La designación del nuevo presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina generó la rotura de los vínculos con los principales actores de la industria.

A la crisis económica, la industria vitivinícola debe afrontar serios problemas internos.
Apenas se supo que habían designado al mendocino José Zuccardi al frente de la Corporación Vitivinícola Argentina, empezaron los reparos. De manera inmediata se hizo público un comunicado conjunto de Bodegas de Argentina, Centro de Viñateros y Bodegueros del Este y el sector productor privado de Neuquén, con fuertes reclamos y un pedido al Gobierno Nacional de intervenir la entidad.
Según Ambito.com, el documento cuestiona severamente el uso de los recursos y denuncia un conflicto interno “que esconde una disputa por la representación de la vitivinicultura ante los gobiernos”, reza en uno de sus párrafos.

“Pepe” Zuccardi manifestó estar “sorprendido” y aclaró que «hay dos formas de cambiar la Coviar: una es sentarse en la mesa y la otra es ir al Congreso y cambiar la ley. Pero no se puede evitar la legalidad, esto un golpe de estado en la vitivinicultura», disparó.
Las declaraciones del actual presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA) provocaron la reacción de varios actores de la industria. “Es un delirio. O Zuccardi desconoce la definición de golpe de Estado o está convencido que tiene su propia republiqueta como la tiene en su entidad, ya que desde que se fundó hasta hoy, hace más de treinta años, es el presidente. Curiosamente a la UVA no le quedan socios, se fueron grandes empresas como Peñaflor, Trivento, Altavista, La Riojana, entre tantas otras”, le respondió a Ámbito, Mauro Sosa, Director Ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Caída histórica
La industria atraviesa un momento complejo. Durante los últimos quince años, el consumo de vinos en Argentina se derrumbó de 34 a 19 litros per cápita; cada punto de ese volumen perdido equivale hoy a cuarenta millones de litros de vino que se traduce en 4.600 hectáreas de viñedos que no tienen colocación en el mercado. Una crisis que arrastra a bodegas pymes fraccionadoras, elaboradoras y productores primarios.