Siguiendo con la línea opositora antivacunas, que comenzó el año pasado, con la denuncia de Lilita Carrió respecto a que el Gobierno nacional intentaba envenenarnos, cuando llegó la Sputnik V. Que después dijo que no se puso la Vacuna Rusa cuando le tocó el turno, «no porque no sea segura, sino por estar en contra del Gobierno de este país». Ahora es Patricia Bullrich la que se despachó contra el Gobierno nacional acusándolo de haber coimeado a Pfizer para que lleguen vacunas a la Argentina.

Bullrich explicó que sus dichos tenían que ver con que “Ginés González García dijo que para firmar un contrato con Pfizer tenía que haber un intermediario, que es el mismo de AstraZeneca, Hugo Sigman. Y Pfizer le dijo que no se podía, que debían ser efectivos en el tiempo y la forma de producción de la vacuna. La actitud de González García fue intentar tener un retorno. Eso el presidente no lo ignoraba y no es un error, sino que es el intento de un negociado que no se cerró. No tengo dudas de que Ginés González García quiso un retorno por esa vacuna. Eso es criminal y lo tienen que investigar los fiscales de la Nación. Si llaman a las personas de Pfizer, ellos van a decir la verdad y no van a mentir como nos miente el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero». Pero, a pocas horas de su denuncia mediática, el laboratorio farmacéutico indicó en un comunicado que “no ha recibido peticiones de pagos indebidos” por parte del Gobierno argentino. También dijeron que era falso lo que había afirmado la exdiputada sobre que se exigió que Sigman participara del acuerdo. «La compañía no cuenta con intermediarios, distribuidores privados o representantes para la provisión de la vacuna COVID-19». A pesar de eso, Bullrich reafirmó, «El comunicado de Pfizer no niega nada de lo que yo digo».
González García que estaba muy tranquilo y callado en su casa luego de la denuncia por el Vacunatorio Vip, que lo sacó de circulación, pero salió a enfatizar que “La denuncia de Bullrich es de una gravedad espantosa. Quiero hacerle todas las demandas que se pueda. Les voy a pedir a mis abogados las denuncias penales, civiles y todo lo que sea necesario porque es una barbaridad. No lo voy a dejar pasar; decirlo sin ninguna prueba y metiéndose nada menos con el honor de las personas».
Por otra parte, Santiago Cafiero consideró que «Patricia Bullrich dice lo que sus votantes quieren escuchar» y la cuestionó por «llamar a marchas del contagio y estar pensando en la próxima elección. No tienen ningún tipo de vergüenza de cambiar en el camino y decir todo lo contrario. Son los mismos que decían que te ibas a envenenar con la vacuna. Hay una situación de vulnerabilidad de la gente. Ellos piensan en la elección y aprovechan. No quisieron aplicar las medidas, incluso las judicializaron y acá están las consecuencias».
El legislador porteño Leandro Santoro también cuestionó a la presidenta del PRO: «Es inaceptable que Patricia Bullrich acuse por TV al presidente de pretender cobrar coimas para comprar la vacuna de Pfizer. La «pirotecnia electoral» tiene límites. No se puede jugar con el dolor de la gente. Si tiene pruebas, que vaya a la justicia y si no las tiene, que pida disculpas».
Nadie del sector de Bullrich salió a mostrar pruebas de los dichos de la dirigenta.
Pero ella no fue la primera en decir algo de esto. El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, dijo anteriormente que «Hay muchas sospechas acerca de si se le ha pedido coimas y cosas de ese tipo. Circula por todos lados, pero no me gusta hacerme eco de cosas que no me constan». 
En su página web la multinacional farmacéutica aclara: «La vacuna de Pfizer y BioNTech no se encuentra disponible a través de intermediarios, distribuidores privados o representantes, ni en Argentina ni en otros países. En este contexto, ambas compañías continúan con la capacidad y disposición de colaborar con el Gobierno argentino, en todo lo que podamos, para ayudar a mitigar esta pandemia. No está prevista la venta a privados. Los acuerdos de suministro de nuestra vacuna contra COVID-19 se están realizando únicamente con gobiernos nacionales y organizaciones supranacionales. Pfizer y BioNTech están comprometidos a disponibilizar su vacuna lo más rápido posible para ayudar a satisfacer la necesidad de salud pública mundial».
Ya un tiempo atrás, Bullrich atribuyó a Hugo Moyano acciones de presión sobre Pfizer, en el marco de las negociaciones con las autoridades nacionales sanitarias. Sin embargo, en reiteradas oportunidades, tanto el laboratorio como la Casa Rosada aseguraron que las tratativas continuaban y que ambas partes intentaban destrabar una diferencia jurídica para la firma de un acuerdo.
Paralelamente, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini viajaron a México para evaluar los avances en la producción de AstraZeneca y analizar en Cuba potenciales acuerdos sobre las vacunas elaboradas en la isla caribeña.
Mientras Alberto Fernández anunciaba que denunciaría a la presidenta del Pro, Patricia Bullrich por “vergonzosa difamación”.
Ella ratificaba su denuncia con más fuerza. «Ratifico que los 14 millones de vacunas no llegaron a la Argentina porque el ministro de Ginés González García decidió no firmar ese contrato si no era a partir de la existencia de un intermediario que les garantizaba el modelo de corrupción kirchnerista. No le pidieron retornos. A ellos les pidieron que dieran participación al 50% a una empresa argentina, que era la que les garantizaba poder hacerse de esa diferencia. Esta condición de tener un socio que garantizaba a Ginés y a su séquito este ducto de dinero”.
De paso, Bullrich cruzó al Alberto, «le digo al Presidente de la Nación que la demanda la tiene que hacer él y tiene que demandar a sus funcionarios por no haber firmado un contrato que hubiera salvado miles de vidas. Estoy dispuesta a ir a donde me llame el Presidente a explicárselo de manera personal”, dejando toda la responsabilidad del ilícito sobre el ex ministro de Salud. “González García no aceptó, no quiso comprar vacunas Pfizer. Porque delegó la negociación en una ex empleada de Sigman: Sofía Tarragona. Usar un intermediario es la matriz de la corrupción K: poner un amigo que hace el trabajo sucio. Ese es el hecho de corrupción”, insistió Bullrich en un hilo que escribió en Twitter.
El Presidente explicó en una entrevista que sigue negociando con Pfizer y que los que lo acusan de mala praxis no tienen en cuenta que fue él quien autorizó la vacuna. ¿Por qué autorizaría la vacuna y después no la compraría?
El Ministerio de Salud, encabezado por Carla Vizzoti, denunció penalmente a Patricia Bullrich por la «gravedad institucional que tiene, no solo para esta cartera, sino para toda la Nación la acusación realizada públicamente, es que se realizan las presentaciones con el fin de avanzar en la investigación de los extremos denunciados». La causa quedó radicada en el Juzgado a cargo de María Servini. En el texto se requirió la investigación de los dichos vertidos en el programa La Cornisa por parte de la presidenta del PRO, al entender que podría «configurarse un delito, ya que pueden atentar contra la confianza de la población en las vacunas y en la campaña. Y, además, podrían impactar en las negociaciones en curso».
Cuba, Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Argentina son los países latinoamericanos que no firmaron acuerdo con el laboratorio estadounidense Pfizer para comprar vacunas. En la misma entrevista, Alberto Fernández dijo que la compra no se realizó «porque entre las condiciones iniciales que Pfizer puso, me ponía a mí en una situación muy violenta de exigencias y comprometía al país en cosas que era muy difícil comprometer».
A la fecha la Argentina recibió un total de 15.483.345 dosis de diversos laboratorios y continúa negociando para ampliar la provisión.
Patricia Bullrich, aún sin mostrar prueba alguna de sus dichos, insiste «el Presidente debería analizar y hacerle juicio a quienes no firmaron un contrato que le significó a la Argentina no tener 14 millones de vacunas, que significan que faltan 8 millones para completar las vacunas para mayores de 60 años».