Diputados del FPV apuntaron contra Diego Bossio, el ex titular de la Anses, como impulsor de la división en el bloque. Algunos diputados lo tildaron de «traidor».
Una de las voceras de la bronca en el Frente para la Victoria fue esta mañana la diputada y secretaria parlamentaria del bloque, Teresa García. Con los tapones de punta cuestionó a Bossio por haber impulsado la salida de un grupo de legisladores del kirchnerismo y conformar un espacio propio en la Cámara baja.
«Es un traidor a todos los compañeros y los funcionarios que lo hemos apoyado a lo largo de muchísimos años, cuando tuvo pedidos de informes en la Cámara, cuando fue cercado por llevar adelante estas políticas», afirmó esta mañana García.
En declaraciones a radio La Red, la diputada insistió con que el ex funcionario kirchnerista «es un traidor a los conceptos y a las ideas que tenía este proyecto político durante 12 años». «La inclusión, que fue materia de este gobierno, fue canalizada a través de la Anses, que fue el área que más se acercaba a los humildes», añadió.
García dijo que no sabe si Bossio, mientras formó parte del Gabinete de Cristina Kirchner; «no decía la verdad y está asumiendo lo que realmente piensa en este momento», aunque advirtió que él «sabe lo que significa el deterioro de las políticas sociales para los sectores más humildes, que es lo que está ocurriendo ahora, y va a ser responsable con su voto de que esto se profundice».
El referente del Movimiento Evita Fernando Navarro también habló de Bossio, aunque con menos vehemencia. «No me sorprendió lo de Diego Bossio. Ni era un genio cuando estaba al lado de Cristina Fernández de Kirchner ni es un traidor hoy», dijo el diputado bonaerense.
«No hay que apurarse en caratular de traidor a nadie. Una derrota electoral como la que sufrimos el 22 de noviembre genera coletazos. Estamos en un proceso político de catarsis», agregó en radio Del Plata. Roto el bloque parlamentario, Navarro aseguró que la ex presidenta Cristina Kirchner sigue siendo una «líder política», pero señaló: «El peronismo hoy no tiene conducción».