Después del batacazo del debut ante Djokovic, Juan Martín Del Potro dio vuelta un duelo durísimo y se impuso por 5-7, 6-4 y 7-6 a Rafael Nadal. En la final olímpica enfrentará a Andy Murray, campeón en Londres 2012, donde Delpo logró el bronce.

Histórico. Para festejarlo otra vez con todo el llanto.  Con toda la emoción a flor de piel. Con esos casi 2 metros desparramados sobre el cemento. Juan Martín Del Potro jugará mañana por la medalla de oro del tenis olímpico ante el británico Andy Murray después de superar al español Rafael Nadal por 5-7, 6-4 y 7-6 (7-5). Mientras Nadal jugará por el bronce ante el japonés Kei Nishikori, Argentina se aseguró su segunda medalla en Río de Janeiro 2016.

Del Potro arrancó de la mejor manera, con un break que llegó gracias a un furibundo drive cruzado en el primer game del partido. Enseguida dos aces y dos saques ganadores le permitieron al tandilense ratificar ese quiebre. Sin embargo, en el sexto juego, Nadal dejó en cero a su adversario e igualó 3-3.

Así fueron saque a saque, cada uno con sus armas. Del Potro con su drive; Nadal “machacando” con el suyo sobre el revés con slice del tandilense. Pero algo se “olía” en la atmósfera: el mallorquín estaba muy seguro y cometía muy pocos errores (fueron seis en todo ese primer set) y allí estuvo la diferencia. Que se cristalizó con el quiebre en el 12° game en el que una derecha terminó en la red para que Nadal se llevara el primer parcial.

En el segundo, Del Potro salió convencido a no dejarlo escapar a Nadal. Y a golpear cuando pudiera. Así sucedió en el tercer game cuando en el único break point que tuvo en el set tras dos errores no forzados del ex número 1 del mundo con su drive, una derecha parelela que fue más parecida a un cañonazo le permitió el nuevo quiebre. El capítulo, desde ese momento, fue una partida de ajedrez y cada uno apoyándose en su estrategia. Hasta que cuando tuvo la chance de cerrarlo con su saque, un servicio ganador le dio la igualdad parcial.

En el tercer set empezaron a pesar las piernas. Mientras, Murray ya estaba tranquilo observando lo que sucedía desde la TV y pensando también que la final del domingo será a cinco sets.

Tuvo dos chances Del Potro en el cuarto game, pero las levantó Nadal. Hasta que en el 4-4, el tandilense se jugó el resto y el español quedó 40-0 abajo con su saque. Era la chance. Y Del Potro no la dejó escapar aún con el drama del “challenger” que pidió el perdedor en el segundo break point.

Todo quedó en manos del saque de Del Potro que aunque metió tres primeros espectaculares perdió su juego en cero y un Nadal que levantó a la gente con una volea de revés y un passing paralelo de drive espectaculares.

Volvió a tener una oportunidad el argentino, pero Nadal levantó un 40-0 con su saque. Hasta que llegaron al drama del tie break- Y cuando el drive de Nadal se fue ancho, se desató toda la euforia. De él y de los cientos de argentinos que celebraron junto a él en ese abrazo del alma. Y para siempre.

Fuente: Clarín