiva presencia de efectivos policiales y según el gremialista, estimaban se dispondría en cualquier momento el desalojo del edificio. “Lamentablemente no hay diálogo con el intendente y por eso estaremos firmes con la medida”, expresaba el delegado gremial.

Ayer al mediodía quedó superado el conflicto. De acuerdo a lo informado por el delegado, Carlos Domínguez, se logró un aumento de $300 y la incorporación de 15 empleados temporarios a la planta permanente del municipio. De la reunión conciliatoria participaron, por el gremio de ATE, además del delegado Domínguez, el secretario general de Orán, Juan Carlos Altamiranda y, por parte del municipio, el secretario Néstor Pedroza (hijo) y el abogado Joaquín Vélez.

Al finalizar el encuentro, decidieron aceptar la propuesta y desalojar pacíficamente el edificio comunal.

Aunque desde los medios del lugar manifestaron un decir popular “30 años de la dinastía Pedroza, una familia millonaria y un pueblo cada vez más pobre”.