Una mujer dio a conocer, esta semana, su calvario. Primero le robaron la moto unos delincuentes; luego se la robó la policía.
El primero robo se perpetró el 20 de noviembre del 2020: unos delincuentes se metieron en la casa y se llevaron una moto Yamaha FZ modelo 2020. Al día siguiente la mujer hizo la denuncia en la subcomisaría de Castañares. «Estaba tranquila porque siempre tuve motos y tuve la precaución de tener seguro. De ahí no supe más nada, a pesar de preguntar e insistir lo único que gané fueron nervios y renegar mucho. El Seguro, como todos, se lavó las manos, la moto tenía menos de un año y según la póliza contratada me correspondía que me dieran otra idéntica o la plata», dijo.
Robada por delincuentes, estafada por un seguro. Faltaba algo más: el 22 de enero de este año la llamaron a las cuatro de la mañana para decirme que habían encontrado su moto cerca del bajo, en un control vehicular. «Me preguntaron si yo era la titular y podía acreditarlo, les dije que sí. La verdad primero pensé que era un chiste, que te llamen a esa hora y que la Policía recupere algo es casi inaudito. El mismo día, a las 10, fui a la comisaría Segunda y lo primero que vi fue mi moto estacionada afuera, donde dejan los vehículos secuestrados», dijo.
¿Final feliz? Nada que ver. Han pasado más de dos meses y sigue sin ver a su moto.En teoría, desde la comisaría Segunda la tenían que devolver a la de Castañares. Nunca llegó.
«Había cuatro policías discutiendo para ver qué respuesta me daban, hasta que uno se dignó a decirme que «no sabían dónde estaba’. Me quedé helada, la Policía me robó en mi cara».
La moto sale medio millón de pesos y está desaparecida. Por todo este quilombo hay tres polis de la comisaría segunda suspendidos.