Salvio es el séptimo futbolista del plantel xeneize implicado en causas de violencias de género.

El hecho, sucedido en la madrugada de este jueves en la zona de Puerto Madero, más específicamente en las cercanías de la intersección de las calles Azucena Villaflor y Juana Manso, compromete gravemente a Toto Salvio, acusado por su ex pareja, Magalí Aravena, de haberla atropellado luego de que lo encontrara con otra mujer en su auto.

Según consta en la denuncia, Aravena se acercó a la ventanilla para hablar con el futbolista y ante la negativa de éste se paró frente al auto. Fue entonces que, siempre según el relato de la denunciante, Salvio habría puesto el vehículo en marcha y arrancado con ella delante, provocándole lesiones que fueron constatadas por el SAME y que hicieron que sea trasladada al hospital Argerich.

Sin embargo, las imágenes que recientemente han trascendido no se condicen con la totalidad del relato. Es que el video muestra que la mujer se colgó del vehículo, lo que, por supuesto, no justifica la reacción del delantero xeneize, que pese a ello avanzó con la intención de abandonar el lugar, cosa que finalmente hizo.

El futbolista Eduardo Salvio, buscado por la Policía luego de que atropellara esta madrugada con su auto a su expareja en el barrio de Puerto Madero y luego se fugara, se expone a sanciones como la «amonestación, suspensión, cesantía y expulsión» de Boca Juniors, según lo previsto en el protocolo elaborado por el Departamento de Inclusión e Igualdad del club.

El incidente encuadra dentro del Protocolo de Prevención y Acción Institucional que Boca aprobó en septiembre del año pasado por impuso de la titular del Departamento de Inclusión e Igualdad, Adriana Bravo, hoy también vicepresidenta tercera de la entidad. Esa norma, «contempla todos los hechos de violencia en razón de género que se produzcan dentro de las instalaciones del club o que afecten a éste, como así también todas las personas, sin necesidad de distinguir el tipo de modalidad que los vincule con la institución».

Pero más allá de Salvio, Boca tiene en el plantel a otros futbolistas con causas violencia.

Uno es el colombiano Sebastián Villa, quien a mediados de 2020 fue denunciado por quien por entonces era su pareja y acusado por lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género en concurso real con amenazas coactivas.

El otro es Cristian Pavón, sobre quien recae la más grave de las acusaciones, luego de que en enero de 2021 fuera denunciado por una mujer por abuso sexual con acceso carnal y dos meses después imputado por la Justicia.

Wilmar Barrios, Edwin Cardona y Frank Fabra: Los tres colombianos fueron denunciados en enero de 2018 por dos bailarinas de nacionalidad peruana por abuso sexual y violencia de género, por un hecho que ocurrió en Puerto Madero. Por entonces todos estaban en Boca. Al año, los tres fueron sobreseídos de la causa por la jueza de instrucción María Alejandra Provítola. Solamente Fabra sigue en el club.

Ricardo Centurión: En 2017, cuando estaba en Boca, fue denunciado por una ex pareja, Melisa Tossi, por violencia verbal y física. La Justicia le otorgó un botón antipánico a la víctima y le dictó una perimetral al futbolista y también a su madre.