Desde la confirmación de que Alejandro Cornejo D’Andrea dejará la cartera de Seguridad, varios nombres comenzaron a sonar. Carlos Cayetano Oliver sería el elegido. (F.P.)

Se comentaba que en carpeta estaba el concejal Gustavo Serralta, también el exfuncionario de tránsito municipal, Carlos Caruso. Pero en los últimos días empezó a sonar muy fuerte el nombre de Carlos Oliver, quien es secretario de Seguridad y acompaña a Cornejo D’Andrea desde el inicio de su gestión.

Oliver sería confirmado en el mes de junio por el gobernador, despejando así la posibilidad de que Serralta -un nombre, que en mentideros periodísticos, se barajaba como fija-  ocupe ese lugar. Según se rumoreaba, la decisión de bajar a Serralta habría correspondido a al ministro de Gobierno, Juan Pablo Rodríguez, quien consideró que su amigo personal desarrollaba una buena tarea como concejal, por lo cual cambiarlo a un ministerio tan caliente como el de Seguridad sería un movimiento demasiado riesgoso.

Con apenas 35 años, Oliver trabaja en la cartera de Seguridad hace 7 años y es considerado por Cornejo como pieza fundamental por su conocimiento de la fuerza. Entre los temas que domina está el armado de operativos para partidos de fútbol. De hecho es quien asesora al actual ministro y lo acompaña en reuniones del  Consejo Federal de Seguridad en el Fútbol o a encuentros organizados por la unidad de Coordinación de Seguridad y Prevención de la Violencia en espectáculos futbolísticos del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Su figura adquirió relevancia en 2014 cuando junto con la comisaría 5ta, fue uno de los impulsores del campeonato realizado en las canchas de Central Norte donde  participaron barras del cuervo. A él correspondió, incluso, entregar los trofeos a los competidores. También fue él quien, en la sede de la Unidad Regional N° 1, acordó que esa comisaría se convierta en una boletería para que “Hinchadas Unidas y “Barrio Norte” retiren sus correspondientes entradas. También se muestra muy interesado por la radarización y por conocer la vida de las comisarias: suele visitar la 2 da, donde tiene contactos muy cercanos.

España lo espera

Cornejo D’Andrea se hizo cargo del ministerio en 2013, luego de la salida de Eduardo Sylvester. En estos casi tres años tuvo que enfrentar desagradables casos de narco-policías, innumerables denuncias por torturas, vinculación de efectivos con crímenes, denuncias sobre privilegios carcelarios y una violenta interna policial.  Según sus declaraciones a la prensa, su retirada se debe a cuestiones personales; más precisamente, se sabe que se mudará, junto con su esposa a España, donde el licenciado en Administración de Empresas ya vivió entre 2004 y 2008, cuando era gerente de una empresa.

Todo lo comentado es parte de lo dicho o lo que salió publicado a medias para intentar presentar los motivos de su desplazamiento a partir de motivos personales. Sin embargo, son varios los que aseguran que Cornejo D’Andrea deja el cargo por haber perdido el control de su propio ministerio.

Desde su asunción intento lavarle la cara a la cuestión de seguridad con cambios que abrevaron en una reforma contravencional, una estrategia para el microtráfico, un equipamiento tecnológico que implicó un negocio millonario de 54 millones de dólares con Telmex, muchas fichas puestas en el 911 y el monitoreo y una campaña para legitimar a la institución policial. Pese a esto, la situación que pretendía cambiar siguió intacta y hasta podríamos decir que empeoró. Esto se justifica recordando algunos hechos que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de un balance de su gestión.

La policía en estos últimos años fue protagonista de femicidios, tal como lo demuestran los casos de Mirta Llanos, Cintia Fernández, Claudia Sierralta, entre otros. La policía, además, continuó siendo denunciada por violaciones a los DDHH y por plantar pruebas, como así también, de no tomar las correspondientes denuncias de desaparición de mujeres como ocurrió con los casos de  Paola Ramírez, Abigail Antelo, Mariela Rossi o Marcela Mamani.

Cabe recordar que en 2015, fueron condenados el director y el segundo a cargo de la División de Trata por torturas con picana eléctrica incluida a detenidos para que se hicieran cargo del crimen de Noelia Rodríguez de Guachipas.

Sumado a esto, el año pasado hubo casos de narco-policías en Oran; gatillo fácil como el de Diego Quiroga, asesinado en la capital salteña de 10 disparos; Diego Valdivieso, golpeado hasta morir en la Comisaría Nº32 de Rosario de la Frontera; la “muerte dudosa” de Pablo Moreno ocurrida dentro de la Comisaría Nº45 de Tartagal; la represión a mujeres trans que ejercen la prostitución; las razias en los barrios con armas de paintball, que incluso generó lesiones a transeúntes; la represión a docentes y la persecución a los artistas callejeros.

Este repaso sumario, da cuenta de la abrumadora situación en la que estaba metido Cornejo D’Andrea que, sin embargo, nunca dejo de apoyar públicamente al jefe de la policía, Marcelo Lami quien protagonizó varios escándalos mediáticos: declarar que era “una pena” que policías utilicen sus armas reglamentarias para “cuestiones personales” o defender a un policía femicida aclarando que “mató a su esposa pero era un buen policía”. Cornejo D’Andrea, incluso, declaró que “Lami está haciendo un buen trabajo” justo cuando se encontraron casi 80 kilos de cocaína en un patrullero del 911 y llegó, en varias oportunidades, a opinar que “Salta tiene la mejor policía”.

De tanto poner la cara, Cornejo D’Andrea se quemó, y al parecer el ardor produjo que tome la decisión de alejarse antes de que las cosas se pongan peor de lo que están.

Conviene resaltar, además, que su periodo coincide con una Salta en donde existen los mayores índices de efectivos (casi  15.000 en toda la provincia), móviles y cámaras de seguridad colocadas en lugares estratégicos. El ministro saleiente, además, fue el responsable de administrar un presupuesto record para la cartera: 3 mil millones de pesos. En términos personales, bien se puede concluir que en cuestiones de seguridad, lo mejor es resguardarse en España.