Cierra el año con otro conflicto sindical y corte de ruta en Orán. Un informe de 54 páginas producido por la CTA da cuenta de las condiciones de trabajo que reinan en el ingenio propiedad de la multinacional yanke, Seabord Corporation. (D.A.)
Cuando todo hacía presagiar que el año cerraría en paz, el conflicto gremial volvió a reeditarse el día miércoles en el ingenio San Martín del Tabacal. El mismo se originó, según denunciaron los trabajadores, por la decisión de la fábrica de descontar anticipos a trabajadores del campo y de la fábrica lo que ocasionó un paro de actividades que incluyo un corte de ruta que provocó una larga hilera de autos. La nueva huelga es una más de un año que estuvo salpicado de conflictos cuyas motivaciones fueron de todo tipo, aunque todas atravesadas por los intentos de la multinacional por ahorrar costos laborales.
Un informe del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma presentado en el mes de noviembre da cuenta de las problemáticas que atraviesan al sector. El mismo se titula “Condiciones de trabajo y violación de los derechos fundamentales en el sector azucarero”, cuya elaboración estuvo a cargo de Julia Campos, Luis Campos y Jimena Frankel. Se trata de un documento de 54 páginas que hace un repaso de las condiciones de todos los ingenios de Salta y Jujuy aunque acá transcribiremos aquellos capítulos específicamente dedicados a San Martín del Tabacal.
Condiciones laborales
El Tabacal emplea actualmente a 1.550 trabajadores, de los cuales 800 son trabajadores agrícolas y 750 son trabajadores de fábrica. En el año 2015 la producción de azúcar alcanzó a 170.495 toneladas, a partir del procesamiento de 1.547.420 toneladas de caña.
La forma de contratación se divide en permanentes y temporarios. Todos los años disminuye la cantidad de obreros del ingenio. Esto debido a que no se renuevan algunos contratos y a que no se reemplazan a los trabajadores que se van jubilados. Hace cuatro años que no hay nuevos ingresos a la fábrica.
Una de las estrategias de la empresa para cubrir necesidades de mano de obra fue la tercerización de algunos sectores dentro de la fábrica. Principalmente las tareas de maestranza, mantenimiento, actividades mecánicas o tareas civiles en los pueblos. Estos trabajadores no están afiliados al sindicato y no se les aplica el convenio de azucareros.
La producción del Ingenio San Martín del Tabacal se realiza sobre tierras propias y también a partir de la compra de la producción de cañeros independientes. Los principales productos del ingenio son el azúcar refinado, el alcohol etílico, alcohol anhidro y energía eléctrica.
Desde 2010 se implementó en conjunto entre el sindicato y la empresa una comisión de higiene y seguridad que se reúne periódicamente. El sindicato caracterizó este momento como un punto de inflexión en la seguridad laboral dentro de la fábrica y en el campo.
Enfermedades de campo
Los trabajadores del campo revisten una situación particular. Si bien el sindicato ha avanzado en garantizar un refrigerio y en la construcción de lugares para el descanso, la aplicación de la ley de contrato de trabajo y la categorización de los trabajadores, aún subsiste el maltrato de los capataces hacia el trabajador.
El campo se encuentra completamente mecanizado. La tecnificación principalmente en la actividad de riego y cosecha implicó una merma considerable de los trabajadores en el campo. En parte por ello, los campamentos o colonias dentro del ingenio se encuentran en desuso.
La manipulación de pesticidas y herbicidas se encuentra reglamentada. Ya no existe la fumigación por mochila y toda la fumigación se realiza por tractor mediante cultivo químico. Los talleres de llenado y acopio se encuentran fuera de los pueblos y se realiza un control minucioso de la ropa de trabajo y la higienización posterior a la tarea de fumigación. Además el sindicato ha logrado un plus por manipulación de químicos.
Lo más grave en el campo remite a las enfermedades que los trabajadores adquieren por el contacto con insectos o animales. En particular, el sindicato ha manifestado su preocupación por las consecuencias del riego por manga, en tanto denuncia que al manipular las mangas se exponen directamente a ratas, víboras y moscas que anidan o tienen allí sus madrigueras.
Algunas de las principales enfermedades que se detectaron entre los trabajadores son la leishmaniasis, el hanta virus, la picadura de víboras, el dengue. Si bien tienen los elementos de protección, hay dificultades para prevenir estos males y muchas deficiencias y desidia para actuar una vez detectada la enfermedad.
La leishmaniasis es una enfermedad producida por una mosca que genera una infección interna degenerativa de la piel. Es difícil lograr que la ART se haga cargo y el tratamiento es largo y complicado, requiere múltiples vacunas. En el último tiempo se detectaron cuatro casos.
El hanta virus se desarrolla por la mordedura de roedores o por estar en cercanía de las heces de dicha plaga. Tienen varios casos contabilizados y una muerte en el último año. Finalmente el dengue es una cotidianeidad a la que están expuestos los trabajadores de campo.
Fábrica adentro
En la fábrica trabajan cerca de 750 personas que realizan diferentes tareas bajo diferentes tipos de jornadas laborales. El más extendido es el turno rotativo de 8 horas diarias aunque existen horas extras y muchas veces en la práctica los trabajadores trabajan 12 horas. También existe el turno taller y el turno diurno. En el turno taller los trabajadores tienen domingos y feriados libres.
El principal problema que existe en relación a las condiciones de trabajo dentro de la fábrica refiere a la organización de la producción a partir de la incorporación de nueva tecnología. Efectivamente se trata de un proceso en expansión en los últimos años que genera un problema en la asignación de tareas, categorías y reubicaciones.
Desapareció la estiba porque se incorporó tecnología nueva, con la instalación de paletizadoras, y se ha modernizado la tarea de empacado y envasado y depósito de azúcar. En general los trabajadores que quedan sin tareas son reasignados.
Las centrifugadoras y calderas son computarizadas y su control se realiza a través de un monitor, al igual que los tachos de cocimiento. En este marco, el sindicato ha reclamado constantemente por la recategorización de los trabajadores y por el sostenimiento de las fuentes de trabajo. En este sentido, un problema derivado de este proceso es que trabajadores con diferentes categorías queden realizando la misma tarea, y que los capataces suelen pretender que aquellos que tienen las categorías más bajas también asuman tareas que le corresponden a las categorías más altas.
La empresa busca disminuir las categorías ya existentes. Una de las formas mediante las cuales se busca implementar estos cambios es instalando de hecho la polivalencia funcional. Si bien no está por convenio, en la práctica comienza a desarrollarse en algunos sectores y las dificultades por parte del sindicato para fiscalizar profundizan el avance patronal en este sentido.
En cuanto a la salud laboral, el sindicato expresa que la empresa brinda elementos de seguridad como botas, guantes, ropa de trabajo. En este sentido, el sindicato plantea expresamente que los trabajadores deben negarse a realizar las tareas si no tienen los elementos de seguridad necesarios.
No obstante se registran algunos patrones en cuanto a los accidentes y las enfermedades laborales. Uno de los accidentes más comunes dentro de la fábrica remite a los problemas de columna y rodilla.
Las enfermedades más comunes se refieren a problemas respiratorios. Por caso, durante el año 2015 muchos trabajadores del área laboratorio e instrumentos presentaron casos de neumonía.
Otros elementos nocivos para los trabajadores son el ruido y las altas temperaturas de algunos sectores de la fábrica. El sector de mantenimiento eléctrico trabaja cerca de evaporaciones y los trabajadores se quejan y se niegan a trabajar en esas condiciones.
Finalmente, el sindicato recibe diferentes denuncias acerca del mal trato por parte de los capataces. Se trata de acciones discriminatorias y denigrantes contra los trabajadores.
La conducción
El Sindicato de Trabajadores del Azúcar representa a los obreros del Ingenio San Martín del Tabacal que desde 1996 es parte de la corporación estadounidense Seaboard. La actual conducción del gremio se originó en el año 2008 como consecuencia de un conflicto con la empresa y los trabajadores. Por entonces la empresa se negó a abonar un premio por zafra sin que la anterior conducción cuestionara dicha medida. Los trabajadores reaccionaron impulsando un paro de actividades que fue enfrentado por la empresa con el despido de 12 obreros, entre ellos Martín Olivera, actual Secretario General del STA. Tras la reinstalación de los despedidos, el descontento con anterior conducción sindical forzó el adelantamiento de las elecciones, y en noviembre de 2008 asumió una nueva conducción que se mantiene hasta la actualidad.
Desde entonces la relación con la patronal ha sido muy conflictiva, y para la empresa la desarticulación del sindicato se transformó en uno de sus principales objetivos. Entre otras medidas, ello se plasmó en sanciones a los trabajadores cercanos a la conducción del sindicato, la discriminación contra delegados, el inicio de causas penales contra los dirigentes, etc.
Sin embargo, la fortaleza sindical se ha ido incrementando y por medio de numerosos conflictos han conseguido no solo el respeto de las condiciones de trabajo, sino también una mejora de las preexistentes. Entre otros logros destacados por el sindicato se encuentran la mejora en las viviendas en las fincas, la aplicación de la ley de contrato de trabajo a los trabajadores de campo, el otorgamiento de categorías y mensualizaciones para los trabajadores agrícolas, el ascenso automático para los trabajadores que revistan 7 meses en una categoría superior, mejoras en las condiciones de seguridad e higiene, entre otros.
A su vez, la organización sindical viene resistiendo exitosamente el intento de la empresa de implementar un cuarto turno o turno relevante, que implicaría un aumento en la intensidad del trabajo y una fuerte disminución salarial.
Estas mejoras han sido consecuencia directa de la acción sindical que en el año 2016 se enfrentó a un fuerte desafío por la intransigencia patronal en implementar cambios en la organización del proceso de producción. El conflicto se prolongó durante 76 días (no solo por las medidas adoptadas por los trabajadores sino también por un lock out patronal) e involucró al conjunto de las comunidades afectadas (Orán, Pichanal e Hipólito Yrigoyen), incluyendo una participación muy importante de los referentes religiosos de estas localidades.
En el marco de este conflicto los trabajadores fueron fuertemente reprimidos el 24 de agosto, hecho en el que las fuerzas de seguridad utilizaron balas de goma, plomo y gases, y llegaron a detener provisoriamente al Secretario Adjunto del STA Simón Tolaba. La represión dejó un saldo de decenas de heridos, entre quienes se encuentra el Secretario de Actas con una herida de bala de goma en la frente.
Luego de estos hechos y también como consecuencia del pedido de los trabajadores, intervino el Obispado de Orán y se conformó un comité de crisis que incluyó a los intendentes de Orán, Hipólito Irigoyen y Pichanal. Finalmente, se arribó a un acuerdo parcial que permitió comenzar la zafra y continuar la discusión sobre los puntos pendientes.