El derrotado de la interna K puso un ridículo precio a su lealtad y despertó las sospechas de sus compañeros de frente. Su estrecha amistad con el candidato opositor abre el intrrogante sobre el destino de los 60 mil votos que el «camionero» quiso poner en venta.

Además de 60 mil votos que pueden definir el curso de la elección de noviembre, el camionero que nunca manejó un camión tiene en su haber antecedentes serios de camaleonismo. Algo que no supondría preocupación alguna de no ser por las condiciones extorsivas que exigió a sus compañeros de frente y por el estrecho vínculo que lo une al candidato de Juntos por el Cambio +.

Tras perder la interna con Emiliano Estrada, Jorge «Ver-guita» Guaymás (como ya lo habrían apodado los muchachos de la filial de calle Caseros), propuso una desorbitante cifra para subordinarse a la lista ganadora. Según confiaron fuentes del entorno del gremialista a este medio, además de varios ceros, el monto venía en verdes. Un palo para ser precisos.

Mientras los ganadores de la pulseada hacían esfuerzos descomunales por contener la carcajada, el atornillado al sillón de la CGT persistía en sus vociferaciones y requisitorias. Amparado en un supuesto abandono del espacio K, solicitó en tono de mandato que su compañera, la arquitecta Kitty Blanco, ocupara el lugar de la saenzista Pamela Caletti, emulando la maniobra lograda en 2019 con la actual diputada Verónica Lía Caliva.

Pero para desgracia del pichón de Jimmy Hoffa salteño, la relación de fuerzas no le asiste y la diferencia entre los resultados cosechados en una y otra elección fue de -50%. Véase: en 2019, Lucas Godoy obtuvo 174.725 votos contra 121.120 de la lista de Guaymás, quedando los porcentajes en 57% y 39% respectivamente. Dos años más tarde, su caudal electoral se redujo a la mitad, obteniendo apenas 60 mil votos que, por más definitorios que puedan llegar a ser, no se condicen con su pose de reclamante compulsivo.

Nada de esto parece haber persuadido al Moyano doméstico y en el frente nacional y popular son pocos los que cuentan con su colaboración a destajo. Mas bien algunos comienzan a caer en cuenta (recién ahora) de su pasado acomodaticio. Como bien se sabe, la elasticidad ideológica lo llevó alguna vez a compartir bloque en la cámara de diputados con quien hoy es el candidato a derrotar: El olmedista Carlos Zapata. Ambos integraron el frente Salta Nos Une junto a dirigentes como Guillermo Martinelli, Mario Ábalos, Betty Gil y Luis Cisneros.

No es de extrañar que el aspirante a legislador por el bloque olmedista/macrista salga a la caza de los votos camioneros, sobre todo considerando el desencanto de los afiliados radicales con las figuras de Alfredo Olmedo y Juan Romero. El gremialista y el contador supieron compartir boleta cuando existía algo denominado Una Nueva Alternativa, que encarnaba el actual presidente de la cámara baja Sergio Massa.

No soy de aquí ni soy de allá

Si de cambiazos se trata, los de Guaymás no se limitan a hacerse el comedor y retocarse el semblante. Camaleónico y pendulante como pocos, el eterno secretario general de la CGT supo ajustar su discurso y aclimatarse a las condiciones que el escenario político nacional le fue imponiendo. A tono con los vaivenes de su jefe máximo, Hugo Moyano, posó con dirigentes de toda extracción y raigambre.

En 2007 trabajó por fuera del Partido Justicialista apoyando la candidatura a la intendencia de la, por entonces, diputada provincial Nora Giménez. Ese mismo año, el 12 de diciembre, Guaymás la reemplazaría en la legislatura luego de que Juan Manuel Urtubey la convocara para integrar su gabinete. Dos años más tarde lograría revalidar el escaño de la mano del PJ y la candidatura de Manuel Santiago Godoy.

En la elección de cargos ejecutivos de 2011 el sindicalista acompañó a Walter Wayar en una fórmula para la gobernación que obtuvo apenas el 8% de los votos, arañando el tercer lugar. El secretario de la CGT Hugo Moyano acompañó a los contendientes en un acto en Tartagal justo el día en que detuvieron a Gerónimo «momo» Venegas, por lo que tuvo que adelantar su regreso.

Para 2015 la central gremial se anticipaba al post-kirchnerismo y coqueteaba con Mauricio Macri, aunque hacia afuera elevaba gestos menos nítidos. La CGT Azopardo liderada por Moyano se declaró imparcial ante el ballotage venidero, pero para entonces sus representantes locales habían sellado una peculiar alianza con el massismo. En la papeleta violácea de Una Nueva Alternativa (UNA), además de Sergio Massa y Gustavo Sáenz, fueron Alfredo Olmedo y Carlos Zapata, a quien Guaymás acompañó como suplente para el cargo de parlamentario de Mercosur. Por esas cosas de la política, ambos terminarían mas tarde en boletas separadas y uno a cada lado de la grieta. Lo que aún no trascendió es si el excamionero vendevotos realizó el mismo petitorio a su antiguo aliado olmedista, pero para muchos en el Frente de Todos no sería de extrañar.

Con el macrismo en curso y en las vísperas de las legislativas 2017, el intendente Gustavo Sáenz dio la muestra final de su alineamiento con Nación al conformar Cambiemos por Salta. En el rejunte entraron: PAIS, el PRO, Salta Nos Une, el Partido Conservador Popular, Primero Salta, FE, el Partido Propuesta Salta y el CET (Cultura, Educación y Trabajo). Dentro de esta última agrupación se colaría nuevamente «Ver-guita» Guaymás.

En el acto de lanzamiento realizado en el hotel Alejandro I, el gremialista no tuvo problemas en fotografiarse junto a figuras como: Guillermo Durand Cornejo, Ricardo Villada, Martín De los Ríos, Andrés Suriani y Juan Esteban Romero. Sin embargo, meses después, se refugiaría nuevamente en el olmedismo impulsando la candidatura a diputado nacional de Carlos Zapata. Para entonces ya se había gastado las suelas de los zapatos de tanta caminata junto a la muchachada del PRO.

Dos años le tomaría pegar el barquinazo para desembarcar en el kirchnerismo de la mano de Sergio «el oso» Leavy y formar su lista «Con todos sinceramente». En el lanzamiento de la candidatura a gobernador del tartagalense, declararía sin sonrojarse que su límite siempre fue Macri. Tras perder la interna con Lucas Godoy, logró imponer en la negociación el ingreso de la referente del PTP Verónica Lía Caliva en la lista de diputados nacionales.

Como se ve, los cambios de rumbo nunca fueron problema serio para el multifacético Guaymás, lo que lleva a muchos a vaticinar un nuevo movimiento acomodaticio que lo ubique del lado de los ganadores a nivel nacional. ¿Se va probando el traje amarillo?