El fiscal subrogante en el juicio de los narcopolicías pidió 13 años de prisión para Gabriel Giménez y Carlos Gallardo, la absolución de los hermanos del primero y la investigación del supuesto espionaje denunciado. La sentencia podrá conocerse el próximo martes 13 de agosto.
Al principio parecía que con la presencia de JC Romero en el juicio se destapaba una caja de pandora blanca, luminosa y dura. Pero no, nada de esto sucedió y el juicio perdió en vistosidad y ni siquiera se tomaron en cuenta las denuncias de espionaje, las cuales, tal vez, le darían un matiz distinto a la causa. Estas fueron desestimadas por el fiscal general subrogante, Ricardo Toranzos, quien apeló a continuar las investigaciones para constatar la veracidad de los dichos.
Además, Toranzos, realizó un repaso por la situación entera que derivó en la detención de los dos policías, la cual puede resumirse de la siguiente manera: transportar 50 kilos de merca es delito. En cuanto al rango de los oficiales, éste fue resaltado por parte del fiscal, como un agravante al delito, dada la posibilidad (muy posible, es más, existente) de la relación de altos funcionarios con el negocio del polvo blanco que viene del hermano Estado plurinacional de Bolivia.
En cuanto a los hermanos de Gabriel Giménez, se pidió la absolución por considerarlos partícipes involuntarios del hecho, siendo que sólo acudieron al llamado de ayuda de un familiar que se encontraba desesperado en ese momento.
La audiencia continuará el próximo martes 13 de agosto, y será esa la fecha en la que se conozca la sentencia a los narcopolicías, previa exposición de la defensa. Será ese día en el que se cierre otro circo policial y un caso que prometía ser ejemplar quedará en el olvido.