La editorial del diario La Nación de hoy, asegura que el crecimiento del turismo en lugares emblemáticos guarda una relación directa con la mayor generación de residuos. Para ilustrar el concepto, el editorialista ejemplificó el mismo con diversos casos que incluye el del dique Cabra Corral en Salta.

“Es sabido, un turista produce hasta dos veces más basura que un residente”, es lo que indica el editorial antes de asegurar una situación paradójica: los lugares turísticos sufren la contaminación del entorno mientras los turistas demandan justamente espacios limpios. Según las encuestas, “más del 70 por ciento de los visitantes considera que la contaminación, especialmente debida a la basura, es el aspecto ambiental más importante por resolver.

A la hora de ejemplificar los casos en el norte argentino se citan los casos de Jujuy y Salta. Para el primer caso se toma a Tilcara del que se dice: “sitio de gran belleza natural y cultural, la basura aún no está sujeta a ningún proceso de disposición: ni se separan ni se valorizan sus componentes. Es posible ver residuos agrupados junto a los caminos o en las orillas de los ríos. El agua se encarga de alejarlos del lugar de su generación y distribuirlos en sus cursos”. Sobre nuestra provincia se toma el caso del dique Cabra Corral donde se relata el caso de “algo más de 200 personas se reunieron para limpiar las costas del dique Cabra Corral, donde se extrajeron más de 25 toneladas de basura. Los turistas que visitan el área abandonan lo que consumen o incluso arrojan desechos en el lago o depositan la basura en sus orillas”.

“En Mendoza, en la deslumbrante zona del Cañón del Atuel es posible ver la zona contaminada con residuos no degradables esparcidos. Es fácil reconocer botellas plásticas, envases de vidrio, envoltura de alimentos, pañales y desechos orgánicos causantes de mal olor. En Mar del Plata, camiones recolectores retiran diariamente los residuos en las playas, pese a que es conocido que la basura en entornos marinos constituye una grave amenaza para nuestras costas y el océano.También lamentablemente los costados de rutas y caminos se han convertido en vertederos de basura, muchas veces en bolsas que el paso del tiempo o los animales rompen y esparcen por doquier”, enfatiza el escrito.

A la hora de señalar los casos esperanzadores, el editorialista resalta que en la provincia de Neuquén, en la zona de los lagos, “un grupo de voluntarios de organizaciones no gubernamentales decidieron agruparse para brindar información y capacitar a los visitantes en el cuidado del ambiente. La iniciativa contempla la entrega de guías informativas, con sugerencias para cuidar el entorno y prevenir incendios, y bolsas ecológicas para que los visitantes puedan guardar sus residuos y entregarlos a la salida de los lugares turísticos para su correcta disposición. El proyecto promueve así la participación de la comunidad y busca comprometer a los jóvenes en la implementación de actitudes en favor de la naturaleza.

En Chubut, con la finalidad de dar solución a la vieja problemática de residuos, con la ayuda de fondos internacionales, se logró construir un relleno sanitario y plantas de separación donde se gestionan los residuos de cinco municipios de importancia para el turismo: Trelew, Madryn, Rawson, Gaiman y Dolavon. En Esquel ya se cuenta con un relleno sanitario donde se tratan los residuos de la ciudad de Esquel, Trevelin y los generados en el propio Parque Nacional Los Alerces; incluso se cuenta con un relleno sanitario para atender las necesidades de cinco municipios cercanos a la ruta 40: Gobernador Costa, Tecka, José de San Martín, Río Pico y la comuna Atilio Viglione. Se trata de mejoras que comienzan a contrarrestar aquello de que en la Patagonia los residuos terminan donde termina el viento.

 “En estos días de mucho turismo por fines de semana largos, sería muy auspicioso que las autoridades pudieran instalar más recipientes para depositar los residuos que se generen, de modo de que su disposición sea más ordenada, que se aumentaran los carteles que ordenen y prevengan la contaminación, y que los turistas tuvieran conciencia de que arrojar envases o residuos en lugares no indicados contribuye a la desvalorización de los sitios más apreciados”, finaliza el editorial