Los que saben, presagian que el panorama político de Salta cambiará por completo en pocos días y que -por ahora- las cartas no están echadas. La transversalidad comienza a adquirir ribetes insólitos y las adhesiones y compromisos tomados hace poco tiempo se relativizan y hasta desnaturalizan en cuestión de horas. (Facundo DellaMotta)

La semana comenzó con la reunión que el lunes pasado sostuvieron Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Humberto Schiavoni (Presidente Nacional del PRO), Gustavo Sáenz y Martín de Los Ríos. Dicen que trataron pormenorizadamente el panorama local, descubrieron algunas cartas y plantearon posturas que podrían culminar con un mega-acuerdo local. Los macristas, que antes pedían fidelidades extremas, ahora solamente se conforman con parar la sangría iniciada con las elecciones provinciales en las cuales se impusieron los oficialismos de terruño y “Cambiemos” quedó tercero. Las encuestas han comenzado a alertar que el regreso de Cristina Kirchner es una amenaza concreta y, por eso, ahora los hombres del Presidente buscan armar frentes anti-K sin distinguir entre peronistas ortodoxos, alternativos, radicales o dirigentes propios. Así, en Salta aprobarían que Sáenz apoye a Juan Urtubey para la candidatura a Presidente en las PASO de agosto próximo. Luego, convencidos de que nuestro gobernador es el perdedor de Alternativa Federal, los apoyos se concentrarían a favor de Macri.

La forma de concretar el apoyo en las elecciones primarias no sería otra que la constitución de una alianza distrital el 12 de junio en la que confluirían Urtubey, Romero, Sáenz, Isa, David y la dirigencia que ellos agrupan. Sin embargo, el exgobernador no ha resuelto su acertijo y todavía no ha decidido si será candidato a Senador Nacional; mucho menos, si lo hará con Urtubey o con Cambiemos. El primer problema de este frente se presentaría diez días después, cuando deban presentarse las listas de candidatos a senadores y diputados nacionales, en las que los postulantes serían acordados solamente con Urtubey. Si Romero opta por integrar esta alianza sería el seguro candidato a senador nacional. De lo contrario, la lista será conformada al arbitrio del mandatario saliente.

El sacrificio de Sáenz -que no propondrá a nadie- no tiene otra compensación que la gobernación, en la que aspira a ser el candidato de todos. Anunció que Romero integra su sector, y tras este acuerdo con Urtubey, podría ser el único candidato a gobernador en un frente integrado por los partidos del actual oficialismo provincial (PJ, Felicidad, Frente Salteño, Memoria y Movilización, Salta Independiente, entre otros), más los que aportaría Sáenz (País, Propuesta Salteña, Primero Salta, Salta para Todos, Conservador Popular, Frente Plural, Fe), más el PRO, más la UCR, más el romerismo (Salta Nos Une). A ello hay que agregar que Sáenz armó alianza con Alfredo Olmedo que todavía persiste, y arrimó a Andrés Zottos y Adrián Valenzuela en estos días. El intendente capitalino confía en mediciones que indican que cuenta con 28 puntos de intención de voto sin haber lanzado formalmente su postulación.

Ahora bien, la sábana parece demasiado corta como para lograr semejantes acuerdos. Sólo la imaginación del operador urtubeycista Juan Pablo Rodríguez contempla estas posibilidades que podrían encontrar obstáculos a la vuelta de la esquina. Es el que vende que la unidad es lo más conveniente y que en una sola lista podrían juntarse Urtubey (Presidente), Sáenz (Gobernador), Bettina Romero (Intendente de Capital), Olmedo (Senador Nacional) y Miguel Isa (Diputado Nacional). A los romeristas les propone algo parecido, aunque con Juan Carlos Romero como candidato a gobernador y Sáenz reducido a una reelección como Intendente.

El problema más serio es el crecimiento de Sergio Leavy a la par del kirchnerismo en Salta. Por lo pronto, hoy es Cristina Kirchner la que encabeza las encuestas de intención de voto para la categoría de Presidente en Salta y Urtubey, mal que le pese, ya es segundo en su propia tierra.

Sáenz confía en una sola jugada y no tiene plan B porque es tarde para jugar a una elección heroica y para erigirse en alternativa luego de que avalara casi todas las medidas del gobierno provincial. Espera que Urtubey sea precandidato a presidente y se sostenga hasta agosto. En devolución, confía que le entregarán el sillón de Grand Bourg con 80.000 millones de presupuesto. Sin embargo, el 17 de agosto, a solo 6 días de una segura derrota de Urtubey, tendrá que esperar confiado que le cumplan un acuerdo que todavía no fue aceptado por los que serán relegados y que genera más incertidumbre que certezas. Está acordando con un gobierno en retirada, desmembrado, en crisis y voraz en sus intenciones de mantener la caja del Estado en sus manos.

Miguel Isa informa a quien lo quiere escuchar que no se bajará. Fernando Yarade sigue avanzando en su campaña como si no existieran las negociaciones con Sáenz y tiene más compatibilidad con el romerismo genético que con el intendente capitalino. Manuel Godoy, Javier David y los intendentes del norte amenazan con desobedecer al gobernador y avanzan en acuerdos de exilio con el kirchnerismo local. Sólo algunos alcaldes se animaron a prometer apoyo encubierto a Sáenz.

Desde la tropa propia, Sáenz también tiene algunos problemas: El romerismo no ha decidido ser parte a pesar de lo que él habría acordado con Urtubey. Alfredo Olmedo tiró puentes con Roberto Lavagna para darle una interna en la categoría de gobernador y también amenaza con forjar alianza con Martín Grande y los radicales de Miguel Nanni que no se muestran dispuestos a sostener un candidato peronista. Algunos sectores también dejaron de ser complacientes con los operadores de Sáenz y ahora comienzan a asegurar sus propias aspiraciones. Matías Posadas, Ignacio Jarsun, José Ibarra y Frida Fonseca son algunos de los que juegan partidas propias con sus partidos ante la falta de conducción política.

Al margen de las pretendidas bondades del mega-acuerdo, uno de los grandes dilemas de Urtubey es su futuro inmediato. Ya han comenzado a circular versiones que ponen en duda que llegue como candidato presidencial al 11 de Agosto, luego de un nuevo estancamiento en las encuestas; el rechazo a su gestión como gobernador luego de tres mandatos; la parálisis de su expansión en el territorio nacional y el arrime apresurado de esta semana para la concertación con el macrismo  y su reunión Rogelio Frigerio, poniendo en evidencia que trabaja más para Macri que para él mismo. De allí que la indefinición de Romero también encuentre una causa justificada en la posibilidad de que finalmente Urtubey encabece una lista de senadores nacionales por Salta, en cuyo caso el ex mandatario se vería obligado a competirle desde Cambiemos, donde Macri muestra números más que preocupantes y desalentadores. Claro está que la posibilidad de Romero de arrimarse con Lavagna se diluye luego de acuerdos con Urtubey que le permitieron coparticipar en designaciones recientes en la Procuración General y la Auditoría de la Provincia de Salta. Romero y Urtubey jamás competirían en una PASO en Alternativa Federal por el cargo de senador nacional. Es aquí donde las fórmulas ingeniosas comenzaron a fracasar. Para gran parte del armado romerista su jefe tiene que ser el próximo candidato a Gobernador, en un acuerdo en el que Sáenz debería repetir en lntendencia. Dicen que a esa postulación la avalarían Urtubey, Brito (que pondría de vice a Fernando Yarade) y los 42 intendentes que ayer estuvieron en Vaqueros dando vivas por el actual Jefe de Gabinete.

El día clave será el 12 de junio cuando podrán verse los resultados de tanta rosca. Hasta ahora, nadie sabe quién será el próximo gobernador ni cuál será el carril en el que competirán los aspirantes. Salta es otra de las provincias en que hace estragos la grieta que no pudo ser superada siquiera por Juan Manuel Urtubey, su hijo más dilecto en la última década. En pocos días habrá que tallar y dar de nuevo. Las expectativas de los que apuestan a llegar al gobierno cada vez son más inciertas.