El exclusivo club de la obra pública salteña. Sus vinculos con el poder político y el mundo del rugby. Las relaciones entre las familias Mimessi, Levin y Sosa.

En el argot económico salteño, causó estupor la nota sobre los negocios de la obra pública y sus relaciones. El artículo Norte Áridos: negocios y lobby hizo perder el sueño a más de uno. A contramano del tango, aquel que dice, cuando “el músculo duerme, la ambición descansa”, podríamos parafrasear diciendo que el músculo no duerme mientras la preocupación crece.

Cuentan que uno de los mencionados, durmió con un ojo abierto varios días hasta que no aguantó la calentura y se puso a llamar impúdicamente a todos los que suponía como sospechosos de abrir la boca.

Al parecer, el hecho de llegar a las cumbres del poder hace olvidar -o ignorar- que el verdadero periodismo conlleva una incansable labor de recopilación de datos y análisis de documentos oficiales, que exceden a cualquier garganta profunda dispuesta a contar lo que sabe. Los sedimentos de la memoria, expresados en conversaciones casuales, suelen ser imposibles de controlar y los expedientes abiertos no son palabras que se lleve el viento.

Las susceptibilidades, como era de suponer, no llegaron por la magnitud de los negocios comentados en la publicación anterior, sino por la relaciones de linajes, o mejor dicho por colocar como actores centrales a sus descendientes, quienes actualmente forman parte de la élite de los ganadores de Salta. En el curso de la semana, quedó nuevamente de manifiesto, que si algo molesta en la cultura salteña es que las páginas de la prensa hagan mención a los hijos del poder, aunque sean parte central de negocios presuntamente turbios.

Los resabios de las elecciones alivianaron el impacto en la opinión pública, sumado al estricto blindaje municipal. Lo cierto es que solo los implicados y las mesas más picantes de la política salteña advirtieron el tenor de los elementos expuestos. La impunidad acostumbra a no amanecer con artículos de alto voltaje y cuando eso ocurre salen a cazar brujas.

Como era de esperar, reinó la tensión en el gabinete de Bettina Romero y su Secretaria de Prensa no pudo evitar la incomodidad tras su llegada de un viaje relámpago a New York, donde estuvo rodeada de las actuales estrellas de la construcción y las franquicias, todos portadores de una dudosa aureola de transparencia. El informe presentado, desarrolla a fondo un nombre aunque consta de otras menciones que valen la pena profundizar.

Para despejar las críticas vulgares, que pregonan una supuesta maledicencia inmerecida contra Norte Áridos, recuperamos del baúl de los recuerdos a otra constructora clave: INCOVI SRL.

Se trata de una firma que dejó su huella en la patria contratista local y que tuvo su época de gloria con Miguel Isa.

Nacida bajo la dirección de Adolfo Mimessi, embolsó cientos de millones de pesos acaparando mega proyectos. El más emblemático fue el Canal de los Manzanos, presentado allá por el 2012, como una solución a los históricos problemas de inundación de los vecinos de la zona de Tres Cerritos. En ese entonces vino a Salta el secretario de Obras Públicas de la Nación, José López (posteriormente condenado por robarse 9 millones de dólares) trayendo los fondos para su realización. Tenían un plazo para concretar la obra de un año, sin embargo, demoraron dos años y medio y no solo eso: se estipulaba un gasto de $50 millones y se terminó pagando más de $55 millones.

En aquella oportunidad, cuando ocupaba una banca en el Concejo Deliberante, Socorro Villamayor denunció que sin hacerse los correspondientes estudios de suelo se celebró un contrato millonario a favor de la firma de los Mimessi: “que no se hayan realizado estudios de suelo con anterioridad a que se celebre un contrato por 50 millones y que, sin llegar a establecer responsabilidad de la empresa INCOVI SRL por esta imprevisión, ya se le reconozcan diferencias de precios a su favor. También hay negligencia en la difusión de este tipo de decretos que comprometen millones de pesos por parte de la Secretaría General de la Intendencia. Otro aspecto negativo es la postergación de obras en otros sectores de la ciudad porque, ante la falta de remisión del dinero por la Nación, el Municipio debe destinar cifras importantes para continuar con el Canal de los Manzanos. Son demasiadas las irregularidades”, sostuvo.

 

Obras de mala calidad, continuas redeterminaciones de precios y empleados sin pagar, fueron las denuncias que acumuló INCOVI. Desde su nacimiento sorprendió al mundo de la construcción: es que sus fundadores provenían de una familia humilde del Barrio Castañares, sin relación alguna con el rubro y de la noche a la mañana se lanzaron. A los hermanos Mimessi, antes de alcanzar un lugar en el club de la obra pública, no le sobraba nada. Adolfo y Arturo desde chicos jugaron al rugby en Universitario. Ese club les permitió conocer a mucha gente y sobre todo a buenos contactos.

Adolfo, de ser jugador pasó a ser el actual presidente de la U. Señalado como supuesto testaferro de un exintendente jubilado en las últimas elecciones provinciales, pese al estrato social de nacimiento, optó por casarse con Carolina Levín, hija del fallecido Eduardo Levin. En su perfil de Linkedin se define como Ejecutivo con amplia experiencia en todos los aspectos relacionados a la gestión de la industria de la Construcción.

En tanto, su hermano Arturo, quien incluso fue parte de la gira de los Pumas en Japón en los ‘90, es el entrenador de la primera división de la U. Se casó con la hija de uno de los fundadores del club: Soledad Sosa, hija de Raymundo Sosa, abogado ligado al clan Romero. Actualmente, continúa con su labor de contador desde su estudio ubicado en Adolfo Güemes y Entre Ríos, a pesar de haber sido imputado en la causa de las facturas truchas y embargado por 8 millones. La Sala 1 de la Cámara Federal, integrada por los jueces Luis Rabbi Baldi Cabanillas, Santiago French y Alejandro Augusto Castellanos, consideró acreditada la convergencia de voluntades del grupo de procesados para conformar una asociación que, de manera sostenida en el tiempo, llevó a cabo una pluralidad de maniobras delictivas dirigidas a menoscabar no solo la recaudación impositiva, sino también la función de control asignada al fisco nacional.

Un conocedor del tema comentó off the record: “Incovi tenía la ‘vaca atada’ con el isismo y sus dueños creyeron que sólo tenían que sentarse a esperar el inicio de obras”.

Hace poco se conoció que INCOVI entró en convocatoria de acreedores laborales. En octubre de 2019, la jueza Victoria Ambrosini (Concursos, Quiebras y Sociedades de Segunda Nominación) dispuso la apertura del concurso preventivo de la empresa, dado que en agosto de ese año habían recibido acusaciones por una obra paralizada en Campo Santo; con 14 empleados que denunciaban que la empresa tenía una deuda con ellos y pretendía pagar menos de lo que en realidad correspondía. La apertura del concurso preventivo fue bajo la forma de agrupamiento junto con las siguientes sociedades Maquinarias y Servicios del Norte S.A., Mía Industrial S.R.L., Mía Motors S.R.L. y MAYSSA S.A.

Lejos quedaron aquellos tiempos en los que todo mega proyecto de infraestructura llevaba su nombre y la empresa quedaba entre las “finalistas”. Sin bien los Mimessi no tienen un mal pasar económico, abren y cierran firmas no muy competitivas y eficientes. MAYSSA es una de ellas y se dedica a la comercialización de Maquinarias para el agro, la construcción y la minería, además de ser distribuidores de equipos Case CE para construcción y minería en el NOA y concesionario Case IH agrícola para las provincias de Salta y Jujuy.

Conexiones con el escándalo GrinFil

En agosto de este año, Cuarto Poder publicó una investigación titulada «Los timadores: estafas en desarrollos inmobiliarios», en la que se dieron a conocer los nombres de algunos de los participantes del fideicomiso «Dean Funes Swittes». El desarrollo llevado adelante por la multidenunciada constructora GrinFil, se montó sobre una particular modalidad de evasión: los fideicomisos de administración al costo.

Como se explica en el artículo, la fórmula evasiva consistía en que fiduciantes y fiduciarios firmaban un contrato en el que se comprometían a contribuir al fondo de construcción de departamentos con destino exclusivo de vivienda. Este encuadre permitía reducir la alícuota del IVA de 21% a 10,5%, escudándose en un decreto de 1996. Pero una vez culminada la obra, sólo 5 de los 58 departamentos fueron utilizados para tal fin, mientras que el resto se puso a la venta o en alquiler. Además, los dueños de la desarrolladora GrinFil exigían el pago del 30% del valor del departamento en negro, algo que la mayoría de los fiduciantes aceptó.

Entre los propietarios que firmaron el contrato comprometiéndose a habitar el departamento, figuran el exintendente de Embarcación, Alfredo Llaya, y el vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, Ignacio Jarsún. A ellos debe sumarse ahora el joven empresario y ex-jugador de Universitario Rugby Club, Ray Sosa. Según los registros de venta al público que la justicia tiene en su poder, el rugbyer e hijo del abogado Raymundo Sosa adquirió en el séptimo piso de «Dean Funes Swittes» un departamento de 76,3 m2 por un valor de USD 177.528,15. Con su correspondiente pago en negro y llevada a pesos, la propiedad está valuada en un total de $35.505.600,00.

Pero el empresario y deportista ligado al clan Romero no sólo invierte su tiempo en negocios inmobiliarios y en la compra de franquicias gastronómicas. Al parecer, jugarla de «emprendedor» es un cliché que garpa en el mundillo y que, además de «inspirar» a otros, sirve para disimular los privilegios de estar cerca del poder. Fue así que en 2019 fue convocado por el senador electo Emiliano Durand para compartir el secreto de su éxito en el evento Salta Emprende, organizado por Que Pasa Salta. «Un día me senté a pensar y mi cabeza explotó. Y a raíz de ahí me metí en el mundo de las franquicias», relató al comienzo de su alocución. Fueron muchos los que se quedaron pensando que faltó una buena parte de la historia en sus siete minutos de relato.