El Partido Obrero no supo o no quiso negociar las autoridades del Concejo Deliberante y se quedó sin nada. Angelita Di Bez, el canillita Abel Moya y la isista Eliana Chuchuy presidirán el cuerpo durante el receso de verano. (Gonzalo Teruel)
El Partido Obrero sigue estando lejos del poder. Pese haber sido la fuerza más votada en las últimas elecciones, no pudo acceder a los puestos de dirección del Concejo Deliberante. Su intransigencia le impidió acordar con los otros bloques y ubicarse en la presidencia o, por lo menos, en las vicepresidencias del cuerpo deliberativo municipal. Todo lo contrario sucedió con el oficialismo que tras una dura derrota electoral negoció un Concejo que le “garantice la gobernabilidad”.
En una maratónica sesión que se extendió, cuarto intermedio mediante, desde el martes y hasta el jueves, un sin número de posibles formulas fueron descartadas hasta que una propuesta de Socorro Villamayor juntó los votos necesarios para imponer las autoridades del nuevo Concejo.
Por lo menos hasta el 28 de febrero cuando se reinicien las sesiones Ángela Di Bez será la titular del cuerpo, acompañada por Abel Moya y Eliana Chuchuy. Increíble pero cierto: el PO que cuenta con el bloque más numeroso no integra la conducción del Concejo y si lo hacen fuerzas bien minoritarias como Salta Somos Todos y el Partido de la Victoria. El oficialismo consiguió cierta tranquilidad para “pasar el verano” y que la agenda y las cuentas del Concejo no sean puestas en consideración en los próximos meses.
El martes la sesión fue acalorada, tensa y por momentos violenta. Los bloques mayoritarios: el PO con 9 miembros y el PJ con 6, más los 2 del Partido de la Victoria, se empantanaron en discusiones sin rumbo. Arturo Borelli referente del PO gritó y exigió la presidencia. “Por voluntad popular nos corresponde la presidencia, y las vicepresidencias al PJ y a Salta Somos Todos” argumentó siguiendo los resultados electorales del 10 de noviembre. Desde el oficialismo contestaron que la presidencia debía ser para el PJ para “garantizar la institucionalidad en coherencia con el gobierno municipal”. Entonces, el PO pateó el tablero e hizo renunciar a la presidencia provisional a Rodolfo Burgos -responsabilidad que le corresponde por ser el mayor de los ediles- para que pudiera votar.
El Concejo quedó acéfalo. La única solución fue que ocupara la presidencia quien le sigue en años, Angelita Di Bez, y encaminara la sesión. Así fue pero no hubo forma de resolver la discusión que en varios momentos estuvo a punto de pasar de las palabras a los hechos. Fernando Echazú del PJ y Borelli se dijeron de todo y llegaron a estar cara a cara; Gastón Galindez y Rodrigo Tolaba, dos ediles debutantes, también estuvieron a punto de cuerpearse. La intervención de los encargados de seguridad y de la propia Di Bez evitó la escena de pugilato.
Cuarto intermedio hasta el jueves a las 18 horas. A negociar durante 2 días. “Vamos a buscar consensos”, explicó Tomás Rodríguez. Borelli lo cruzó y advirtió que “no quieren consenso, quieren tiempo para rosquear y violentar la voluntad del pueblo”. Como sea, el miércoles los dos tomaron un café -acompañados por el diputado Claudio Del Plá- en el Hotel Ayres de Salta. Tampoco hubo arreglo.
Al PO sólo le faltaban 2 voluntades para imponer su posición. Con el enojo de Di Bez y su rechazo, fueron a buscar a Ricardo Villada, a Socorro Villamayor y a Abel Moya pero también fracasaron. El PJ movió bien las piezas y pese a su propia interna rechazó todas las formulas en las que se le ofrecía la vicepresidencia primera. Tury Rodríguez, Matías Cánepa, Gastón Galindez y el resto se negaron a integrar las propuestas con el PO en la presidencia. Ya en sesión y después de un “oportuno” corte de luz, se mocionaron un par de fórmulas: Mario Moreno, Angelita Di Bez y Eliana Chuchuy; y Arturo Borelli, Eliana Chuchuy y Ricardo Villada. Fracaso total y nuevo cuarto intermedio.
Después de una hora y media de febriles negociaciones entre concejales y agresiones verbales -más algún manotazo- entre las barras apostadas en el primer piso, se reanudó la sesión. Frida Fonseca intentó postergar la discusión hasta marzo pero le rechazaron su iniciativa de dejar provisionalmente a Di Bez al frente del Concejo.
A votar de nuevo. Con el rechazo de los peronistas a integrar cualquier fórmula impulsada por el PO, Borelli cayó en la estupidez y pidió la presidencia y la vice primera para su partido dejando sólo la segunda en el Frente Salteño. Las carcajadas anticiparon el acuerdo alcanzado en la oficina de presidencia con la participación de Miguel Isa, recién llegado de Buenos Aires.
Villamayor postuló a Di Bez, a Moya y a Chuchuy. Se votó a viva voz y 12 voluntades -porque Angelita fue autorizada a votar- confirmaron su designación. Isa y sus laderos consiguieron cerrarle por ahora el paso al PO que mostró una inexplicable incapacidad de negociación política.
“Nosotros vamos a seguir con nuestra agenda, tratando de derogar el impuestazo”, dijo Borelli mientras era reprendido telefónicamente tras la derrota por el diputado nacional Pablo López. “Que siga haciendo marchitas, aquí se hace política y se buscan acuerdos”, le contestó a través de la prensa Angelita Di Bez.
Sólo explicable en la política salteña: el PO, el partido ganador de las últimas elecciones se quedó al margen de la conducción de un Concejo Deliberante que será presidido por alguien que integra un monobloque y que responde a Alfredo Olmedo.