En la ciudad riojana de Aimogasta se levanta un barrio de salteños. La mayoría son oriundos de Orán, Colonia Santa Rosa y Pichanal que escapando de la falta de trabajo y vivienda de Salta viven ahora de las plantaciones de olivo. Aunque contentos por las oportunidades, recuerdan a Salta con lágrimas en los ojos.

La noticia tiene por escenario la ciudad de Aimogasta, cabecera del Departamento Arauco en la provincia de La Rioja. Lugar en donde abundan extensas plantaciones de olivos que generó mayor mano de obra. Acá es cuando aparecen los protagonistas de la historia que son salteños que en un primer momento protagonizaban migraciones golondrinas que luego de trabajar durante las cosechas regresaban a sus lugares de origen hasta que, finalmente, terminaron radicándose en esas tierras. La razón que explica eso es bastante simple de explicar: el gobierno riojano impulsó un plan de facilidades en la entrega de terrenos fiscales de 10 metros por 30 a todas las familias que acrediten trabajo en la región. También se ven beneficiados en la ayuda de materiales y núcleos húmedos –baños-, informó el portal COPENOA. Una colonia importante de salteños oriundos del norte provincial han accedido a esos beneficios que su provincia les negaba. COPENOA registro esa realidad y entrevistó a Andrea Lujan, una salteña oriunda de Orán que desde hace 10 años vive en Aimogasta.

Llego con su marido desde el norte salteño en busca de trabajo para la cosecha de aceituna. Andrea ahora tiene tres hijos imogasteños. “Nos fuimos de mi querida Orán, en busca de oportunidades laborales, en mi Salta, no hay trabajo”. Dice Andrea, con gran melancolía, agregando: “Queríamos volver, a la casa en la que vivimos junto a mis padres, la vivienda propia en Salta es un gran problema. Acá nos brindaron cariño y nos dieron trabajo, lo que tampoco en Salta teníamos, en relación al trabajo. Luego nos afectaron a un programa de entrega de terrenos fiscales, y ahora nos ayudan con los materiales y la instalación de un baño, provenientes de fondos nacionales. Ahora estos y radicada en Aimogasta, mis hijos estudian acá, estamos contentos de vivir en este pueblo y por las oportunidades que nos brindan, pero también me pongo triste, cundo pienso en mi Salta, en el Señor y la Virgen del Milagro, pero la falta de trabajo y vivienda me trajo a esta tierra, que aprendo a querer porque me da casa, trabajo, salud y educación para mis hijos”, dice Andrea Lujan, con lágrimas en los ojos. La historia de Andrea se repite en cada casa en el barrio de los salteños, surcado por arena y viento zonda, que la hace casi inhóspito pero querido. Otras familias ya planifican la estadía de otros salteños que se aprestan a llegar para la nueva cosecha. Salteños que serán expulsados de sus regiones por la falta de trabajo, y vivienda.