De dónde venimos y hacia dónde vamos

Una mirada en retrospectiva aportará al entendimiento del proceso político que vive Salta este fin de semana. A partir del corte temporal fechado un cuarto de siglo hacia atrás, podrán entenderse varias de las señales que emergen en este sector de la dirigencia. Ahora nos introducimos en estos detalles.

 

 

Corría fines del año 1995…y en el gobierno de la provincia de Salta se suscitaba lo mismo que hoy mortifica al gobierno nacional…los renovas, todavía atontados por la derrota de menos del 1%, comenzaban a entender que se podía perder el poder desde el propio gobierno provincial y nada menos que contra todo el peronismo local unido…en el ámbito comunal del municipio de Salta se imponía en el vendaval de la nunca bien ponderada ley de lemas, “Villita”…Juan Carlos Villamayor, un legendario peronista lenguaraz, como intendente justicialista del municipio más gravitante de la provincia…

Unos días antes de la formal asunción de los 10 de diciembre, llegaban de la mano dos jovenzuelos a la casa de las normas municipales en el predio de Carlos Xamena…uno como primer concejal electo de la lista oficial del flamante intendente y el mono segundón como un silencioso y obediente vasallo…

Si bien por los acuerdos pergeñados, no fue ungido presidente del cuerpo, allí comenzó su carrera política formal que, con un estilo metódico, a veces racional, a veces intuitivo; pero siempre político, lo colocará en el sillón gubernamental más importante de la provincia este domingo 10.

De secretario privado de un senador capitalino a concejal municipal en variadas oportunidades, secretario de estado comunal, legislador provincial y desde intendente a gobernador de la provincia…maldición siempre sufrida desde la capital, es decir todo un “cursus honorum” que honra a todo profesional político.

Este largo y sinuoso camino político lo diferencia de raíz con los gobernadores anteriores, en especial de predicamento peronista, por lo que su mirada debería ser también diametralmente diferente…

Pareciera que ha entendido lo que mamó desde sus inicios en la política lugareña…es un tipo de códigos…los acuerdos se hacen para cumplirse…siempre ha honrado su palabra y si bien cumple con el arquetipo del peronista que transita entre el revoleo y la ambición, entre la audacia y el cálculo, luego de 25 años de construcción está a punto de llegar a la cima provincial que todo animal político lugareño aspira…

Y si fue o sigue siendo un socio político del Turco Miguel, es un detalle…está a un tris de coronarse como el socio más importante de la provincia de Salta…aunque masculle por lo bajo Jorge Horacio Brito…

Podremos estar o no de acuerdo con el estilo de construcción política pero esta dinámica pragmática del sometimiento y anarquía le dio óptimos resultados políticos desde un principio… ¿porqué habría de cambiar conduciendo la provincia?

Se hizo a sí mismo…un self made man…como Roberto “el Tigre” Romero, logrando un liderazgo carismático indiscutible…distinto de los hegemónicos gobernadores anteriores; pero ahora está ante la verdadera prueba de fuego…si toda su ardua construcción política lo conduce al bronce glorioso o, por el contrario, a la mediocre y pusilánime galería de acaudalados gobernadores salteños…

Sáenz ha comenzado a entrar a la historia política salteña con blasones políticos distintivos…podría haberse quedado como intendente per secula seculorum pero no, cuatro años nomás…también hoy la ilegítima norma constitucional provincial le permite quedarse doce años como gobernador…desde el llano sostiene que a lo sumo será gobernador ocho años nomás…veremos…”en la cancha se ven los pingos” dirían los burreros de raza…Botita ineluctablemente detentará el poder soñado tantas veces…y el poder, irremediablemente, nos mostrará tal cual somos…