El sacerdote Alberto Julio Abram cuestionó las medidas del gobierno nacional en el manejo de la pandemia y consideró que «la fe es tan importante como los supermercados». También cuestionó la forma en que el gobierno implementó el pago del IFE. 

 

El cura párroco de la iglesia Nuestra Señora del Valle, Alberto Julio Abram aprovechó su homilía del pasado sábado 15 de agosto para despacharse contra el gobierno nacional y las autoridades eclesiásticas, a quienes tildó de «obsecuentes». “Somos el hazme reír del mundo con la cuarentena más larga y para nada, porque cada día tenemos más contagiados y más muertos”, señaló el cura.

Más adelante se refirió a los protocolos y restricciones que rigen para el ejercicio de las misas y reuniones en templos, a los que calificó de «ridículos», al tiempo que equiparó la importancia de la fe, con la de los supermercados que abastecen de productos esenciales. “Cuidemos los protocolos, hay cosas ridículas y qué vamos a hacer. Cuidemos lo nuestro porque la fe es tan importante como el supermercado, que no contamina, pero la iglesia sí”, ironizó.

Pero sin dudas el momento más polémico llegó cuando tuvo que referirse al aislamiento social, donde se alineó discursivamente con los sectores anti-cuarentena que marcharon el día de ayer. “No perdamos lo poco que hemos logrado en esta dictadura que estamos viviendo”, se quejó. De la misma forma, apuntó contra el pago del IFE, asegurando que en muchos casos, no llegó a personas de sectores vulnerables.