El gobierno nacional acordó finalmente con las provincias petroleras, las empresas productoras, refinerías y los sindicatos y consiguió una reducción del 5% en el precio de las naftas y el gasoil. La baja empezará a regir desde el 1º de enero.

Cristina Fernández de Kirchner festejó el logro con el siguiente Twitter: “Cualquiera sea la edad, ¿alguien se acuerda de que, cuando haya bajado el precio internacional, también bajasen las naftas? Nunca”.

La medida se enmarcaba en el escenario internacional en donde el precio del barril de petróleo cae. Para lograr finalmente la baja, informó Página 12, la casa Rosada dispuso una modificación en las escalas de las alícuotas de las retenciones para las exportaciones de crudo, una reducción de los impuestos internos a las naftas del 10 por ciento y estímulos para los exportadores.

Las negociaciones entre el Gobierno y los actores involucrados fueron arduas. Las provincias, nucleadas en la Ofephi, pretendían mantener el precio del barril local en los 83 dólares, sin modificaciones, ya que sus presupuestos están confeccionados en base a las regalías petroleras.

“Esto es un esfuerzo compartido porque el gobierno nacional también hará una contribución para que bajen las naftas y el petróleo, vamos a rever el impuesto a las naftas, va a haber un sacrificio de ingresos fiscales en un marco de la situación comprometida para el sector petrolero”, aseveró el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante una conferencia de prensa, acompañado por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y la secretaria de Energía, Mariana Matranga.

La otra pata de este acuerdo son los trabajadores. El ministro de Planificación destacó el rol de José Lludgar, como titular del sindicato de petroleros jerárquicos de Chubut; Jorge Avila, del sindicato de los trabajadores de base (Chubut); Claudio Vidal (Santa Cruz) y Manuel Arévalo, representante de los trabajadores jerárquicos de Neuquén. También destacó el rol del senador Guillermo Pereyra, que anteayer por la noche daba por concluido el acuerdo –al igual que el gobernador Martín Buzzi– cuando todavía continuaban las deliberaciones.