Con la presencia de Mabel Bellucci, feminista queer, ensayista, periodista y autora de Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo, inició la cátedra libre “El Aborto desde un abordaje social, de los derechos y la salud integral”. (Andrea Sztychmasjter)
“El Aborto desde un abordaje social, de los derechos y la salud integral” es el título de la cátedra libre que inició el fin de semana pasado en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) con la presencia de cerca de 200 participantes. La coordinación está a cargo de Andrea Flores y la integran Bibiana Marton, Mercedes Martínez, Gloria Guantay y Candelaria Ramallo. La cátedra se suma a las ya realizadas en universidades de otras provincias e introduce una premisa certera aunque algunxs quieran ocultarla: el tema del aborto se habla en las universidades porque es algo que existe.
Recordemos que a fines de junio el Consejo Superior de la UNSa aprobó por mayoría una declaración a favor del proyecto de despenalización del aborto que ya contaba con media sanción de Diputados. Previamente la Facultad de Humanidades sentó posición a favor de la despenalización en una resolución y había solicitado al Consejo Superior de la UNSa que también manifestara formalmente su apoyo. En aquella ocasión sobre un total de 15 consejeros, dos votaron en contra, uno se abstuvo y los demás se expresaron a favor de la despenalización y legalización de la interrupción del embarazo.
Sin embargo, desde la Facultad de Ciencias de la Salud se opusieron a esta resolución y señalaron que su postura era importante porque representaban un “área especializada en la temática, que además serían los operadores directos de la ley”. Se escudaron en el antiguo juramento hipocrático aunque la ley contempla la objeción de conciencia, sin soluciones ni argumentos, sólo oponiéndose y negando. Ante el pedido de revisión de dicho posicionamiento a favor de la ley en debate y de una fuerte campaña, finalmente lograron dar marcha atrás la resolución. Uno de los numerosos argumentos de quienes aprobaron la resolución después derogada, fue que lo que estaba en debate era la incorporación de un derecho ya consagrado internacionalmente. “Este conflicto de derechos merece ser resuelto”, señaló el Decano de la Facultad de Humanidades, Alejandro Ruidrejo.
Con la Cátedra no pudieron
Frente a estas reaccionarias acciones, y por esfuerzo de activistas locales, la Cátedra sobre aborto finalmente inició aunque sus organizadoras aclararon que lxs docentes se encuentran en pleno plan de lucha. La misma se desarrollará en 9 encuentros, en los que se abordarán distintos ejes que permitan una discusión integral sobre la temática. Los contenidos no sólo presentan el aborto desde sus aristas jurídicas y médicas, sino también sociales, culturales y educativas.
La encargada de abrir este nuevo espacio formativo fue Hotel Gondolín, la pensión donde viven más de cien personas trans, en su mayoría salteñas.
Según señaló Bellucci la categoría “travesti” logró romper con el colonialismo y aseguró que la heterosexualidad sigue siendo hegemónica porque no se interroga sobre sus privilegios. “A los heterosexuales no se los persigue”, señaló preguntando si entre lxs presentes había identidades diversas y agregando que muchas veces los y las “heterosexuales no entienden nada”.
Con muy poca participación de “varones cis” en el anfiteatro G400 donde se realizó el primer encuentro, la periodista y escritora también consultó a las presentes: “¿Quiénes aquí abortaron?”. Algunas de las presentes levantaron la mano y Bellucci acotó: “Bueno, la otra vez pregunté y fui la única que levantó la mano”, dando a entender lo difícil que significa todavía que muchas personas gestantes se animen a contar sus experiencias.
Genealogía del activismo feminista
En su extensa exposición, Bellucci realizó una genealogía completa sobre la situación histórica del feminismo en Argentina, “feminismo abortero”, tal como lo definió. Los contenidos abordados reflejaron el movimiento de liberación de la mujer; anticonceptivos para no abortar; el malestar en la cultura machista; viajeras militantes: de cómo unas mujeres hicieron un día un libro y el “segundo sexo de Argentina”.
En su extensa exposición, Bellucci realizó una genealogía completa sobre la situación histórica del feminismo en Argentina, “feminismo abortero”, tal como lo definió.
Relató que durante la década de los 70, surgieron “células potenciales” de militancia política, en donde empezaron a aparecer grupos de “sexos disidentes” y homosexuales, “maricas y lesbianas”, incluso remarcó que los “travas empezaron a salir de la oscuridad”. Fue en aquella época, arrasada por organizaciones políticas armadas donde se concretó fuertemente el disciplinamiento a los cuerpos entrenados y donde la idea de la familia heteropatriarcal se impuso. Frente a esto se introdujo así la reproducción biológica obligatoria, porque lo que se quería era generar una nueva sociedad, para ello se necesitaban hijxs.
Bellucci además describió el paso que se produjo de la academia al activismo, nombrando las primeras organizaciones de mujeres en nuestro país: el Movimiento de Liberación de la Mujer en 1972 y la Unión Feminista Argentina (UFA). Todas ellas eran autogestivas. En esta época también es cuando se empieza a hablar de los “grupos de autoconciencia”, a través de activistas viajeras que realizaban redes con movimientos en otras latitudes, entre ellas aparecen la fotógrafa Sara Facio y su pareja la escritora María Elena Walsh.
Bellucci retrató que también en esta parte de la historia feminista es cuando se empieza a hablar de determinadas categorías analíticas, tales como la dominación masculina y el sexismo, analizadas a partir de la teoría marxista y del psicoanálisis. Es aquí además donde se conforman “producciones colectivas que piensan en voz alta”.
Dialéctica del sexo
Nombre del libro que escribió Shulamith Firestone, obra fundamental del feminismo radical donde la autora defiende su teoría de las clases sexuales y señala que el embarazo, el parto y la crianza sitúan a la mujer en desventaja física, social y psicológica frente al hombre. Este libro fue nombrado por Bellucci como una pieza fundamental del feminismo junto al publicado en 1972, por la crítica de arte Carla Lonzi, “Escupamos a Hegel”. Este manifiesto plantea que si las mujeres pretendemos ocupar otro lugar en este mundo, no es el camino la búsqueda de la igualdad de oportunidades, más que eso: desarmando el edificio del pensamiento moderno, patriarcal en sus matrices.
La exposición de Mabel Bellucci no podrá ser reflejada completamente en esta nota, que sólo representa un pequeño repaso superficial de su inmenso aporte a la historia del movimiento feminista argentino. En su presentación la periodista además reflejó y conceptualizó las numerosas categorías dispuestas históricamente por el movimiento feminista: el trabajo invisible, el trabajo de las amas de casa, sexualidades por fuera de la penetración, la abstinencia sexual utilizada en algún tiempo como lógica política, los métodos anticonceptivos, las píldoras y los laboratorios que las comercializan, los cuerpos desechables, las negras, migrantes, los dispositivos de control institucionales, el uso del condón primeramente relacionado a la prostitución, la labor de las parteras, la huelga de vientres realizada por anarquistas y obreristas, los derechos reproductivos y el aborto como “desobediencia al mandato de la reproducción”.
Con este primer encuentro, la catedra libre sobre aborto dictada por primera vez en Salta demostró estar a la altura de un debate histórico, necesario, urgente, que pone como prioridad la salud integral de las mujeres y personas gestantes. Señalando además que lejos de tratarse de convicciones personales, el aborto constituyó siempre un tema netamente político.