Ayer tuvo lugar este curioso suceso. Un hombre pensó que quedaría como un capo. Terminó pasando vergüenza a los pies del prócer.

Se lo veía diminuto al lado del tremebundo caballo. Pero aun así llamó la atención de todos: vecinos, turistas y ocasionales deportistas que subían al cerro notaron que un chango se había subido al monumento a Güemes. El problema fue que no podía bajar. Y desde las chuncas del caballo, tuvo que llamar al 911.

Personal de Bomberos tuvo que ir hasta el lugar y con una larga escalera, ayudaron a bajarlo.

Según la Policía, el masculino de 30 años, con domicilio en Villa Floresta, subió hasta allí por curiosidad y habría asegurado que lo hizo “para tener una vista distinta”.

La sacó barata. Sólo se le labró una contravención y quedó en libertad.

Modus operandis

No es la primera vez que un salteño decide llamar la atención de esta manera.
Meses atrás, exporteros del hospital del Milagro reclamaron subiéndose a un cartel gigante, en Sarmiento y Entre Ríos.

A 15 metros de altura, señalaron que estaban 5 meses sin trabajar, sumado a que no les pagaban la deuda que mantiene la empresa manejada por Veteranos de Guerras que a su vez, aseguran no estaría recibiendo los pagos desde Salud.