Fueros sepultados los cuatro brigadistas que murieron calcinados en Guachipas. Ni el gobernador ni sus ministros se apersonaron al velatorio generando el malestar de familiares que insisten en que sus seres queridos trabajaban en condiciones precarias y que sus muertes fueron en vano.

Las escenas de dolor caracterizaron todo el velatorio. La familia Valdéz fue la que concitó la mayor atención no sólo porque la esposa del joven Mauricio Valdez quedó sola, sin trabajo  y a cargo de cuatro hijos; sino también porque el padre de quien era el más jóvenes de los brigadistas que perdieron la vida insistió con que a su hijo lo «asesinaron» y que todo el tiempo les cercaron el paso a él y otros familiares para tener más información.

«Nuestros hijos fueron el lunes a Guachipas sin viáticos y con solo una mochila con agua y picadillo», expresó el hombre a un cronista de El Tribuno y dijo además que fue una mentira que les hayan ofrecido algún apoyo psicológico. El tío de una de las víctimas, Darío Cabrera también expresó: «Nadie dio la cara; esperamos una autoridad que dé explicaciones. Murieron por nada. No había razón para mandar los chicos al cerro. En el lugar no había ni animales para salvar».