A través de una nota escrita por el diputado nacional mandato cumplido, López señaló al fundador del Partido Obrero luego de su visita a Salta de comandar “una secta” para usurpar el partido.

El diputado nacional MC Pablo López tuvo que salir a defender a su compañero de partido y actual diputado provincial Claudia Del Plá, ante los agravios recibidos por las declaraciones mediáticas que realizó Altamira durante su visita a Salta.

“En otro capítulo de la tentativa de su secta para usurpar el Partido Obrero en Salta, Altamira llegó a la provincia para atacar al principal dirigente del PO y de la izquierda con los mismos argumentos que lo atacan los popes del estado oligárquico salteño. Es que, en ausencia de una polémica política con las posiciones de los revolucionarios, la burguesía local suele apelar al recurso de decir que llevamos muchos años en los cargos (en los que sistemáticamente fuimos electos).” Señala Lopez en la nota publicada en Prensa Obrera y que replicamos a continuación:

Altamira en Salta: Urtubey, Romero y Cía festejan

Por Pablo López

En otro capítulo de la tentativa de su secta para usurpar el Partido Obrero en Salta, Altamira llegó a la provincia para atacar al principal dirigente del PO y de la izquierda con los mismos argumentos que lo atacan los popes del estado oligárquico salteño. Es que, en ausencia de una polémica política con las posiciones de los revolucionarios, la burguesía local suele apelar al recurso de decir que llevamos muchos años en los cargos (en los que sistemáticamente fuimos electos).

Dijo a Radio Dínamo “…alguien como Claudio Del Plá que hace 16 años ocupa puestos, es oportuno dejar el paso. Estar 16 años en un puesto parlamentario no es muy revolucionario. Puede haber sido correcto su desempeño, su actitud y los planteos que hizo, pero el concepto atornillarse en un lugar en cierto modo hace ruido…” En la misma línea se expresó en FM noticias que tituló “15 años en la legislatura para un socialista es demasiado”. Tengamos en cuenta acá el discurso insidioso utilizado. Altamira dice “puede haber sido correcto su desempeño”, eludiendo un balance concreto. ¿Pero lo fue o no lo fue? Obviamente la respuesta a esta pregunta no es menor. En ausencia de una crítica concreta Altamira prefiere dejar la puerta abierta para ataques futuros.

A Altamira le importa un rábano la defensa principista del rol de un parlamentario socialista sino que tiene un propósito más berreta: justificar que propone como candidata a gobernadora a Violeta Gil que es parte de su “fracción o tendencia o…” en Salta, en lugar de Claudio Del Plá. La denuncia que utiliza es ajena al debate que está planteado porque se achica a la hora de plantear el verdadero debate, ya que no está en discusión si Claudio Del Plá vuelve a postularse para seguir en la legislatura, porque tiene dos años más de mandato; sino qué compañero es el más instalado en toda la provincia para dar la lucha electoral como principal vocero del Partido Obrero, que es finalmente el rol que juega la candidatura a gobernador. Cuando la burguesía utiliza sus elementos más instalados en toda la provincia, en su caso instalándolos con mucho tiempo de antelación y mucha plata en los medios; en el nuestro con años de intervención en la lucha de clases y explotando las contradicciones del régimen en el Parlamento, como hemos hecho con Del Plá (para los revolucionarios este es el método para ser reconocido por la clase obrera). Sin embargo Altamira elude discutir este método elemental. ¿No lo sabe? Sí, pero Violeta Gil sería vocera de sus posiciones políticas y no las del Partido Obrero. Para eso no vacila en utilizar los argumentos de la burguesía, en forma sibilina, para golpear la representación de Del Plá.

En su deriva divisionista, Altamira ha preferido privilegiar los intereses de su facción, antes que el interés general de la clase obrera y de la izquierda. Retrata el estadio final del faccioso que ha venido a Salta a equiparar a Claudio Del Plá con un parlamentario burgués o un carrerista político. Venir a Salta con el fin exclusivo de atacar al principal vocero del PO representa un salto cualitativo en el rupturismo y liquidacionismo no ya del FIT, sino del Partido Obrero.

Otra cuestión que muestra su caída es que apela al mismo recurso que el PTS utilizara contra nosotros y por ende contra su candidatura, en las PASO presidenciales del 2015, cuando debimos batallar contra el argumento de “renovar a la izquierda” y que en Salta derivó en un fuerte ataque contra la candidatura de Del Plá con el mismo argumento. Sería ocioso acá citar los textos escritos por él mismo contra esta posición política, que fue en su momento caracterizada correctamente como democratizante, en tanto coloca esa supuesta renovación, vinculada a cuestiones generacionales, no a la lucha de clases, sino a cargos y lugares en las listas. Se trata de un absurdo, además, viniendo de Altamira que fue 6 veces candidato presidencial.

No solamente falsifica la historia del PO, sino que con total cinismo encubre que en cada elección todos los compañeros candidateados son electos por plenarios y conferencias electorales de toda la militancia y refrendados por los sucesivos Comités Centrales (como corresponde al método centralista y democrático que nuestro partido defiende) y de los que el propio JA formaba parte. Denunciamos que él siempre defendió la postulación de Claudio Del Plá en dichos Comités. El 8 de junio pasado, en una conferencia electoral provincial, por unanimidad, todos los compañeros del PO de Salta, incluidos los que adhieren a su facción, lo postularon como candidato a gobernador.

En el próximo proceso electoral los candidatos de la burguesía son hombres del viejo régimen oligárquico contra el que ha batallado el Partido Obrero por décadas. Allí van a estar Romero, Sáenz, Olmedo y el Kirchnerista Leavy.

Atacar a Claudio Del Plá que, como principal vocero del PO, encabezó todas las batallas contra este régimen, con el propósito de impulsar la colonización del Partido Obrero de Salta por una secta, es un servicio colosal a esa oligarquía. El ataque configura una política contra la clase obrera salteña, porque la instalación de Claudio y de los principales líderes del PO salteño constituyen una conquista revolucionaria forjada en el compromiso del partido con cada lucha obrera y de los explotados y en el permanente choque con las propias instituciones del Estado y con la represión llegado el caso. No casualmente Claudio, como Cintia Frencia en Córdoba o Patricia Jure ahora, han sido víctimas de persecuciones parlamentarias y penales. Se trata de un ataque contra un patrimonio del PO y de la izquierda revolucionaria por defender las posiciones del XXVI Congreso del PO que Altamira y su grupo perdieron 80% a 20%.

Mientras Altamira estaba en Salta, cumpliendo esta faena, Ramal se reunía con los partidos del FIT-U para extorsionarlos con no inscribir la alianza en Salta si no aceptaban sus candidaturas. Y al mismo tiempo en Salta, solicitaban reuniones con estos partidos excluyendo al PO de Salta, para plantearles lo mismo, amenazándolos en más de una oportunidad con romper el FIT-U, bloqueando su presentación para las elecciones. Ahora mismo, a pesar de haber retrocedido aceptando la presentación del FIT-U, sigue amenazando con la ruptura si no se aceptan sus candidaturas. Nosotros somos claros: rechazamos todo ultimátum y sobre todo el intento de anteponer el interés de grupo sobre los propósitos generales de un frente de trabajadores. El PO buscará un acuerdo y en caso de que eso no sea posible siempre existe el último recurso de las PASO para salvar una presentación unitaria.