Las declaraciones del ministro de seguridad, Alejandro Cornejo D’Andrea, nos dan una pauta de cómo se maneja el tema en la provincia: 70% de los recursos policiales destinados a problemáticas de convivencia social, una frontera incontrolable y en casa vamos aún peor.

Salta ya no es lo que era y eso hay que reconocerlo, al menos así lo hizo anoche el ministro de seguridad en el programa conducido por Gustavo Sáenz. El tema principal de la charla fue el microtráfico que, a pesar de haberse hecho cargo la provincia del problema incrementando las causas por tal motivo llevadas a la justicia (así como los detenidos), no parece solucionarse. Cornejo D’Andrea reconoció que en determinadas zonas “problemáticas” (oeste, sudeste y norte) no basta con el control y el reviente policial. “Es un problema de fondo”, dijo el ministro ante la oleada de mensajes de los televidentes en las que se denunciaron al menos 15 lugares explícitamente donde la venta y consumo de drogas duras es una constante: aguantaderos en la vía pública, recovecos en la vera del río Arenales, plazas, escuelas y hasta iglesias.

Aunque estos no son las únicas intervenciones que realiza la policía, a pesar de un incremento exponencial de agentes en los últimos 8 años (casi se duplicó la cantidad de efectivos): “Salta tiene problemas de convivencia social ya que de cada 10 intervenciones de la policía, 3 tienen que ver con violencia familiar, otras 4 con desordenes en la vía pública y 3 con delitos contra la propiedad, es decir,  que el 70% de los recursos policiales están afectados a problemáticas de convivencia social”, aclaró el ministro.