Los habitantes de la localidad de Tolombón denuncian que una reserva arqueológica de alto valor histórico está siendo arrasada por máquinas que se abren paso hacia las fincas colindantes. Apuntan contra un diputado electo, su tío y un empresario bodeguero.

A 14 kilómetros de Cafayate se encuentra uno de los sitios arqueológicos de mayor riqueza histórica de la provincia y de inestimable valor cultural: las ruinas de Tolombón. El 12 de agosto del año 1944, a través del decreto 21.483, fueron declaradas «monumento histórico» y como tales, quedaron sometidas a la custodia y la conservación del Estado nacional en concurrencia con las autoridades locales.

Los historiadores sostienen que, en tiempos prehispánicos, la antigua ciudad de Tolombón fue habitada por los diaguitas, en especial de la parcialidad calchaquí y subparcialidad de los tolombones. A mediados del S XVI, se convirtió en la meca de la resistencia diaguita frente al avance de los conquistadores Diego de Almagro y Diego de Rojas. En ese lugar, tuvo su centro de operaciones el cacique Juan Calchaqui, figura central del levantamiento indígena y artífice de la destrucción de las tres ciudades más importantes fundadas por el imperio: Londres (Catamarca), Córdoba de Calchaquí (Salta) y Cañete (Tucumán). Tras la derrota de los diaguitas-calchaquíes hacia 1689, Tolombón Vieja fue reducida a ruinas y su población superviviente deportada y semiesclavizada.

Las ruinas se dividen en tres sectores: la ciudad precolombina, el pucará o fortaleza y un conjunto de viviendas semisubterráneas distribuidas en unos pocos kilómetros cuadrados. Actualmente, la localidad integra el circuito turístico de los valles y, como todo lugar emplazado entre maravillas naturales, no está exenta del avance del negocio inmobiliario, turístico y vitivinícola.

 

Desterrados

Al menos desde julio del año pasado, unas 7 familias de Tolombón aseguran haber recibido notificaciones de desalojo, luego de que fueran instadas a firmar papeles cuyo contenido no llegaron a verificar. La mayoría de ellos eran ancianos, muchos de los cuales no saben leer. El entendimiento del conflicto se dio una vez que un número importante de máquinas llegó hasta el lugar para cercar terrenos, abrir caminos y destruir objetos de incalculable valor arqueológico como vasijas y morteros.

Si en algo coinciden los habitantes del pueblo es que no hay respuestas unánimes a la pregunta sobre el motivo de los trabajos.

Algunos escucharon hablar de plantación de viñedos, otros de la instalación de un camping, de proyectos eno-turísticos, de cría de caprinos, de apertura de ingresos a las fincas colindantes y hasta de la construcción de un hotel. Lo cierto es que el movimiento de máquinas sobre las ruinas motivó un pedido del concejo deliberante para que se respete la ordenanza 15/07 de Protección del Patrimonio Arqueológico del Departamento Cafayate. En la misma resolución se requiere al intendente «frenar todo tipo de acciones que se llevan a cabo en la zona y recurrir ante la justicia, la intervención y el esclarecimiento de lo que se está realizando en las Ruinas de Tolombón».

 

Algunos nombres

Al menos seis familias que habitan la localidad aseguran haber sido intimadas a desalojar el lugar luego de haber firmado papeles suministrados por personas conocidas en el pueblo. Los vecinos subrayaron la presencia en varias ocasiones del diputado electo por Cafayate Patricio Peñalba, también de su tío Roberto Peñalba y del empresario viñatero presidente de Bodegas de Salta, Roberto Thomann. En una entrevista radial reciente, el flamante legislador tomó distancia de las acusaciones.

«Hace 4 o 5 años, ellos (por los Peñalba) edificaron una casa sobre el patrimonio arqueológico y cerraron con un portón un lugar que antes estaba abierto», señala Aurelia, vecina de Tolombón. «Nosotros antes llevábamos a los turistas a visitar las ruinas, pero ahora está alambrado. Él (por Patricio Peñalba) dice que tiene un emprendimiento avalado por el gobernador, siempre está yendo ahí», agrega.

Roberto Thomann

Aurelia, al igual que otras personas, fue testigo de la destrucción de restos arqueológicos como producto del paso de máquinas. «Han destruido todo. La casa atraviesa las pircas de los aborígenes. Él dijo que las ruinas están arriba del cerro, pero no es así. Han destruido todo prácticamente», finalizó.

Otra vecina de la zona, Marta Cruz, relató a Cuarto Poder que «actualmente parece una zona privada, no se puede circular por el lugar. En estos días volvieron los trabajos en otra de las entradas. Es un espacio muy grande». Tras consultar con miembros del concejo deliberante de Cafayate, sus dudas, lejos de disiparse, se acrecentaron: «A unos le dicen una cosa y a otros otra. Que van a hacer un camping, un hotel, viñedos, nadie sabe nada en realidad. Sólo tenemos conocimiento de que está involucrado el doctor Peñalba y sus familiares».

Mientras la incógnita persiste y las respuestas escasean, los daños se registran de a montones. A través de fotografías y filmaciones, los habitantes de la zona dejaron constancia del impacto de los trabajos en el lugar. «No entiendo por qué permiten que se destruya la historia del pueblo. Ya destruyeron muchísimo y nadie los detiene, nadie hace nada para que se deje de romper estos lugares», finalizó Marta.

 

Negocios con espalda

En una entrevista con Radio Cafayate 95.1, el diputado electo por el departamento, Patricio Peñalba, se desligó de los señalamientos de los habitantes de Tolombón. El joven médico se desempeñó en el hospital local hasta poco antes de la elección provincial, cuando fue ungido como candidato del oficialismo por Gana Salta. Según relataron vecinos de Cafayate a este medio, el aparato con el que contó para la campaña no se había visto nunca antes. «Fue el que más cosas repartió. Desde tablets, hasta calzado. Dicen que muchas de esas cosas, vinieron de la aduana», denunciaron.

Patricio Peñalba

En relación a su tío, Roberto Peñalba, sostienen que posee fincas en la zona de Tolombón y que muchos de los habitantes de la localidad trabajan allí como peones. Esto habría hecho menguar los reclamos y habría servido para ejercer presión sobre las demandas de las familias.