Tras la desorientación de los gobiernos, el Obispo Gustavo Zanchetta se arremangó las sotanas y gestionó reuniones. Informó que tras rezar a San Antonio la nación legalizará el contrabando y registrará a los bagayeros. Urtubey calificó a la solución de definitiva.

Para algunos fue un milagro y para otros es dilatar el problema de fondo hacia más adelante. Pero lo cierto es que tras 13 días de conflicto protagonizado por los trabajadores de la frontera, el obispo de Orán Gustavo Zanchetta logró reunir hoy en esa localidad a funcionarios nacionales, provinciales y municipales.

Allí acordaron medidas que los bagayeros agradecieron al religioso: continuar con el tráfico de mercadería garantizando normas de seguridad que no se especificaron, censar a los que se dedican al bagayeo, emitir tarjetas fronterizas para los mismos y encaminarse hacia la registración de los trabajadores.

En opinión del gobernador esas medidas y las que se realizaran hacia adelante suponen una solución definitiva del problema. No obstante ello, quien se vistió de héroe popular fue el religioso que era esperado por cientos de bagayeros que lo aplaudían mientras él daba entrevistas a la televisión precisando que los trabajadores a los que se tendrá en cuenta son los residentes de Orán y Aguas Blancas, más no los que provengan de otros lados.

Eso no fue todo: a las 14,10 el obispo difundió por wasap un mensaje grabado que dura 4,30 minutos en donde celebró el éxito de sus gestiones, enfatizó que la Iglesia debe involucrarse en la realidad defendiendo a los más pobres, explicó que antes de la reunión de hoy pidió a San Antonio de Padua que interceda por ellos en la reunión con nación y finalmente repartió bendiciones para todos los oraneneses.